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domingo, 16 de diciembre de 2012

Jesús y Nicodemo - El matrimonio perfecto






Capítulo 3




3:1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. 
3:2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 
3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 
3:4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
3:5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 
3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 
3:7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 
3:8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
3:9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 
3:10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? 
3:11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 
3:12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 
3:13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. 
3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,Numeros 21. 9
3:15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 

De tal manera amó Dios al mundo 
3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 
3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 
3:19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 
3:20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 
3:21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. 



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