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martes, 2 de octubre de 2012

El Sacrificio del Señor








Acerca de la ilustración en la portada: Joriaen Simons (junto con otro fiel hermano), anabaptista y vendedor de libros, fue matado por los papistas en la ciudad de Haarlem, Países Bajos. Lo mataron en la hoguera el 26 de abril del año 1557. Las autoridades decidieron quemar sus libros en el lugar donde lo mataron. Pero hubo un alboroto, y ciertas personas de entre la muchedumbre agarraron los libros y los tiraron a los espectadores. De esta manera la verdad fue difundida aun más.


Anónimo

Publicadora Lámpara y Luz

Farmington, New Mexico, EE.UU.
4138/2-10
Edición original en holandés: Het Offer des Heeren
1562 Anónimo
Publicadora Lámpara y Luz
26 Road 5577
Farmington, NM 87401
Tel.: 505-632-3521
© 2010 Publicadora Lámpara y Luz
Todos los derechos reservados
Primera impresión 2010
Impreso en los Estados Unidos de América


Introducción
Después de la época de los apóstoles, misioneros cristianos
difundieron el evangelio de Cristo por toda Europa. Con el paso
de los años, más y más europeos se convirtieron al cristianismo
que se enseñaba en aquellas partes. Pero en muchos lugares de
Europa, la verdad enseñada por Jesús había sido bastante cambiada.
Un cambio muy perjudicial se dio cuando Constantino, uno
de los principales emperadores del Imperio Romano, hizo que el
cristianismo fuera la nueva religión oficial del Imperio. Él hizo
que personas que no habían recibido ningún cambio en su corazón
se unieran a la nueva religión oficial.
Con el paso de los años, las Iglesias oficiales controlaron toda
Europa. Dichas Iglesias cambiaron muchas de las enseñanzas de
la palabra de Dios. La mayoría de los europeos, a pesar de llamarse
cristianos, estaban sumidos en las tinieblas espirituales y
no conocían la salvación en Cristo.
A principios del siglo XVI, en Alemania, se realizó otro gran
cambio llamado la Reforma protestante. En dicho país, Martín
Lutero (monje católico romano), mientras estudiaba la Biblia,
descubrió que muchísimas de las enseñanzas de su Iglesia eran
erradas. Puesto que quería ser más bíblico, quiso corregir algunas
de las doctrinas falsas de la Iglesia. Pero nunca tuvo el valor de
rectificar todo lo que se debía corregir. Entre otras doctrinas falsas,
dejó intacta la del bautismo de infantes.
En aquel entonces, también había otras personas que estudiaban
con diligencia la Biblia, buscando conocer a Cristo y su enseñanza.
Ellos tomaron la firme decisión de seguir a Cristo y rechazar todas las
enseñanzas falsas de la Iglesia Católica. En 1525, estos anabaptistas
(así la gente les decía) fundaron su primera congregación en Suiza.
Con el paso del tiempo, surgieron congregaciones de los anabaptistas
indefensos en todas las regiones de Alemania y los Países
Bajos. Las Iglesias oficiales, tanto las protestantes como la católica,
persiguieron a los anabaptistas y los mataron a sangre fría. Muchos
de los anabaptistas murieron martirizados por su fe. Con frecuencia,
escribieron cartas y otros escritos acerca de su fe en el Señor.

Muchos de los escritos de estos mártires fueron destruidos. Sin
embargo, en 1562 apareció un nuevo libro, en holandés, una compilación
de los escritos de los anabaptistas que fueron asesinados
por las Iglesias oficiales. Este libro no ofrecía información alguna
acerca del compilador ni de la publicadora. El título de este nuevo
libro era Het Offer des Heeren (“El sacrificio del Señor”).
Este martirologio era un libro viviente, ya que tenía la poderosa
capacidad de reproducirse por sí solo. Pudo, por así decirlo, engendrar
hijos y aumentar su tamaño. Porque cuando los buscadores de
la verdad leyeron este libro, siempre oyeron el llamado a convertirse
en discípulos de Cristo. Al entregarse a Cristo y continuar su
lectura del nuevo libro, recibían la fuerza para permanecer firmes
ante la persecución, incluso hasta la muerte. Como resultado,
llegó a haber más mártires… y más testimonios de mártires para
agregarse a las ediciones posteriores del libro.
Ya para el año 1599, el Het Offer des Heeren había sido publicado
por lo menos once veces. Desde esta fecha hasta el año 1660,
este martirologio anabaptista apareció cuatro veces y con títulos
y editores distintos. A pesar de que cada vez crecía en contenido,
siempre incluía la mayoría del material inicial. Finalmente, en
1660, Thieleman J. van Braght, de Dortrecht, Países Bajos, presentó
una gigantesca versión del libro hoy llamado, en inglés,
Martyrs Mirror (“Espejo de los mártires”).
Hoy, casi 450 años después de la primera tirada de Het Offer
des Heeren, usted tiene en sus manos nada más ni nada menos
que la primera traducción al español de la primera edición de este
importante martirologio anabaptista: El sacrificio del Señor.
En estas páginas se nos convence una vez más que la fe es “la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.
Por medio de la fe, los fieles seguidores de Cristo cuyas palabras
están registradas en este libro han logrado un buen testimonio. Si
escuchamos atentamente al leer sus palabras, nos daremos cuenta
de que ellos, a pasar de estar muertos, hablan todavía.

—James W. Lowry
enero de 2010

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