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miércoles, 25 de junio de 2014

Los Estigmas por Orión de Panthoseas


LAS ESTIGMATAS
Por
Orión de Panthoseas

Conviene que todo hecho, cuando en sí mismo encierra indudable naturaleza y valor espiritual, sea explicado desde todos los puntos de vista posibles de los siete en que se desenvuelve aquella posibilidad. Los estigmas son conocidos desde muy antiguo, y las especulaciones sobre tal asunto han variado de un extremo a otro con la indiferencia inconmovible de un péndulo. Sin embargo, y antes de nada, debemos matizar que las cosas meramente físicas son explicables y comprendidas mejor ateniéndose a cánones físicos, pero que, las espirituales, requieren de explicaciones de similar índole.
Para los Místicos, – hijos de Seth – y dentro de su marcha y progreso espiritual, hay un momento determinado en que sus “ojos”, los del corazón, los del amor, se abren en una completa concepción y visión de las miserias de este mundo, ante lo que se descubre cual ayudador y salvador. La Biblia refiere este asunto cuando nos describe lo que ocurre en el huerto de Getsemaní. Recuérdese que el místico cristiano se expresa mediante el fervor y la devoción, no a través del conocimiento; para él el fundamento es la Fe y su entrega a Dios o a Cristo sin preguntas y esperándolo todo.
Es así que, las estigmatas se desenvuelven en él de forma espontánea mediante su contemplación de Cristo junto a constantes esfuerzos prácticos para imitarle en todo momento. De esta suerte, y trayendo de aquella contemplación las llagas del Salvador, es por lo que los estigmas aparecerán no sólo en las manos, los pies, la cabeza y el costado, sino también podrán alcanzar a las marcas que el místico contemplativo descubra en el cuerpo del señor, producto de los latigazos u otros motivos. Efectivamente, la mente es el instrumento más poderoso de que dispone el Triple Espíritu o Ego, el cual, por medio de la imaginación va señalando los lugares precisos de la imitación que se está pretendiendo respecto de Cristo. LAS ESTIGMATAS NO SON SINO LÍNEAS DE FUERZA GENERADAS POR EL CUERPO VITAL ( el cuerpo que genera el “cuerpo del alma”, el vehículo del amor, la contraparte en el Mundo Físico del Mundo del Espíritu de Vida, el propio y natural del Cristo y que también alcanzó Jesús antes de entregarle su cuerpo en el Bautismo ) cuyo poder es tal, que el cuerpo físico podemos decir que se siente efectivamente flagelado y maltrecho, en especial en la zona craneal – a la manera de corona de espinas – propiciado ello por los doce nervios craneales que circunvalan, atan y sensibilizan la cabeza. No olvidemos que la Iniciación requiere necesariamente la liberación el hombre real del hombre físico y del “cuerpo de pecado” (compuesto éste por ambos éteres inferiores) y de esta manera poder ascender a otras esferas de mayor luz, por lo que para ello, primero deberá romper o disolver esa presa o unión que se lo impide.
Y dado que dicha unión es más fuerte y potente en los puntos citados de la cabeza, de los pies y las manos, las Escuelas ocultistas – dentro de los Misterios Solares – ponen siempre especial énfasis en llevar a cabo tal disolución pero haciendo que las estigmatas se produzcan invisiblemente, de un modo no físico. Añadamos que en el caso de los místicos, éstos desconocen realmente el porqué de sus visibles y aparentes heridas, puesto que no existen motivaciones externas que hayan podido dañar el cuerpo físico y producirlas. Pero los ocultistas, quienes progresan por medio del conocimiento, si bien no exento, naturalmente, de fe, sí lo saben y controlan previamente los resultados. Ahora bien, tanto si los estigmas son visibles como invisibles, el resultado es idéntico. A partir de ese momento, ambos, el místico o el ocultista, por la unión de la mente y el corazón, sabrán perfectamente que el cuerpo físico es una cruz que el Ego está sobrellevando, es decir, una prisión y no el hombre real. Esto les llevará al siguiente paso dentro de la Iniciación o similar para el místico: el de la “crucifixión”, que no consiste sino en el pleno desenvolvimiento de todos los centros de prisión o unión que hemos ido refiriendo, si bien ello requerirá el hecho de las estigmatas como acontecimiento previo. Quizá sea digno que recordemos aquí a Santa Catalina de Sena, cuyas estigmatas se afirma que se hacían invisibles por propia petición y voluntad. Sin embargo, y frente a la opinión de los dominicos, los franciscanos apelaron a Sixto V, el cual prohibió que se representara a la santa con los estigmas en cuestión. Ello, quizá, porque el papado, la Iglesia Católica constituye el más alto estandarte del misticismo, el que corresponde a la rama de los denominados “hijos de Seth”.


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“Estigmas de Cristo” - documental
Duración= 0:45:53 horas


Agradecemos por este aporte al  Sr. César Lillo Arellano

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