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viernes, 31 de agosto de 2012

LA LEY DEL KARMA Y LA REENCARNACIÓN. DIFUSOR: HUGO RAUL GRECCO.


LA LEY DEL KARMA Y LA REENCARNACIÓN. DIFUSOR: HUGO RAUL GRECCO.


Karma es un término sánscrito que significa acción o hecho. Cualquier acción física o mental es Karma. El pensamiento es Karma mental. El Karma es la suma total de todas nuestras acciones, tanto en la vida presente como en los nacimientos precedentes.
Karma no sólo significa acción, sino que también se refiere al resultado de la acción, ya que la consecuencia de una acción no es algo separado de ésta, sino que forma parte inseparable de ella.

La Ley del Karma es la ley de la causación. Dondequiera que haya una causa, ésta ha de producir un efecto. La semilla es la causa del árbol, siendo éste su efecto. El árbol produce, a su vez, semillas y se convierte así en la causa de éstas. La causa se halla en el efecto y éste se halla en la causa. El efecto es, pues, similar a la causa. Ésta es la cadena universal de causas y efectos que no tiene fin.
No sobra ningún eslabón en la cadena. Este mundo se rige por esta ley vital y fundamental, que es inexorable e inmutable. Esta gran ley opera en todas partes, tanto en el plano físico como en el mental. Ningún fenómeno puede escapar al funcionamiento de esta ley poderosa. Todas las demás leyes de la naturaleza están subordinadas a esta ley fundamental.
No puede darse ningún acontecimiento sin una causa definida y positiva que lo propicie. El estallido de una guerra, el surgir de un cometa, el comienzo de una epidemia, el trueno, el relámpago, el terremoto o el volcán, las inundaciones, las enfermedades en el cuerpo, la fortuna, el infortunio, todas las cosas tienen causas definidas tras ellas.
La gran ley de la causación incluye la ley de la acción y la reacción, la ley de la compensación y la ley de la retribución. Todas estas leyes se agrupan bajo el título genérico de Doctrina del Karma.

La ley de la acción y la reacción
Si hay una acción, debe haber una reacción. La reacción será de igual fuerza y de naturaleza similar a las de la acción. Cada pensamiento, deseo, imaginación y sentimiento producen una reacción. La virtud produce su propia recompensa; el vicio produce su propio castigo. Así funciona la ley de la reacción.
Dios ni castiga al malvado ni premia al virtuoso. Son sus propios Karmas los que producen el premio o el castigo. Es la ley de la acción y la reacción la que produce los frutos. No hay que culpar a nadie de ello.
Esta ley opera en todas partes con una precisión constante y con una exactitud científica. La ley de la acción y la reacción opera en ambos planos, físico y mental.

LA LEY DE LA COMPENSACIÓN
La ley de la compensación opera en todos los fenómenos de la naturaleza. La semilla se abre y surge de ella un gran árbol. No se pierde nada al romperse la semilla, pues surge un árbol de acuerdo con la ley de la compensación. La madera se quema y se destruye, pero se produce
calor de acuerdo con la ley de la compensación, pudiéndose así cocinar los alimentos en el fuego.

Si hace demasiado calor en el sur de la India, hace entonces mucho frío en el monte Kailas o en Uttarkasi, en los Himalayas. Ésa es la ley de la compensación. Si hay en un determinado lugar diez truhanes, habrá también dos almas sátvicas para compensar. Ésa es la ley de la compensación. Cuando es de día en la India, es de noche en América. La paz sigue a la guerra y viceversa. Ésa es la ley de la compensación. Esta ley opera también en el plano mental.
La ley de la compensación mantiene el equilibrio y establece la paz, la concordia, la estabilidad, la armonía y la justicia en la naturaleza. Piensa profundamente. Reflexiona. Recapacita. Verás cómo esta ley de la compensación opera maravillosamente en todas partes en los fenómenos de la naturaleza. Es inexorable e inmutable. Nadie puede desafiar a esta ley implacable e irresistible. Si haces un acto malo cosecharás un mal fruto en compensación.
Si consideras la vida de un individuo como un hecho aislado que empieza con el nacimiento de su cuerpo físico y termina con su muerte, no podrás hallas ninguna explicación coherente a los acontecimientos de la vida. Te moverás a ciegas. Tu vida presente no es nada comparada con la existencia del alma. Es momentánea, es un mero fragmento. Siempre que trates de buscar la causa o el antecedente de cualquier cosa, tendrás que remontarte a los acontecimientos remotos producidos a lo largo de la existencia eterna del alma. Sólo entonces podrás encontrar un equilibrio perfecto entre la causa y el efecto o entre el antecedente y la consecuencia. Tendrás, pues, que juzgar teniendo una visión amplia que contemple la existencia del alma como algo eterno.
La ley de la compensación abarca una parte muy amplia que afecta a toda la existencia. La vida no concluye con la desintegración de este cuerpo físico. Existen sucesivas reencarnaciones, y han habido también incontables vidas previas. Toma esto en consideración y adopta una visión más amplia de la existencia. Únicamente de este modo podrás aclarar tus dudas y hallar una solución perfecta y satisfactoria para los acontecimientos intrincados y complejos de la vida. Después no quedará lugar ya para quejas, lamentaciones ni errores.
LA LEY DE LA RETRIBUCIÓN
Todo crimen o acción reprobable genera su propio castigo de acuerdo con la ley de la retribución. La ley de la causación, la ley de la acción y la reacción, la ley de la compensación y la ley de la retribución, funcionan todas combinadas y simultáneamente. Quien roba a otro hombre, se roba antes a sí mismo. Quien hiere a otro hombre, se hiere antes a si mismo. Quien engaña a otro hombre, se engaña a sí mismo primero.
Recuerda que Dios no es ni parcial ni injusto. Recuerda que Dios no es responsable de la riqueza de un hombre ni de la pobreza de otro. Sufres debido a tus propias acciones negativas.

No hay nada caótico o caprichoso en este mundo. Nada ocurre en este universo por casualidad o de una manera desordenada. Todo ocurre según una sucesión ordenada. Los acontecimientos se siguen unos a otros en un orden armónico. Hay una cierta conexión definida entre lo que haces ahora y lo que te ocurrirá en el futuro. Siembra, pues, siempre semillas que den frutos positivos y que te hagan feliz aquí y después de esta vida.
Cómo se conforma el Karma
El hombre tiene una triple naturaleza, que consiste en Ichha, Ñana y Kriya. Ichha es el deseo o sentimiento. Ñana es el conocimiento. Kriya es la voluntad. Las tres conforman su Karma. Él conoce los objetos, como la silla, el árbol, etc., siente alegría o tristeza por ellos y desea hacer esto o aquello.
Tras toda acción hay un deseo o pensamiento. Surge en la mente el deseo por un objeto e inmediatamente piensas cómo obtenerlo, esforzándote luego por poseerlo. El deseo, el pensamiento y la acción van siempre juntos. Son los tres hilos, como si dijésemos, que se trenzan formando la cuerda del Karma.
El deseo induce el Karma. Trabajas y te esfuerzas por conseguir los objetos de tu deseo. El Karma produce sus frutos, como dolor o placer. Tendrás, pues, que renacer una y otra vez para cosechar los frutos de tus Karmas. Ésta es la Ley de Karma.

Sanchita, Prárabdha y Kriyámana
El Karma es de tres tipos: Sanchita, o las acciones acumuladas; Prárabdha, o las acciones fructificadas, y Kriyámana, o las acciones presentes.
Sanchita son todos los Karmas acumulados del pasado. Una parte de él conforma el carácter del hombre, sus tendencias y aptitudes, capacidades, inclinaciones y deseos.
Prárabdha es esa parte del Karma pasado que es responsable del cuerpo presente. Es el fruto maduro para cosecharlo. No se puede evitar ni cambiar. Sólo se consume al experimentarlo. Asi pagas tus deudas pasadas.
Kriyámana es el Karma que se está produciendo ahora para el futuro. También se denomina Agamí o Vartámana.

En la literatura vedántica hay una analogía muy bonita. El arquero ha disparado su flecha, que ha salido ya del arco. Ya no puede hacerla volver y se prepara para disparar otra flecha. El manojo de flechas que lleva en el carcaj sobre su espalda es Sanchita. La flecha que ha disparado es Prárabdha. Y la flecha que está a punto de disparar con su arco es Agami. De los tres, tiene pleno control sobre Sanchita y Agami, pero tiene que consumir su Prárabdha. Tiene que experimentar el pasado que ha comenzado a producir su efecto.
El Prárabdha no puede evitarlo ni siquiera Íshuara o el Señor. Incluso Nala, Rama y Yudhishthira, que tenían grandes poderes y sabiduría, tuvieron que someterse a este Prárabdha. Nala no deseaba irse al bosque; sin embargo, se vio forzado a ir, pues su Karma le obligó a ello. Rama había de ser instituido como rey de Ayodhya y, sin embargo, se vio forzado a marcharse al bosque. Gándhiji deseaba vivir ciento veinte años; no hubiera querido que le disparasen, pero su Prárabdha Karma produjo ese acontecimiento fatal.
EL DESTINO Y EL ESFUERZO PROPIO
Aunque la Ley del Karma es inexorable, deja lugar para la gracia divina. La gracia llega por medio de la penitencia, la austeridad y la devoción. La penitencia no altera la Ley del Karma, pero es un acto que produce frutos positivos.
Lo que uno ha de cosechar no puede alterarse; pero si evitarse su repetición por medio del esfuerzo.

El esfuerzo propio es Purushartha.
El destino es Prárabdha. Éste no es más que el resultado del Purushartha llevado a cabo en nacimientos previos.
El esfuerzo de hoy se convierte en el destino de mañana.
El esfuerzo propio y el destino son una misma cosa.
Prárabdha y Purushartha son una misma cosa.
Son dos nombres que designan una misma cosa.
Igual que el presente se convierte en pasado y el futuro en presente, del mismo modo que sólo existe el presente, asi también hay un único Purushartha.
Cuando Dios actúa a través del hombre, eso es Purushartha.
La gracia se convierte en Purushartha.

La lluvia y otros fenómenos no están bajo el control humano. Sin embargo, un granjero ara su campo y ejercita un esfuerzo, o Purushartha. La cosecha puede estropearse debido a la falta de lluvia, pero el hombre no pierde la cabeza. Hace sacrificios para que llueva y recoge una buena cosecha. De igual modo la práctica de yoga es el esfuerzo por neutralizar el mal Prárabdha aunque obstaculiza la realización del ser o Atma_Sakshatkara. Si Prárabdha es poderoso, el yoga es más poderoso aún.
Cada alma es como un labrador que tiene un campo.
La superficie, la naturaleza del suelo y las condiciones del tiempo están todas predeterminadas.
Pero el labrador es libre de labrar la tierra, abonarla y conseguir buenas cosechas, o bien dejar que permanezca abandonada.

Prárabdha concierne solamente al pasado.
El futuro está en tus manos. Tu cambias tu destino.
Tienes una voluntad libre para actuar.
Adopta un nuevo punto de vista.
Ármate con discriminación, alegría, discernimiento, y con un espíritu intrépido.
Te espera un futuro glorioso y brillante. Entierra tu pasado.
Puedes hacer milagros. Puedes hacer maravillas. No abandones la esperanza.
Puedes destruir los efectos de los planetas desfavorables por medio de tu fuerza de voluntad.
Puedes mandar a los elementos y a la naturaleza.
Puedes neutralizar los efectos de las energías negativas y de las fuerzas antagónicas oscuras que puedan actuar en contra tuyo.
Puedes anular tu destino.
No digas : "El Karma, el Karma . Mi Karma me ha hecho así".
Esfuérzate. Haz Purusharta. Haz Tapas. Concéntrate. Purifícate.

Medita. No te conviertas en un fatalista. No te rindas a la inercia. No bales como un cordero. Ruge OM, OM, OM ,como un león del Vedanta. Ve como Markandeya, que estaba destinado a morir a sus dieciséis años se convirtió en un Chirányivi, en un niño inmortal de dieciséis años, gracias a sus Tapas o austeridades. Los picaros Yagai y Madai de Bengal se convirtieron en santos muy evolucionados. Se hicieron discípulos de Gouranga-Nityananda. Lo que otros han hecho, también tú puedes hacerlo, no hay duda de ello.
CÓMO SE EDIFICA EL DESTINO
El pensamiento es Karma. Pensar es el verdadero Karma. El pensamiento modela tu carácter. El pensamiento se materializa y se convierte en acción. Si dejas que tu mente cultive pensamientos buenos y elevados, desarrollarás un carácter noble y harás naturalmente acciones buenas y loables. Si abrigas pensamientos negativos, desarrollarás un carácter bajo. Ésta es la ley inmutable de la naturaleza.
Por tanto, tú puedes conformar deliberadamente tu carácter cultivando pensamientos sublimes.
Siembras una acción y cosechas un hábito. Siembras un hábito y cosechas un carácter. Siembras un carácter y cosechas un destino. Por eso, el destino es tu propia creación. Tú lo has construido. Pero puedes deshacerlo cultivando pensamientos nobles y realizando acciones virtuosas y cambiando tu forma de pensar.

Las impresiones de las acciones pequeñas y grandes se unen y forman tendencias. Las tendencias se desarrollan formando el carácter. El carácter produce la voluntad. Si un hombre tiene un carácter fuerte, tiene una voluntad fuerte. El Karma produce el carácter y éste produce, a su vez, la voluntad. Las personas de una gran voluntad han desarrollado ésta por medio del Karma realizado a lo largo de incontables nacimientos.
No puede un hombre, en una sola vida, desarrollar una voluntad poderosa, sino que ha de realizar una serie de acciones virtuosas a lo largo de varios nacimientos. Las fuerzas de esas acciones se agrupan y, en un nacimiento determinado, surge un gigante como Buddha, Jesús o Sánkara. Ninguna acción se realiza en vano. Nada se pierde. Se necesita un esfuerzo paciente e infatigable. Tendrás que observar cada pensamiento, palabra y acción.
La voluntad del hombre es siempre libre. Pero por medio del egoísmo se ha vuelto impura. Sin embargo, deshaciéndose de los deseos bajos, elevándose sobre los gustos y aversiones, la voluntad puede purificarse, fortalecerse y convertirse en una fuerza dinámica.
EL HOMBRE ES DUEÑO DE SU DESTINO
Tú no eres una creación del entorno o de las circunstancias, sino que eres el dueño de tu propio destino. Eres el arquitecto de tu propia fortuna. Eres responsable de tu sufrimiento presente. Eres responsable de tu estado actual. Si eres infeliz, es por tu propia culpa. Si eres miserable, es también por culpa tuya. Toda acción produce su futuro, tarde o temprano. Una acción virtuosa produce placer. Una acción negativa causa dolor.
Tu caridad en vidas pasadas te ha proporcionado riquezas en tu vida presente. Tu servicio a la humanidad en vidas pasadas te convierte en un líder famoso en la presente. Los pensamientos poderosos de tus vidas pasadas se convierten en tus capacidades en tu vida actual. Los actos virtuosos de tus vidas pasadas te proporcionan un buen entorno en tu vida actual. Tus experiencias en vidas pasadas forman la conciencia de esta vida. Las acciones desinteresadas de tus vidas pasadas te proporcionan discriminación, desapasionamiento y aspiración en esta vida presente por medio de la gracia del Señor.
Si oprimes a una persona, sufrirás opresión en otra vida y cosecharás el fruto de la semilla que sembraste en esta vida. Si hieres el ojo de un hombre, te herirán el tuyo en otra vida. Si rompes la pierna de un hombre, romperán tu pierna en otra vida. Si alimentas al pobre, tendrás abundancia de alimentos en otra vida. Si construyes asilos, poseerás muchas cosas en otra vida. La acción y la reacción son iguales pero opuestas. No existe poder en este mundo que pueda impedir que las acciones den su fruto. Tal es la Ley del Karma. Tal es la ley del nacimiento y la muerte. Tal es el círculo que has de atravesar en tu camino.
LOS TRES TIPOS DE ACCIÓN
Las acciones son de tres tipos: buenas, malas y mixtas. Los Karmas buenos te convierten, en el cielo, en un dios o un ángel. Los Karmas malos te conducen a nacimientos inferiores. Las acciones mixtas te proporcionan un nuevo nacimiento humano. Si robas a un hombre para alimentar al pobre, ésa es una acción mixta. Si ganas dinero por medios ilegales y construyes un templo o un hospital, ésa es una acción mixta. Si obtienes dinero engañando a una persona y construyes un Ashram, o monasterio, para los sanniasins, también eso es una acción mixta.
Toda acción es una mezcla del bien y el mal. No puede existir en el mundo ni la acción absolutamente buena, ni la acción absolutamente mala. Este universo físico es un plano relativo. Si realizas una acción, producirá algún bien en un sentido y algún mal en el otro. Debes tratar pues de realizar aquellas acciones que puedan producir un máximo de bien y un mínimo de mal.
LA VERACIDAD DE LA LEY DEL KARMA
La doctrina del Karma forma una parte integral de la filosofía Vedanta. La ley del Karma es una de las doctrinas fundamentales, no sólo del hinduismo, sino del budismo y jainismo.

Lo que un hombre siembra, eso habrá de cosechar. Esta es la ley del Karma. Resuelve el rompecabezas de la vida y del universo. Produce solaz, satisfacción y consuelo a todo el mundo. Es una verdad evidente por si misma. Afortunadamente, también los occidentales han empezado a reconocer ahora su importancia y su veracidad. Muchos americanos creen plenamente hoy en día en esta doctrina. Todo hombre sensible tiene que aceptarla.
Un estudio profundo de esta ley proporciona coraje al desesperanzado, al afligido y al desesperado. E destino lo crean los pensamientos, los hábitos y el carácter del hombre. La posibilidad de corregirlo y mejorarlo, reside en cambiar sus pensamientos y hábitos. El truhán puede convertirse en santo. La prostituta puede convertirse en una mujer casta. El pordiosero puede convertirse en rey. Esta poderosa ley da lugar a todo ello.
Sólo la doctrina del Karma puede explicar el misterioso problema del bien y del mal en este mundo. Sólo la doctrina del karma puede proporcionar solaz, alegría, paz y fortaleza al afligido y al desesperado. Resuelve las dificultades y problemas de nuestra vida, proporciona coraje al desesperanzado y al desamparado. Incita al hombre a cultivar el pensamiento, la palabra y la acción rectas. Proporciona un futuro brillante a quien vive de acuerdo a esta ley universal.
Si todo el mundo comprendiese esta ley correctamente y cumpliese con sus deberes diarios cuidadosamente, la humanidad se elevaría hasta alturas sublimes en la escala de la espiritualidad. Sería moral y virtuosa y tendría una vida feliz, pacífica y contenta. Podría soportar el peso del Samsara con paciencia y fortaleza. No habría lugar a protestas al ver las desigualdades dé nacimiento, fortuna, inteligencia y capacidades, etc. Los hombres vivirían el cielo en la tierra.
Todo el mundo estaría alegre incluso en el sufrimiento. La avaricia, los celos, el odio, la ira y la pasión se desvanecerían. La virtud reinaría en todas partes. Tendríamos una gloriosa Satya Yuga, o Edad de Oro, ahora mismo, con paz y abundancia en todas partes. ¡Bendito es el hombre que entiende y vive la Ley, pues alcanzará pronto la conciencia de Dios y se convertirá en el mismo Legislador ! La Ley dejará entonces de actuar sobre él.

Este artículo es un capítulo del libro "Senda Divina”, por el Swami SIVANANDA.

Difusor: Hugo Raúl Grecco.

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Jesús de Nazaret «CRISTO»


Jesús de Nazaret «CRISTO»

(Jesús o Cristo; Belén, h. 6 a. C. - Jerusalén, h. 30 d. C.) Predicador judío fundador de la religión cristiana, a quien sus seguidores consideran el hijo de Dios. El nombre de Cristo significa en griego «el ungido» y viene a ser un título equivalente al de Mesías. La vida de Jesús está narrada en los Evangelios redactados por algunos de los primeros cristianos. Jesús nació en una familia pobre de Nazaret, hijo de José y de María. Aunque la civilización cristiana ha impuesto la cuenta de los años a partir del supuesto momento de su nacimiento (con el que daría comienzo el año primero de nuestra era), se sabe que en realidad nació un poco antes, pues fue en tiempos del rey Herodes, que murió en el año 4 a.C.
Fueron precisamente las persecuciones de Herodes las que llevaron a la familia, después de la circuncisión de Jesús, a refugiarse temporalmente en Egipto. El relato evangélico rodea el nacimiento de Jesús de una serie de prodigios que forman parte de la fe cristiana, como la genealogía que le hace descender del rey David, la virginidad de María, la anunciación del acontecimiento por un ángel y la adoración del recién nacido por los pastores y por unos astrónomos de Oriente. Por lo demás, la infancia de Jesucristo transcurrió con normalidad en Nazaret, donde su padre trabajaba de carpintero.
El Bautismo de Jesús, de Guido Reni
Hacia los treinta años inició Jesucristo su breve actividad pública incorporándose a las predicaciones de su primo, Juan el Bautista. Tras escuchar sus sermones, Jesús se hizo bautizar en el río Jordán, momento en que Juan le señaló como encarnación del Mesías prometido por Dios a Abraham. Juan fue pronto detenido y ejecutado por Herodes Antipas, lanzándose Jesucristo a continuar su predicación.
Se dirigió fundamentalmente a las masas populares, entre las cuales reclutó un grupo de fieles adeptos (los doce apóstoles), con los que recorrió Palestina. Predicaba una revisión de la religión judía basada en el amor al prójimo, el desprendimiento de los bienes materiales, el perdón y la esperanza de vida eterna.
Su enseñanza sencilla y poética, salpicada de parábolas y anunciando un futuro de salvación para los humildes, halló un cierto eco entre los pobres. Su popularidad se acrecentó cuando corrieron noticias sobre los milagros que le atribuían sus seguidores, considerados como prueba de los poderes sobrenaturales de Jesucristo. Esta popularidad, unida a sus acusaciones directas contra la hipocresía moral de los fariseos, acabaron por preocupar a los poderosos del momento.
Jesús fue denunciado ante el gobernador romano, Poncio Pilatos, por haberse proclamado públicamente Mesías y rey de los judíos; si lo primero era cierto, y reflejaba un conflicto de la nueva fe con las estructuras religiosas tradicionales del judaísmo, lo segundo ignoraba el hecho de que la proclamación de Jesús como rey era metafórica, refiriéndose al «reino de Dios» y sin poner en cuestión los poderes políticos constituidos.
Consciente de que se acercaba su final, Jesús celebró una última cena para despedirse de sus discípulos; luego fue apresado mientras rezaba en el Monte de los Olivos, al parecer con la colaboración de uno de ellos, llamado Judas. Comenzaba así la Pasión de Cristo, proceso que le llevaría hasta la muerte tras sufrir múltiples penalidades; con ella daba a sus discípulos un ejemplo de sacrificio en defensa de su fe, que éstos asimilarían exponiéndose al martirio durante la época de persecuciones que siguió.
Jesús fue torturado por Pilatos, quien sin embargo, prefirió dejar la suerte del reo en manos de las autoridades religiosas locales; éstas decidieron condenarle a la muerte por crucifixión. La cruz, instrumento de suplicio usual en la época, se convirtió después en símbolo básico de la religión cristiana.
El Cristo Crucificado de Velázquez
Los Evangelios cuentan que Jesucristo resucitó a los tres días de su muerte y ascendió a los cielos. Judas se suicidó, arrepentido de su traición, mientras los apóstoles restantes se esparcían por el mundo mediterráneo para predicar la nueva religión; uno de ellos, Pedro, quedó al frente de la Iglesia o comunidad de los creyentes cristianos, por decisión del propio Jesucristo. Pronto se incorporarían a la predicación nuevos conversos, entre los que destacó Pablo de Tarso, que impulsó la difusión del cristianismo más allá de las fronteras del pueblo judío.
La obra de Pablo hizo que el cristianismo dejara de ser una secta judía cismática y se transformara en una religión más universal; la nueva religión se expandió hasta los confines del Imperio Romano y más tarde, desde Europa, se difundió por el resto del mundo, convirtiéndose hasta nuestros días en la religión más extendida de la humanidad (si bien se encuentra dividida en varias confesiones, como la católica romana, la ortodoxa griega y las diversas protestantes).



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miércoles, 29 de agosto de 2012

Educar en valores

Por: Joan Antoni Melé | 29 de agosto de 2012


Educar en valores

La Educación ProhibidaMe han pedido mi opinión sobre la película La Educación Prohibida, que se ha estrenado recientemente y que trata de uno de los temas que más me interesan: la educación. De hecho, en muchas de mis conferencias no dejo de insistir en la necesidad de cuestionar el sistema educativo en general, y del grave error que supone para la sociedad que sea el sistema político, es decir, los diversos gobiernos, quienes dictaminen los planes de educación y los currículos escolares. El Estado solo debe garantizar el derecho de todos los ciudadanos a una educación, pero los contenidos y la metodología deben poderlos elegir los padres y los maestros. Recomiendo la lectura del artículo     Libertad y Cultura     que encontraréis en el blog amigo Criterio y Conciencia.
Dicho esto voy a comentar la película, que ya conocía porque en los últimos meses algunos amigos ya me habían enviado diversos fragmentos. Y tengo que decir que no todas las alternativas que se ofrecen son igual de válidas para mí, aunque en su presentación pueda parecer que todas tienen similitudes o que son más o menos iguales. En absoluto es así.
Igual que defiendo la libertad, también afirmo con rotundidad que el conocimiento es la base de la libertad, y que solo la verdad nos hace libres. Cuando hablo de libertad no me refiero a que todo el mundo haga lo que le dé la gana, sino a este espíritu permanente de búsqueda de la verdad.
Educar es ayudar al niño a que desarrolle todas sus capacidades, a que corrija sus posibles defectos, para que pueda vivir en armonía en la sociedad aportando creativamente todos sus valores personales.
Y para poder hacer esto hay que conocer cuáles son las leyes del desarrollo humano, tanto físico como emocional y espiritual. Con todo esto quiero decir que considero la tarea del educador como una de las más difíciles y de más responsabilidad que existen, y que deberíamos admirar, ayudar y proteger a todos aquellos que emprenden con vocación esa importante misión. Los que no tienen vocación no deberían hacerlo. Acaban sufriendo y haciendo sufrir. Por tanto, no comparto alguna de las afirmaciones que sugieren que al niño no hace falta educarle, simplemente con dejarlo en un ambiente natural a su libre albedrío ya se formará.
En cualquier caso es un buen documental para debatir en escuelas y entre amigos, para comentar entre padres y profesores, y sobre todo para que la vean los políticos a fin de que puedan descubrir que la sociedad está ya en un gran cambio de conciencia, y que también exige un cambio de conciencia al mundo político y al mundo económico. No podemos seguir manteniendo un sistema educativo basado esencialmente en adquirir conocimientos, y primando y admirando a los supuestamente más inteligentes. En el siglo XX se ha desarrollado mucha inteligencia pero no dejan de aparecer nuevos problemas. No es solo la inteligencia, sino sobre todo la bondad, lo que nos aportará soluciones. Lo importante no es si soy poco o muy inteligente, sino al servicio de quién o de qué ideal pongo mi inteligencia. En este sentido, quizás también tenemos que darnos cuenta que es tanto o más importante saber tocar el piano o el violín, que resolver ecuaciones o raíces cuadradas, porque a través del arte se desarrolla la inteligencia emocional.
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martes, 21 de agosto de 2012

Los bloqueos psicológicos



Los bloqueos psicológicos

por Sannuti, Ángela · 


Cargamos con barreras mentales y emocionales que nos impiden completar el desarrollo humano y alcanzar una verdadera madurez. Una profunda empatía con nuestra historia y con nosotros mismos puede devolvernos la vitalidad perdida.


Todos llegamos a este mundo con un inmenso manantial de vida, con cualidades potenciales que sólo en un entorno verdadero de afecto, protección y cuidado pueden desarrollarse y madurar.
El impulso de sobrevivir es básico en todas las especies. Como sabemos, el infante humano nace indefenso y sumamente vulnerable; para su supervivencia depende de un adulto. Es en el contexto de esta dependencia primaria y de la respuesta que reciba de sus padres –o cuidadores primarios–, donde un niño podrá desarrollar su vitalidad; así como una semilla necesita hallar la luz del sol para crecer.
Debido a la ignorancia y a la negligencia emocional con la que se crece y se educa, la vitalidad de la gran mayoría de los seres humanos está bloqueada en más de un aspecto sin que se lo detecte. Cuanto más bloqueados estamos, menor es nuestra capacidad de sentir y de pensar con libertad, y menor nuestra individualidad y riqueza; más aún, tendemos a reaccionar en forma mecánica y sin auténtica sensibilidad.
¿En qué momento y de qué manera se nos arrebata parte de este potencial tan sagrado con que nacemos? Todas nuestras limitaciones psicológicas son consecuencia –y no defectos propios– de experiencias muy tempranas. El sufrimiento anímico de los adultos es producto de heridas muy concretas que vulneraron su dignidad e integridad en los momentos clave de su estructuración psíquica. En nuestra cultura, aun en los ámbitos intelectuales, la inmensa mayoría sigue banalizando el nexo existente entre las experiencias de la infancia y el comportamiento del adulto. El pasado, con su carga emocional y sus bloqueos, no puede eliminarse ni elaborarse mientras se niegue el sufrimiento experimentado. No es posible ayudar a una persona a curar sus heridas si se niega a verlas; y por más que las niegue, ese dolor quedará vivo y encerrado en el sótano más oscuro de su alma. Son muy pocos los que se enfrentan a los hechos dolorosos acontecidos en su vida y descubren la verdadera historia de su niñez sin idealizarla. ¿Por qué? Porque mientras la sociedad siga  ignorando las penurias de la infancia, los adultos permanecen solos y aislados con su historia, sin saber qué hacer; y lo que es peor aún, muchos se resignan a sufrir depresiones, tomar medicamentos o drogas para no sentir.
¿Cómo se puede recuperar la autoestima si uno no se libera de sus bloqueos? No hay nadie en este mundo que no desee valorarse y respetarse. Los bloqueos son fruto de una historia que debería conocerse emocionalmente para comprender cómo esa persona ha podido convertirse en quién es.

¿Qué es un bloqueo?

Yo como vosotros fui sorprendida
mientras robaba la vida,
expulsada de mi deseo de amor.
Yo como vosotros no fui escuchada
y vi los barrotes del silencio
 crecer en torno a mí… *


Los bloqueos psicológicos trazan el recorrido de las potencialidades heridas de un ser humano. Sus causas son estrictamente emocionales y su dinámica es la desvalorización, el desprecio y la humillación interiorizados en las relaciones parentales. Todos somos niños dependientes y asustados porque crecimos bajo la tutela del miedo y la culpa, que son el fundamento de todo bloqueo. ¿Dónde se originan ese miedo y esa culpa? Allí donde lo aprendemos todo: en el seno de nuestra familia y en la educación con la que somos encorsetados en nuestros primeros años. Bloqueos en el aprendizaje, en la capacidad de formar vínculos, en el desarrollo de la afectividad y de la sexualidad, en nuestra capacidad creativa y, sobre todo, en nuestra autonomía y libertad.
Si un adulto ve que sus sentimientos y sus necesidades más profundos son invalidados por el medio que lo rodea, sentirá una opresión muy poderosa, será una experiencia amenazadora para su vida; el miedo y la desconfianza anudarán su corazón, vivirá a la defensiva o se sumirá en una gran tristeza.
Imaginemos a un bebé o a un niño pequeño en plena formación: es un ser débil y maleable que  depende enteramente –porque no tiene otra salida– de lo que los padres sientan y hagan por él1.
Todo niño necesita la compañía de un ser humano empático y no dominante para crecer y estabilizarse. Pero, ¿qué le sucede a un niño cuando no encuentra esa mirada empática y comprensiva que lo sostenga y lo aliente? ¿Cómo se defiende en un clima de soledad e indiferencia o de desaprobación y censura constante? Escondiendo sus verdaderos sentimientos: el llanto, la rabia, la tristeza o la indignación, que serían las reacciones naturales ante el dolor. Aprende a bloquear su capacidad de sentir para no sufrir, porque no le queda más remedio que adaptarse y silenciar su dolor. Aprende a desconfiar de sus percepciones y a mentir porque necesita negar la dolorosa realidad que lo circunda para conservar la ilusión de que es querido porque, de lo contrario, no podría sobrevivir. Aprende a bloquear su capacidad de pensar; tan frágil es la existencia al principio de nuestra vida. Así aprendemos a enmudecer nuestros sentimientos y a reprimir nuestro dolor; y con él enterramos también nuestra vitalidad y nuestros recursos. La espontaneidad vital se va cercenando por esta temprana adaptación forzada; lo que queda luego es la fatiga que dura toda la vida por esta práctica tan generalizada del “no darse cuenta”, del no saber o no registrar lo que verdaderamente uno quiere, siente y necesita.
El problema es que tanto jóvenes como adultos permanecen anclados en esta trágica situación infantil. Tomar conciencia de esta situación no mata, libera. Nuestro cuerpo es incapaz de vivir sin sentimientos auténticos, es el guardián de nuestra verdad, nos avisa a través de síntomas físicos y emocionales de nuestra identidad perdida, de lo más verdadero y profundo que tuvimos que sofocar para sobrevivir.
Toda enfermedad es una vía de acceso –si estamos dispuestos y abiertos– a nuestros verdaderos sentimientos y deseos que quedaron silenciados por el miedo infantil y justificado de entonces2.
Ahora, como adultos, contamos con la posibilidad de salir de la sombra, percibir la magnitud de las heridas padecidas en la infancia y desbloquear las partes más preciadas y vitales de nuestro ser.

Los sentimientos de culpa

Yo como vosotros lloré.
reí, esperé.
Yo como vosotros sentí que me
despojaban
de mis vestidos
y cuando en mis manos pusieron
mi vergüenza
vergüenza comí cada día.

Las huellas de una educación basada en el miedo, en la vergüenza y en la inculpación nunca  desaparecen del todo hasta que no seamos conscientes de su existencia y detectemos sus mecanismos. El miedo sólo enseña a ser desconfiados, a esconder los sentimientos auténticos y a mentir; la humillación es un veneno que destruye la autoconciencia sana, nos avergüenza, nos vuelve inseguros e inhibidos; y la culpa silencia la voz del niño que fuimos y bloquea sus sentimientos.
Las personas que en su infancia siempre han tenido que “seguir los deseos y las órdenes de los adultos” y “dar por sentado sus principios” –muchos lo llaman educación– sin tener la libertad de dudar y cuestionar su comportamiento, son seres que buscan lo esencial en lo invisible y pasan por alto lo visible, lo obvio, como algo “no esencial”: un bloqueo mental que muchos adultos padecen. Adultos sumisos que no pueden evitar convertirse en la obediente marioneta de otras personas porque han perdido su orientación interior3.
Cuando a un niño no se le permite vivir con libertad sus sentimientos más tempranos –ira, hambre, descontento, alegría con el propio cuerpo– o cuando los padres o educadores lo castigan o critican por el más mínimo error, tan sólo con una mirada de prohibición o desprecio, están transmitiendo el conocimiento de que confesar el propio fracaso o los propios placeres es arriesgado, porque ello les arrebatará su amor y su estima.
El exitismo que impera en nuestra sociedad se alimenta de estos miedos y culpas infantiles; muchos se aferran desesperadamente a la máscara de la perfección o a una fachada feliz para hacer y sentir lo que se espera de ellos. La depresión es el alto precio que un adulto paga por traicionarse y renunciar a sí mismo. Si de pequeños no nos riñen por nuestros errores y nos explican las cosas inadecuadas de nuestras conductas, si nos aceptan por lo que somos y no por cumplir o alcanzar las expectativas de los mayores, crecemos con una confianza básica y una libertad para aprender y descubrir por nosotros mismos el propio sendero.
La tortura de los sentimientos de culpa refleja el esfuerzo incesante por traicionar sentimientos propios y no poder romper con las constantes maniobras de adaptación y la docilidad acomodaticia que aprendimos tempranamente. La mayor de las heridas es no haber sido amado por lo que uno era, y no hay manera de abordarla sin un verdadero trabajo de duelo. La gente hace precisamente lo contrario, se defiende de su destino infantil y esto es lo que enferma y destruye.
Todas las distorsiones y bloqueos dejan de ser necesarios en cuanto la vieja herida puede ser vivida; nos libera del miedo, de la culpa y de la ilusión infantiles.

Hacerse adulto

Una vida emocional congelada, anhelos propios que se postergan una y otra vez, confusión y desorientación interior en situaciones decisivas de nuestra vida, dificultad para pensar y sentir con claridad, una conciencia anestesiada por el autoengaño, actitudes forzadas e inauténticas… todas huellas de bloqueos, de agujeros emocionales donde debería florecer una vida auténtica, rica y con sentido; la que nos corresponde por haberla elegido.
Los adultos que conocen y viven con su historia –porque no la niegan– recuperan un nuevo espacio de libertad: cuando accedemos a una auténtica comprensión emocional de nosotros mismos, cuando hay empatía hacia nuestro destino infantil, experimentamos una libertad interior, una incuestionable seguridad y una fuerza para emplear de manera creativa, activa y constructiva nuestra historia, en lugar de sufrir y seguir siendo víctimas inconscientes del pasado4.
En muchos de nosotros, vive todavía el niño atemorizado y lleno de culpa, cuyos miedos nunca pudieron ser escuchados, aceptados ni vividos de forma consciente. La percepción de quiénes somos realmente, de lo que sentimos y necesitamos, nos permite orientarnos mejor en el hoy y poder distinguirlo del ayer.
La paz y la alegría que muchas personas desean no vienen de afuera; el camino hacia la madurez es el de una profunda empatía hacia uno mismo. ¿Cómo podemos ser empáticos con los demás si no lo somos con nosotros? Podemos recuperar nuestra capacidad original de amar y de comunicar en libertad en tanto restablezcamos la confianza, el respeto y la lealtad a nuestro verdadero ser.

* Las citas poéticas pertenecen a La tierra santa, de Alda Merini.
1. Gran parte de la sociedad niega o trivializa los sufrimientos padecidos en la primera infancia. Basta prestar atención al lenguaje que utilizan: mientras denominan tortura a la violencia que se ejerce contra los adultos, siguen llamando educación a la que se ejerce con los niños.
2. Muchas veces irrumpen en nuestra vida cotidiana sentimientos intensos y perturbadores que nos incomodan o asustan. Si los habilitamos, también nos revelarán verdades de nuestra historia personal que tuvimos que silenciar.
3. Esta ceguera emocional puede explicar el conformismo tan extendido en nuestra sociedad y por qué muchos adultos se dejan corromper por ideologías autoritarias.
4. Esa trampa que nos parecía ineludible, esa herida incurable, ese dilema insoluble, aquellos viejos bloqueos, de pronto resultan diferentes y abordables porque dejamos de cargar con viejas culpas y temores.


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miércoles, 8 de agosto de 2012

New Age: el retorno del gnosticismo, ¿una nueva moda religiosa?



New Age: el retorno del gnosticismo, ¿una nueva moda religiosa?

El crecimiento continuo del movimiento New Age es una de entre tantas manifestaciones del retorno religioso en forma de neopaganismo y de gnosis. El New Age propone una forma nueva de religiosidad que, por algunas manifestaciones propias, que ya analizaremos, coincide con el sentimiento religioso contemporáneo.
Pero, ¿qué es exactamente el New Age? ¿Una nueva moda religiosa? ¿Una evasión del mundo real o la proyección de un mundo lleno de ilusión?, ¿Es aquello que algunos llaman el retorno al IV Reich? ¿O más bien es una nueva mentalidad religiosa que surge en el mundo científico, frío y sin sentido trascendental de Occidente?
En este escrito, quiero presentar las líneas filosoficoteológicas generales de lo que es en realidad el New Age y mediante qué signos o características se manifiesta al hombre de hoy.
Los creyentes católicos debemos conocer realmente estas nuevas sensibilidades religiosas que hablan de sincretismo, niegan la revelación cristiana y propugnan el culto del yo y de numerosas falsificaciones de la verdadera fe cristiana.

I. Definición y origen

A. ¿Qué es el New Age?

El New Age es un conjunto de prácticas aparentemente heteróclitas, pero unificadas por una visión de humanización total (holista): técnicas de ''ampliación de la conciencia'' y medicina del alma, astrología o channelling (comunicación con la entidad del mundo invisible), control del cuerpo por medio de artes marciales, y mediante el aislamiento sensorial o las terapias inocuas; control de la naturaleza con el arte foral, la ecología o el vegetarianismo. El New Age es un nuevo modo de ver la realidad de las cosas. Según lo definen los propios fundadores del New Age, este movimiento es ''un nuevo paradigma''.
Por otra parte, Donald Leonard afirma que es un ''lago esotérico y misterioso donde fluyen las corrientes de los años '60: Ecologistas, movimientos radicales, ambientalistas y pacifistas''. El movimiento de la Nueva Era busca la liberación de la naturaleza humana y cósmica de sus múltiples dolencias y sufrimientos, no a través de paradigmas políticos o ideológicos, si bien el New Age de hecho está unido al partido verde, sino por medio de la meditación y del conocimiento. Hace que la humanidad penetre en el nivel de conocimiento espiritual-planetario, para entrar en una ''nueva era'' caracterizada por la paz y la felicidad.
La conocida newager Marilyn Ferguson, afirma que el New Age es una ''red sin líderes, que trabaja para realizar cambios radicales en los Estados Unidos''. Pero, según Franc Rodé, se trata de un ''supermercado de religiones donde cada uno toma lo que le gusta y deja el resto''. Y según los sondeos sociológicos, se trata de una religiosidad destinada a convertirse en fenómeno de masas por su ambigüedad, su fuerza y su capacidad de servir al romanticismo y al sentimentalismo religioso de la sociedad actual.

B. Origen y sus inspiradores

A la pregunta de cómo nace el New Age, podemos responder que posee dos fuentes principales de nacimiento: la corriente del Acuario con Paul Le Cour y la Sociedad Teosófica con Alice Balley, que más adelante veremos.
M. F. Jacques define con el nombre de ''precursores de la era del Acuario'' las corrientes esoteroocultistas, nacidas en la segunda mitad del siglo XIX. Este pensamiento esotérico trata sobre la transformación de la civilización: Cada vez que el sol entra en un nuevo signo zodiacal, esto es, alrededor de cada 2.160 años. La última transformación acaecida fue la del cristianismo en la era de Piscis. Por esto, el próximo gran cambio que se acompañará al advenimiento de la era del Acuario corresponderá a una hecatombe, a la que seguirá la venida de un ''gran Rey'', el retorno del Cristo-Acuario, que marcará el inicio de una nueva edad de oro. La nueva religión, entonces, será un esoterismo cristiano y gnóstico, basado en el Evangelio de San Juan, el verdadero evangelio del Acuario.
También, Alice Bailey (1880-1949), discípula de la Sociedad Teosófica, esperaba la transición hacia una nueva era, donde se reconciliarían todas las religiones en la identidad de sus orígenes, basados en lo que ella denominaba la verdad eterna. Bailey desarrolló las ideas gnósticas de Helena Blavatsky (1831-1891), como la nueva encarnación del Cristo cósmico. ''La doctrina teosófica de la Sra. Blavatsky estriba en un esquema de tipo gnóstico-neoplatónico; unidad esencial de todo, ley cósmica (karma), manifestaciones del espíritu en la materia (avatara) y el regreso del hombre al espíritu''. Se creará una religión mundial donde Dios será similar al Brahman hindú, anunciado por todos los avatares, como Cristo, era tras era. El espíritu de la Nueva Era está en la ley de la reencarnación y continuará la revelación por el nuevo Salvador o avatar.

II. Características

La característica principal del New Age es su preferencia por la reflexión oriental de estilo panteísta, como camino para vivir una nueva religiosidad. Propugna un sistema religioso donde Dios se disuelve en lo Divino y viene a ser una ''energía cósmica''. Dios se identifica con lo último de la realidad de las cosas, especialmente con la psique humana. El movimiento de la Nueva Era busca lo trascendente, y no lo sensible, para liberarse en su totalidad de lo terreno, y se une a la conciencia cósmica o conciencia colectiva. Excluye la noción de creación y refuta toda visión dualista de la realidad.
También se trata de una visión ''científica'' de la realidad basándose en el holismo y en la evolución. El holismo de la física moderna, que identifica la materia con las ondas de la energía, hace del universo, según Fritjof Capra, un ''océano de energía'' donde todo nace, participa de la misma realidad y se halla en evolución constante.
Como técnicas, el New Age adopta la música, la danza, el arte en general, las artes marciales, el yoga, el budismo zen, el misticismo, la búsqueda de la sabiduría en las civilizaciones antiguas, la magia, la droga, el contracto con la naturaleza (la diosa Gaia) y otros métodos y técnicas. Utiliza la psicología de Jung (conciencia colectiva) y la psicología humanística de Maslow, que se basa en la experiencia de la unidad con el cosmos.
El New Age busca una transformación cultural de la sociedad, que incluye la sustitución de todas las religiones en nombre de una Nueva Era (tal y como es la traducción propia en lengua inglesa: new age). Este movimiento también niega las verdades más fundamentales de la fe cristiana, si bien tiene como texto básico de estudio la Biblia, especialmente el Evangelio según San Juan.

III. La fe del New Age

El New Age expresa una concepción innovativa del mundo (del cosmos, en su concepción más extensa) con los siguientes adjetivos:
  • holística (la realidad de las cosas se encuentra en el Todo),
  • ecológica (la diosa Gaia es la madre Tierra, que debe ser adorada),
  • andrógina (el mundo es una unión de lo masculino y lo femenino),
  • mística (lo divino pertenece a un Todo),
  • mundial (conciencia colectiva).
En el movimiento de la Nueva Era, se transita de la fe sencilla a lo gnóstico o creencias ocultas, de la religión a la espiritualidad, de la oración-súplica a la oración-mantra, de la obediencia a la experiencia... La fe está fundamentada en una espiritualidad esotérico-mística, donde se busca la unidad con una visión totalizante de la realidad de las cosas. También, se promueven un complejo de técnicas para explorar las fuentes del Ser y del Uno donde se refuerza el narcisismo del ego.
En la fe del New Age hay un sentido de profundo vacío existencial y de un deseo divino no colmado, donde se buscan las razones para vivir. Lo espiritual se identifica con lo emocional, aparece el culto de uno mismo, y existe un misticismo pagano, en donde se adora una divinidad sin nombre.
Según el New Age, el mundo va ''hacia una mayor unidad'' (en palabras de Teilhard de Chardin). Lacosmogénesis, o la organización de la materia en aglomeraciones siempre diversificadas, con el paso del tiempo produce la biogénesis, o la vida en la tierra. La vida crea la biosfera, que se desarrolla en formas más complejas hasta llegar a la creación del cerebro. Aquí nos encontramos con laantropogénesis, la ascensión hacia el hombre. El hombre es el resultado final por encima de todos los seres del universo. Por ello, el hombre es persona en cuanto es conciencia pensante a sí misma. Después se origina un desarrollo de nivel cósmico: la conciencia no es solamente vida, sino reflexión. Entonces, la unidad logra el dominio absoluto sobre la propia evolución, y puede decidir sobre sí misma. Posteriormente, el hombre evoluciona hacia la noegénesis, o la génesis del espíritu, creando una nueva era de luz y de amor.
El objetivo planetario del New Age es la creación de un verdadero y propio sistema nervioso de la nueva humanidad: la comunidad científica mundial (educación mundial). Ésta es la transformación de la era del Acuario que nos llevará a la Omega, que es la realidad total y totalizante, el primer motor de la actividad humana que posee dimensiones universales. También es incorruptible, trascendente, unificadora, es el Amor divino.
Gnosis y razón se encuentran relacionadas entre sí, y esto se debe a una duda fundamental contemplando la capacidad de la razón y de la conciencia moderna de responder a los más profundos interrogantes del hombre. El objetivo de los neognósticos del New Age es reconducir el desgarrón que el saber puramente racionalista (positivismo y materialismo ateo) ha producido en un mundo todavía desilusionado y sin esperanza.
El semanario NEWSWEEK publicaba no hace mucho tiempo un análisis sobre las inclinaciones espirituales y religiosas en Estados Unidos, indicando que la ley de la oferta y de la demanda y los trucos comerciales se están aplicando ya a las diferentes comunidades religiosas cristianas.
De este modo la ley del mercado hace que la eficacia de un pastor protestante o de un sacerdote católico no se mida por su ejemplo fiel a las Sagradas Escrituras o a la predicación propia, sino a la cantidad de gente que acude a la iglesia y a la cantidad de dólares recaudados en las ceremonias religiosas. Así, para que la religión convenza deberá observar las ''prescripciones de calidad'' propias de un mercado competitivo, porque aparentemente esto es de lo que se trata, de ganar clientela. NEWSWEEK anota tres:
  1. Se presenta como un menú de restaurante. Las diversas confesiones e iglesias ofrecen doctrinas entre las que cada persona escoge, según sus gustos. No se trata de pertenecer a una fe determinada, sino de írsela haciendo a la medida, escogiendo un poco de esta religión y un poco de la otra.
  2. Religiosidad entendida como feelingsentimiento. No existe ningún interés por la formación religiosa ni por la profundización en la fe o en los fundamentos propios de la religión. Las creencias que se admiten son epidérmicas y no exigen una adhesión comprometedora a ninguna religión en concreto.
  3. Religión fácil. Es una religiosidad basada en una intensa vida social, en vistas a satisfacer el sentimiento religioso propio de todos los hombres.
Por otra parte, el Credo del New Age es ambiguo y busca la satisfacción de todos los gustos y medias espirituales a elegir. Evidentemente, posee ''dogmas'' o directrices adoctrinales, aunque no se sostienen como tales, y son éstos los que fundamentan su Credo:
  1. Rechazo radical de la filosofía y la religión de la ''Old Age'', Era Antigua. Esto significa una oposición frontal frente a la civilización judeocristiana. Promueve las religiones paganas (ritos celtas, mitología germánica...).
  2. Se enfrenta al dualismo creado por Occidente denominado ''Dios y hombre'', considerando que la humanidad es una, la naturaleza y la humanidad son una sola realidad, el Universo y Dios son uno.
  3. Propone el libre examen de la percepción de la realidad, donde cada uno interpreta como quiere las religiones y la realidad existencial que las rodea, frente al dogmatismo religioso de las religiones tradicionales.
  4. Predica la Era del Acuario, que teóricamente nos traerá una era de armonía y paz cósmica a lo largo del Tercer Milenio. Nacerá así una nueva religión, bajo la llegada de un Cristo Aquariusliberador.
Frente a este Credo, nos encontramos con otra realidad, y es el hecho palpable de la expansión vertiginosa del New Age por todo el globo terrestre: múltiples seminarios, un sin fin de cursos, revistas y librerías. Concretamente se han creado unos 50.000 centros y librerías New Age que, con imágenes y rótulos diversos, se reproducen por doquier, comercializando todo tipo de objetos, plantas, curiosidades diversas. Existen actualmente más de 100.000 libros publicados sobre cualquier tema que desarrolle el pensamiento newager, como si se tratara de un apostolado escrito. Además de poseer numerosos supermercados y farmacias especializados en alimentos newagers (alimentos ecológicos, vegetarianos, de relajación...) y medicina alternativa.

Conclusión

He realizado una explicación breve de la Era de Acuario, del New Age. Debido al factor tiempo no ha sido una explicación completa ni exhaustiva. Esto podría hacerse en un Seminario sobre esta temática. Sí que hay abundante bibliografía. Precisamente en una colección que dirige Mons. González se publicará un trabajo mío sobre el New Age y su relación actual con el cristianismo.
A lo largo de esta conferencia hemos caminado por el sendero de la Nueva Era. Conocemos las ideas básicas de la espiritualidad del New Age, cuáles son sus características fundamentales y cómo se manifiesta al hombre y mujer del siglo XXI. Pero me surge una pregunta que me inquieta: ¿cómo podemos vivir nuestra religión católica ante el influjo irremediable de este nuevo movimiento sincrético, esotérico y ocultista?
Por una parte, conviene reconocer que la Era del Acuario nos propone una visión ambigua del mundo en lo espiritual y en lo religioso. Intrínsecamente, es una respuesta a las preguntas y a la sed de trascendencia del hombre actual. Pero el agua que presenta el New Age es un agua no potable, contaminada de lo pagano, lo gnóstico y lo sincrético.
Por otra parte, Juan Pablo II insiste en una nueva evangelización que supere al New Age, y también a todos los nuevos movimientos religiosos denominados ''sectas''.
Urge defender la fe frente a estas nuevas concepciones descristianizadoras. Considero que tal defensa consiste en efectuar un refuerzo de la identidad cristiana, ligar de nuevo la relación auténtica entre fe y obras (praxis), fe y vida cristiana, y una conciencia vital de aquello a lo que oramos y en lo que cristianamente creemos. Potenciar nuestras creencias cristianas básicamente desde la reflexión del Credo de nuestra fe católica, completada a través de una catequesis profunda y desde la vivencia de la fe personal, que logre adentrar a todo creyente en la auténtica senda del itinerarium Dei. Lacatequesis está destinada a llevar a cabo esta función evangelizadora, frente al mundo actual, necesitado de dar respuesta a cuestiones inquietantes de la existencia humana.
En este sentido, Francesc Torralba afirma: ''Hay un redescubrimiento de la dimensión invisible del ser humano, de la interioritas agustiniana. (...) Después del eclipse de Dios que ha caracterizado el siglo XX, el hombre contemporáneo parece abrirse, desde múltiples perspectivas, al Reino del Espíritu, a la esfera de lo sagrado, pero le faltan pedagogos, maestros espirituales''.
Y podemos añadir: Tales pedagogos o maestros espirituales los encontramos en Edith Stein, John Henry Newman, Teresa de Lisieux, von Balthasar, Henry de Lubac, Teresa de Calcuta... y tantos otros. Estos pensadores y testimonios cristianos del siglo XX nos ofrecen su peculiar espiritualidad, madurada tras la experiencia personal con el Dios-Amor, y tras los duros golpes de la vida. Nos presentan una catequesis desde la vivencia coherente de la fe, llevada incluso hasta el extremo de dar la vida heroicamente, como Edith Stein al morir en la cámara de gas de Auschwitz en 1942. Urge una nueva proclamación entusiasta y con convicción clara del Evangelio, sin miedos, escuchando constantemente en nuestro interior el mensaje esperanzador del Papa Wojtyla: ''Abrir las puertas de vuestros corazones a Cristo''.


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