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miércoles, 2 de julio de 2014

De la clarividencia - por Orión de Panthoseas


DE LA CLARIVIDENCIA
por
Orión de Panthoseas

Lo que una persona sea susceptible de captar del mundo exterior dependerá, naturalmente, de la capacidad y sensibilidad que detenten los órganos de sus sentidos. Así, por ejemplo, un pintor estará normalmente dotado para descubrir colores con matices tan sutiles que acaso jamás pueda llegar a distinguir otra persona no amante de la pintura.
El mero hecho de que actualmente dispongamos de cinco sentidos, ello no debe significar que en el futuro no hayamos de disponer de otros sentidos nuevos, como en realidad así ha de ser, pues ya hubo un tiempo en que sucesivamente tuvimos dos, tres o cuatro, por lo que, hoy, de manera semejante, la creencia entonces que podríamos incrementarlos era achacado a cosa de la imaginación o de mera fantasía de quienes entonces lo afirmaban. Sin embargo sabemos a ciencia cierta de la existencia de regiones y planos diferentes al plano tridimensional, regiones y planos en que la materia vibra mucho más rápidamente que en nuestro mundo de percepción ordinaria, y eso debemos afirmarlo claramente y con rotundidad en las mismas puertas del tercer milenio de nuestra era, pues sus consecuencias son trascendentales del mismo modo a como lo han sido siempre. Debemos recordar en este instante con sensatez meridiana casos como los de Miguel Servet, Giordano Bruno o Galileo Galilei y no desfallecer, puesto que ningún falaz entuerto de cada época negra ha conseguido que se el edificio de la verdad se desmoronase. En consecuencia ahí sigue ese edificio de verdad, y nosotros pacientemente conociéndolo, develándolo a través de nuestras ciencias: la material y la espiritual.
Por ello, el sexto sentido a que aludimos es un sentido que se manifiesta triple, pues triple es el grado en que de forma paulatina procede en su desarrollo: a) Visión etérica: Es su grado inferior y, por medio de ella – muy semejante a los Rayos X – podemos ver en la región etérica del mundo físico, donde encontraremos y descubriremos a entidades tales como los espíritus de la naturaleza: ángeles, gnomos, ondinas, silfos y salamandras. Con esta visión puede mirarse con éxito a través de todos los objetos a excepción del vidrio, dado que no es conductor de la electricidad, consiguiendo descifrar sus partes y composición interior; b) Visión astral o visión en el mundo del deseo. En este mundo podremos encontrarnos con las huestes arcangélicas, además de con los hombres y mujeres desencarnados que aún se encuentren en este plano. Mediante esta visión los objetos son vistos no de frente únicamente como son vistos aquí, en el mundo tridimensional, sino completamente extendidos y en todas direcciones, desde los trescientos sesenta grados del círculo por medio de una sola mirada; y c) Visión mental o visión que alcanza la región del pensamiento concreto. Aquí tiene su sede el segundo cielo, y en él se construyen y tienen su residencia los arquetipos de todo cuanto existe en nuestro mundo; su peculiaridad consiste en que el clarividente no estará observando las cosas por partes, de forma estructurada y desde todos los ángulos, sino que percibe a la vez aquellas realidades como un compendio viviente y hablante, con la calidad de un presente y eterno ahora que le vertirá a la conciencia una plasmación total acerca de su virtualidad, motivo por lo que, al regresar a la conciencia normal, la ordenación siquiera elemental de narrar y detallar cuanto haya visto y percibido, le devendrá en aspiración rotunda y absolutamente imposible.
Ahora bien, las diferencias entre los poseedores de los grados de visión descritos son de importancia capital. Así, los poseedores de la visión etérica son de dos clases: los videntes involuntarios por un lado y los voluntarios por otro. Los primeros son aquellos que mediante prácticas negativas de desarrollo espiritual han logrado ver, si bien no disponen de elección alguna para variar de visión o abandonar lo presenciado en aquel momento. El vidente voluntario, por contra, y mediante ejercicios debidamente dirigidos por un maestro competente, puede observar a voluntad cuanto quiera, durante el tiempo que quiera y en la dirección que desee. Hemos de reconocer, sin embargo, que existe una creencia muy generalizada acerca de que, cuando alguien es capaz de ver en los mundos invisibles, dicho vidente tiene obligación de verlo todo, saberlo todo y asimismo comprenderlo, cuando nada más lejos de la realidad ocurre. Porque, teniendo en cuenta la máxima analógica de – “como abajo es arriba”- al igual que en nuestro mundo ordinario, allí cada cual ha de aplicarse y disciplinarse a fin de estudiar y comprobar con rigor e intensidad aquello que quiera llegar a conocer y dominar. Nadase regala en ningún mundo. Si no se trabaja, no se conoce. Por tanto, el vidente voluntario es alguien que persiste y que consistentemente ha trabajado para lograr aquel modo de ver lo mejor posible bajo el dominio de la voluntad.
En un escalón más alto, y, por tanto, con un poder más alto aún que el vidente anterior, encontramos al iniciado. El iniciado no sólo detenta la facultad del anterior, sino que tiene la facultad de abandonar conscientemente su cuerpo denso a fin de manipular e investigar los mundos invisibles. Es así que, y por grados sucesivos, conseguirá conocer su propio funcionamiento interno a fin de que, uniendo estas fuerzas a las fuerzas naturales, proseguir y prosperar dentro del plan evolutivo mediante el aporte de su propio esfuerzo.
Más arriba aún, el Adepto es quien, además de ver y conocer, se ha convertido en un experto en el uso de las fuerzas de la Naturaleza, por lo que, para la persona ordinaria, la mayoría de las cosas que hiciere podrían ser consideradas como hechas por arte de magia, cuando es su conocimiento superior el que le permite dicha ordenación. Siendo ello así, aprovecharemos la oportunidad para dar a conocer un tanto acerca de la vida y poderes de los adeptos, pues de ellos hemos tenido a menudo referencias históricas o por lo que hace al punto de vista oculto.
El Adepto conoce el medio perfecto para controlar tanto sus acciones como sus emociones, de ahí que no desgaste el cuerpo, dado que el cuerpo de deseos es el constante destructor del organismo y lo ha dominado y controlado; conoce asimismo los elementos que necesita para mantener el cuerpo físico y sus estrictas proporciones, consiguiendo con ello el máximun de nutrición y el mínimo desgaste en la economía de la vida, motivo por el que puede mantener un aspecto de juventud y salud durante cientos y quizá miles de años. Pero, además de esta posibilidad, el Adepto también tiene la de construir un nuevo vehículo denso si una razón evolutiva lo requiriese, y la forma es la siguiente:
De acuerdo con una ley de la Naturaleza, según la cual la vida inherente a cada célula de cualquier partícula de alimento debe ser dominada por el Ego antes de que pueda ser asimilada, para el Adepto es posible componer un extracto de los elementos con los que se pueda construir un organismo para, después, pasar del viejo al nuevo. Por ello, lo primero que hará será ingerir los alimentos seleccionados y hacer que sintonicen con el átomo-simiente y sean asimilados de manera apropiada. Una vez esto, deberá proceder a su extracción para, de forma paulatina, ir conformando el nuevo cuerpo. Por tanto, habrá tenido que comenzar previamente a nutrirse con cierto exceso a fin de llevar a cabo la extracción mencionada sin quebrantar su salud. Generalmente, este nuevo vehículo, en su matriz etérica, es colocado en una habitación o cuarto donde jamás, excepto él, nadie entrará. Una vez haya dado conclusión a su trabajo, lo único que le queda es abandonar el viejo cuerpo y entrar en el nuevo. Tan sencillo y difícil como esto. Nada más. Según se sabe hoy, esta es la solución a los presuntos enigmas tanto de Cagliostro como acerca del Conde de Saint Germain y otros. Por necesidades de servicio a la humanidad, y de un día para otro, ellos variaban de país o lugar de residencia e incluso de actividad. En el mejor de los casos, nadie hubiera sospechado otra cosa sino que, cual al uso, los espíritus de los cuerpos abandonados hubieran seguido su proceso normal postmorten.
En este punto oportuno, y a fin de proporcionar mayor claridad, queremos señalar que existe una ley en la Naturaleza según la cual nadie puede construir un vehículo si antes y por evolución no ha aprendido a construirlo, es decir, si no se ha capacitado para ello. Por consiguiente, Cristo, con la altura espiritual y poder que ostentaba, no podía, en consecuencia, construirse para Sí Mismo un cuerpo físico. Él nunca había tenido una experiencia de vida celeste semejante, ni en relación con la formación de arquetipos ni por lo que hace a la experiencia de pasar por la matriz de una madre terrenal. Este fue el motivo por el que alguien debió ser elegido para que construyese para Él el cuerpo denso que iba a necesitar, y ese altísimo honor fue concedido a la familia formada por José, María y Jesús de Nazaret. En el acto del bautismo Jesús cedió a Cristo, y éste tomó de Jesús, el cuerpo denso y el cuerpo vital; no de otra manera podría Cristo unir su propia cadena de vehículos, desde el cuerpo de deseos, y venir a ser en este plano tridimensional nuestro para hacerse ver, sentir y escuchar. El error de muchos, cristianos o no, consiste en confundir a Jesús y Cristo, cuando en realidad son dos entidades tan diferentes.


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BABA VANGA Predicciones - Profecías desde el año  2014 hasta el 5079.
Duración= 0:03:00 horas
 Publicado el 12/12/2013
BABA VANGA 
Por su Nombre Real Vangeli Gushterov era una mujer famosa clarividente búlgaro, que murió en 1996, pero dejó una larga lista de predicciones. Entre algunos que abarca desde 2014 hasta 5079, cuando se dio a entender que va a llegar el fin del mundo.


Agradecemos al Sr. César Lillo Arellano por este aporte.

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