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viernes, 17 de enero de 2014

UN HOMBRE MISTERIOSO




UN   HOMBRE   MISTERIOSO

            El Conde de St Germain, a quien el gran filósofo y escritor francés Voltaire llamó: “El hombre que todo lo sabe y que nunca muere”, es sin duda alguna, una de las más sorprendentes y misteriosas figuras de la historia.
            La Enciclopedia Británica lo califica de “Hombre Milagroso” y realmente no se conoce su origen hasta el día de hoy. Su vida, su obra y su desaparición final están tan velados, que su nombre ya es sinónimo de misterio y de enigma.
            En las cartas y memorias de las grandes figuras de la historia, podemos encontrar los motivos que animaron sus fines y acciones. Solo de esta manera podemos tener una idea estimativa acerca de ese hombre que procuró no dejar huellas de su obra.
            Aparentemente, vivió durante centenas de años un hombre que parece haber podido transmutar metales comunes en oro fino y guijarros en piedras preciosas. Por una gran cantidad de testimonios muy dignos de confianza, sabemos que él no envejecía durante un período de cien años. Parecía volverse cada vez más joven. Existen también relatos en el sentido de que el Conde podía abandonar su cuerpo físico a voluntad, apareciendo, en cuestión de momentos a sus amigos localizados a millares de kilómetros de distancia.
              Nada se sabe de su nacimiento ni de su linaje. Versiones no auténticas lo indican como hijo del Príncipe Rakoczi  de Transilvania. Otros acreditaban que era un hijo del Rey de Portugal, más eso nunca fue confirmado. Apenas podemos descubrir que el Conde apareció muy temprano en los círculos de las cortes europeas, durante el siglo XVIII. Y a partir de su aparición se convirtió en una persona muy célebre; fabulosamente rico, hermoso y culto, poseyendo aparentemente poderes sobrenaturales así como conocimientos increíbles.
            En su fascinante libro. “Souvenir de María Antonieta”, la condesa de Adhemar describe la presentación de St Germain en la corte de Francia: “En el año 1743 circulaba el rumor de que había llegado de Versalles un extranjero enormemente rico, a juzgar por la magnificencia de sus joyas. De donde vino, jamás se supo. Su figura era agradable y graciosa. Sus manos delicadas y sus pies muy pequeños. Sus piernas eran bien proporcionadas, realzadas por unas medias bien ajustadas. Su sonrisa mostrada unos dientes magníficos, una barba muy bien tratada, sus cabellos eran negros, su mirar muy suave y penetrante y sus ojos, nunca vi ojos semejantes. Parecía tener unos 40 años. Muy frecuentemente era encontrado en los apartamentos reales, en donde era admitido sin restricciones…”
            En los peligrosos días que precedieron a la revolución francesa, vamos a ubicarlo como constante consejero y confidente del Rey Luis XVI, María Antonieta y Madame Pompadour. El les predijo exactamente todo lo relacionado con la revolución y los días de terror. A pesar de deplorar los sufrimientos y todo el derramamiento de sangre, así como las injusticias que se aproximaban, procuró hacerles comprender lo inevitable y la gran necesidad de cambios como parte de la evolución humana.
            Profetizó el día y la hora en que María Antonieta debería morir en la guillotina. Y, más tarde, tenemos testimonios de la propia Reina de que él se apareció en la prisión en sus cuerpos sutiles, asegurándole que él la guiaría en el país al cual ella iría luego de su muerte. Por eso ella fue capaz de caminar con soberbia altivez hacia la guillotina, siendo  admirada por todos los que la veían.    
            Madame de Pompadour lo menciona repetidamente en sus memorias. En una de ellas dice: “El poseía un conocimiento sólido de todas las lenguas antiguas y modernas; una memoria prodigiosa, de la cual se vislumbra algo entre el esmero de su conversación. El contaba anécdotas acerca de la corte de Valois, así como de príncipes aún más antiguos con detalles tan precisos que daban la impresión de haber sido testigo ocular de lo que narraba. Viajaba por todo el mundo y el Rey gustaba de oír las narraciones de sus viajes por Asia, Africa, por las cortes de Rusia, Turquía y Austria. Parecía estar más al tanto de los secretos de esas cortes que los propios embajadores del Rey. En una ocasión manifestó haber conocido personalmente a Cleopatra y de haber conversado con la Reina de Saba.”
             De cualquier manera, esta es una pretensión asombrosa, más la nota de autenticidad es dada por el compositor de música Rameau, que declaró haberlo conocido en Venecia en el año 1710 y que en 1795 el Conde St Germain parecía considerablemente más joven de lo que era 85 años antes.
            En su biografía de María Antonieta, la Condesa de Adhemar relata haber oído una conversación entre St Germain y la Condesa de Gergy, una señora ya muy anciana: “Hace cincuenta años fui embajadora en Venecia. Recuerdo haberlo visto en aquella ocasión, llamándose Marqués de Balleti. Su apariencia era como la actual. Solo parecía estar en edad más madura, y ahora es más joven que antes. Madame, respondió el Conde sonriendo, tengo mucha, pero mucha más edad. Más entonces debe tener centenares de años, exclamó la Condesa sorprendida. Es posible que yo sea mucho más viejo, respondió él e hizo recordar a Madame Gergy de una cantidad de detalles que ambos conocían del estado de Venecia. Como la condesa aún no lo creía, le hizo recordar ciertas circunstancias y observaciones. No, no, lo interrumpìó la anciana embajadora con voz trémula, ya estoy convencida; por ciertos sois un dios o un diablo.
            Marqués Balleti, fue apenas uno de los tantos nombres asumidos por el Conde. Entre los años 1710 y 1822, este hombre en forma sorprendente anduvo por el mundo adoptando los más diferentes nombres y títulos.
                Leemos sobre él como siendo un agente jacobino en Londres: un conspirador en San Petersburgo; un alquimista y perito artista en París, un aventurero en México y un general Ruso en Nápoles. También tenemos crónicas al respecto relatando que fundó e influenció grandemente a muchas sociedades espirituales entre las que están los Francmasones, los Rosacruces, los Caballeros de la Luz , los Caballeros Templarios, los Iluminati, etc., estos últimos fueron dirigidos por él en reuniones realizadas en las cavernas del río Reno.
            Este hombre prácticamente tuvo contacto y conversó con todas las figuras históricas de alguna importancia durante el siglo XVIII. También existen muchos relatos indicando que el Conde dio consejos altamente significativos a muchas personas. Horacio Walpole habló de él en Londres en el año 1745; Clive, el conquistador de la India , lo conoció íntimamente en aquel país en 1756; Madame de Adhemar, afirma que él la visitó cinco veces luego de su supuesta muerte y treinta y seis años después, el famoso Mesmer confesó que St Germain era su instructor. El escritor Bulwer Lytton era uno de sus amigos.
            Una indicación de sus poderes telepáticos está contenida en “Recordaciones de Viena” de Franz Graffer: St Germain poco a poco fue adquiriendo una gran exquisitez. En una ocasión, por unos momentos permaneció rígido como una estatua; sus ojos, siempre expresivos, mucho más de lo que se podría describir, se tornaron sin brillo y sin color. Pero, de repente, todo su ser comenzó a animarse: hizo una seña con la mano como si se despidiese y afirmó: “Debo partir inmediatamente. Me necesitan en Constantinopla y después en Inglaterra, para ayudarles a preparar las invenciones que tendrán lugar en el próximo siglo: los trenes y barcos a vapor”.  
            Considerando que eso fue escrito mucho antes que la invención de esas máquinas de vapor, no podemos dudar que el operaba en dimensiones y bajo leyes desconocidas por el hombre común.
            Noticias podo fidedignas anunciaron la muerte del Conde St Germain en el año 1784, en el palacio  de Carlos de Hesse (Alemania). Una autoridad escribió: “Hay una gran incertidumbre acerca de los últimos años de St Germain, ya que no se puede depositar ninguna confianza en el anuncio de la muerte de un iluminado, puesto que puede haber servido a los intereses de alguna sociedad que fingiera creer en la muerte del Conde”.
            H.P. Blavattsky escribió en fecha posterior: “¿Acaso no es absurdo suponer que si él realmente murió en un lugar y en el tiempo indicado, fuese sepultado sin pompa ni ceremonias, ni una supervisión oficial y sin el registro policial que siempre acompaña a los funerales de los personajes de su envergadura? ¿Dónde están esos datos? El desapareció de la vida pública hace más de un siglo, más no existe registro de ese acontecimiento. Un hombre, en torno del que se hizo tanta publicidad, no puede desaparecer sin dejar señales.
            Además de eso, tenemos pruebas positivas afirmando que el vivió por más años después de 1784. Tuvo un conversación particular muy importante con la Emperatriz de Rusia en 1785. Apareció ante la princesa de Lombelle, cuando ella estaba ante un tribunal, minutos antes de ser ejecutada. De igual manera apareció a Jeanne Du Barry, la concubina de Luis XVI, en el cadalso de la guillotina, durante los días de terror en el año 1793.
            Innumerables personalidades declararon haber visto y conversado con el Conde de St Garmain, después de su muerte.
            Entre ellos, se encuentra el Conde de Challon que declaró en un reportaje, haber conversado con él largamente, en diferentes ocasiones, después de 1784; ahí está también la aserción de Madame de Gentis, de que le habló durante las negociaciones sobre el Tratado de Viena en el año 1821; afirmación de Madame de Adhemar, sobre sus diálogos con él en el año de su muerte en 1822 y de la Doctora Annie Besant en el órgano “Theosofist” del mes de Enero de 1912 de que él la encontrara y hablara con ella en 1896.
            En los documentos oficiales de la Francmasonería , consta que él fue electo representante de los francmasones franceses en 1785, detalle este mencionado en la Enciclopedia Británica. En la Gran Biblioteca Ambrosiana de la ciudad de Milán, está registrado que él presidió una reunión de la Gran Logia , juntamente con Cagliostro, St Martin y Mesmer en el año 1867. Luego debemos forzosamente deducir que no existe un documento auténtico sobre la muerte de St Germain.
            Su partida de este mundo es tan misteriosa como su aparición. Si es que partió realmente.

            Tema traducido del idioma portugués de la Revista “Servicio Rosacruz” de la Fraternidad Rosacruz de San Pablo, Brasil.

ASOCIACION INTERNACIONAL DE CRISTIANOS
MISTICOS MAX HEINDEL
Colombres 2113 _ Bº Lomas de San Martín
5008 – Córdoba – Republica Argentina

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Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte.
Fraternalmente, Edgardo Ceol

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