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viernes, 24 de septiembre de 2010

ADVENIMIENTO A LA PLENITUD DEL PODER - III - por RODOLFO WALDO TRINE


ADVENIMIENTO A LA
PLENITUD DEL PODER - III

Del libro: EN ARMONÍA CON EL INFINITO por RODOLFO WALDO TRINE


Vacías deja las iglesias el predicador cuya alma no se ha empapado
todavía del vital espíritu que fluye de las enseñanzas de Jesús, y
que en vez de darle al pueblo la pura doctrina cristiana le da viejos
formulismos y especulaciones. Este es el predicador cuyos esfuerzos
parecen empujar más fácilmente a los hombres hacia la muerte. Los
alemanes tienen un proverbio que dice: “Nunca va lo segundo en primer
lugar”. La vida precede invariablemente a la muerte. Una vez
conocido cómo hemos de vivir, si vivimos en armonía con este conocimiento,
la muerte quedará de maravillosa y peregrina manera al cuidado
de sí misma. Este es el único medio por el que puede perderse
todo cuidado. De la soledad de nuestras iglesias, han querido colegir
algunos ciegos de entendimiento que la religión está muerta. ¿La religión
muerta? ¿Cómo morir la verdadera religión? Y en lo tocante de
las masas populares, la religión está naciendo, o mejor, las masas van
precisamente despertando a la idea de la religión.

Precisamente comenzamos a interpretar la letra en su recto y
vivificante espíritu. ¿La religión muerta? Imposible imaginarlo siquiera. La
religión forma parte integrante del humano espíritu porque el espíritu es
de Dios. Y mientras existe Dios y el alma humana, no morirá la religión.

Lo externo, la forma, la ceremonia, el rito, la pura letra es lo que
se ha entendido por religión, y esto es, gracias a Dios, lo que evoluciona,
y nunca tan de prisa como ahora.

Hay gentes cansadas y aun disgustadas de las actuales fórmulas,
que prefieren conscientemente no tener religión alguna a tener la
que les dan. La abandonan sencillamente como el árbol deja caer sus
hojas al llegar el otoño.

Hay otro número de gentes que han despertado al soplo divino y
encontrado en su interior a Cristo en toda la incomparable hermosura
de su sacrificio y de su redentor poder.

En lugar de quienes han vaciado los templos dando piedras en
vez de pan y cascarilla y paja en vez de alimenticio grano, poned aunque
sea por poco tiempo de quienes se hayan abierto a inspiraciones
elevadas y en ellas vivan, y preguntad después otra vez a los que
dicen que la religión agoniza. “El carbón en ascua, no el apagado es
el que a los demás trozos enciende”. Poned a quienes han recibido la
inspiración del soplo divino y que por consiguiente tienen más poderosa
e importante misión cerca de las gentes, pues de ello mismo serán
capaces de conmover y cautivar el alma colectiva.

Veremos entonces cómo las de hoy casi solitarias iglesias donde
apenas se congregan algunas docenas de fieles, se llenan de bote en
bote, y no hay sitio suficiente para cuantos quieren entrar. “Dejad que
la perecedera concha muestre la perla”. No tenemos ahora, como
tuvimos antes, necesidad de revelaciones. Necesitamos sencillamente
hallar el espíritu vital de todo cuanto nos rodea, y a su debido tiempo,
cuando con él nos compenetremos, nos llegará la verdad. Dice
sobre el particular Juan Pulsford:

“Lo que el alma humana necesita sobre todo, no son exhortaciones,
siquiera elocuentes, acerca de viejos ritos, sino quedar empapada,
embelesada y cautivada por un más caluroso y potente soplo de
Dios que el que sintió hasta ahora. Y no sería yo fiel a mi experiencia
personal, si no diese testimonio de que este soplo divino se adapta a
las necesidades de la naturaleza del alma, como las mañanas de abril
a los campos. No respiran con más desahogo las hojas de los árboles
ni con más lozanía crecen al soplo de las auras primaverales, que al
soplo de Dios se desenvuelven las humanas mentes en armonía con
su índole nativa. Nada conmueve tanto las fibras del alma como el
soplo de Dios. El hombre entero se siente renovado en sus sentidos,
emociones y efectos, en sus ideas e imaginaciones, y el cambio es
mayor de lo que él mismo supone, maravillándose de las fuerzas que
el soplo divino despertó y edujo de todo su ser. Ve entonces el hombre
que su naturaleza es inefable y está al abrigo de las inconcebibles
sorpresas que le reserva el porvenir. Y estos sentimientos de esperanza
en la inmortalidad, evidencian la existencia de Dios. Dejad que
al soplo de Dios refrigere una nueva primavera en vuestra alma, para
que broten los ocultos gérmenes de la vida y os conduzca al verano
del cielo. Entonces tendréis la íntima prueba de Dios como tenéis la
del universo ulterior. Verdaderamente la experiencia de nuestra vida
íntima y la ilimitada esperanza en Dios, os serán más asequibles que
la experiencia superficial del mundo y de la naturaleza”.

Sólo hay un manantial de energía en el universo. Seas lo que
fueres, pintor, orador, músico, escritor, sacerdote, reconoce que el secreto
de tu fuerza está en obrar en armonía con Dios, de modo que
pueda actuar y manifestarse continuamente en ti. Si en esto fracasas,
fracasarás en todo. Si en esto fracasas, tus obras serán de tercero o
cuarto orden, tal vez algunas de segundo, pero seguramente jamás
de primero. Te será absolutamente imposible llegar a maestro.

La estimación que de ti mismo hagas determinará el valor efectivo
de tu obra sobre cualquier materia. Si sólo vives física e intelectualmente,
te pondrás limitaciones que te embarazarán ínterin de tal modo vivas.

Pero cuando reconozcas tu unidad con la infinita Vida y Poder y a
ellos te abras de modo que puedan obrar en ti, entrarás en una nueva
fase de tu vida y te convencerás de que en ti mora un siempre creciente
poder. Entonces se decuplicará tu vigor, porque tu corazón será puro.

“¡Oh, Dios! Para siempre soy uno contigo. Las celestes potestades
lo proclaman en todos los confines de la tierra. Pienso en este
inmoral mayorazgo y mi ser se explaya como pétalos de una flor, como
olorosa nube de incienso que canto en las intimidades de mi espíritu
que resuena en celestiales voces en divino y armonioso coro. Siento
que en mí se levanta una fuerza semejante a la del embrión fecundado,
que como muralla me rodea y de la escoria me alza”.

* * *

466 - JOYAS ESPIRITUALES - 04/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY


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