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sábado, 3 de diciembre de 2011

Jorge Luis Borges parte de:La rosa profunda

Jorge Luis Borges

parte de: La rosa profunda (1975)



Yo

La CALAVERA, el corazón secreto,
los caminos de sangre que no veo,
los túneles del sueño, ese Proteo,
las vísceras, la nuca el esqueleto.

Soy esas cosas. Increíblemente
soy también la memoria de una espada
y la de un solitario sol poniente
que se dispersa en oro, en sombra, en nada.

Soy el que ve las proas desde el puerto;
soy los contados libros, los contados
grabados por el tiempo fatigados;
soy el que envidia a los que ya se han muerto.

Más raro es ser el hombre que entrelaza
palabras en un cuarto de una casa.

Cosmogonía

Ni TINIEBLA ni caos.

La tiniebla requiere ojos que ven,

como el sonido y el silencio requieren el oído,
y el espejo, la forma que lo puebla.

Ni el espacio ni el tiempo.

ni siquiera una divinidad que premedita
el silencio anterior a la primera
noche del tiempo, que será infinita.

El gran río de Heráclito el Oscuro
su irrevocable curso no ha emprendido,
que del pasado fluye hacia el futuro,
que del olvido fluye hacia el olvido.

Algo que ya padece. Algo que implora.

Después la historia universal. Ahora.

El sueño

Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?

¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora

de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra

y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?


* * *


de: http://sololiteratura.com/bor/borlarosaprofunda.htm


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