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domingo, 30 de noviembre de 2014

Curación y la Sanación



C U R A C I O N   VS    S A N A C I O N

                                                                  Por Max Heindel
            Como la gran mayoría de la gente no hace distinción entre la Curación y la Sanación , es bueno explicar la diferencia, la que consiste en la cooperación o la falta de ella. Una persona puede iniciar la cura de alguien a través de masajes o drogas; el paciente en cualquiera de estos casos es pasivo, como el barro que es moldeado por el alfarero. No hay dudas de que bajo este tratamiento los problemas pueden desaparecer y la persona puede restablecerse, pero esto es tan solo un alivio temporal.
            El paciente no ha recibido la apreciación adecuada de la causa subyacente de esta dolencia; no comprende que esta enfermedad ha sido una consecuencia de haber violado las Leyes de la Naturaleza , siendo muy posible que vuelva a incurrir en los mismos actos, con el resultado de que sus dolencias retornen. Una “cura” es un proceso físico. La “sanación” es radicalmente diferente; en ella se requiere la cooperación, tanto física como espiritual del enfermo con el curador.
            Para aclarar esto, no podemos sino visualizar la vida y el trabajo de nuestro Gran Líder, el Cristo. Cuando la gente venía a El para ser sanada, no esperaban un tratamiento físico, sino que sabían que el alivio provendría a través del poder del espíritu. Tenían una confianza ilimitada en El y el que esto fuera esencial, lo vemos en los incidentes que aparecen en el capítulo XIII de Mateo, donde se dice que El (El Cristo) fue con la gente con la que Jesús, el dueño original del cuerpo, había estado en los años de mocedad.
            Tan solo ellos vieron al hombre exterior: “¿No es éste Jesús el hijo de José?”; ¿No están sus hermanos con nosotros?, etc. Ellos creían que nada bueno podía salir de Nazaret y de acuerdo con su fe fueron los milagros. Leemos que “No hizo grandes cosas allí debido a la falta de fe”.
            Pero la fe sin obras es cosa muerta y en cada caso cuando Cristo sanó a alguien, esta persona tenía que hacer algo. Tenía que cooperar activamente con el Gran Sanador antes de que se pudiera producir su sanación. El decía; “Extiende tu mano”, y cuando la persona lo hacía, desaparecía el mal; a otro “Toma tu lecho y anda” y cuando lo hacía, sanaba; al ciego; “Ve y lávate en el pozo de Siloam”; al leproso; “Muéstrate a los sacerdotes y ofréceles tus presentes”, etc.,
            En cada caso había una cooperación activa de parte del que sería sanado, lo que ayudaba al sanador. Esos eran simples requerimientos, pero debían ser cumplidos, así el espíritu de obediencia podía ayudar en la labor del sanador.
            Cuando Naahan vino a Elías y pensó que este profeta iba a aparecer con un gran espectáculo de magia y ceremonias para limpiar las llagas del leproso, se sintió muy decepcionado. Y cuando el profeta le dijo: “Ve y lávate siete veces en el río Jordán”, se desespero a tal punto que exclamó, ¡Acaso no tenemos grandes ríos en Asiria y por qué debo ir a lavarme en el Jordán? ¡Qué tontería¡
            A él le faltaba el espíritu de sumisión que es absolutamente necesario a fin de que la sanación pueda efectuarse y es factible señalar que si no se actúa no se recibe la curación de su mal. Ni tampoco aquellos que fueron sanados por el Cristo lo hubieran sido a menos que hubieran obedecido lo que se les pidió.
            Esta es una ley natural absolutamente segura. Es la desobediencia la que produce la enfermedad. La obediencia, no importa que sea ir a lavarse en el Jordán o extender la mano, muestra un cambio de mentalidad, por lo que el hombre se encuentra en posición de recibir el bálsamo para la sanación.

Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte.


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sábado, 29 de noviembre de 2014

¿Quién puede curar a quién?



¿QUIEN  PUEDE  CURAR  A  QUIEN?

                                                                   Por Domingo Febles D.
           
Cuando observamos el abatimiento de alguien enfermo, tenemos la buena intención de, por lo menos, querer ayudar a calmar el sufrimiento que la enfermedad le produce, pero debemos ser muy claros en una realidad: la buena intención no es suficiente.
           
Hace falta que la persona que tiene el propósito de curar o calmar posea, además del interés y buena disposición, un conocimiento astrológico, aunque sea rudimentario, que le permita establecer el grado de compatibilidad existente entre él y el enfermo, es decir, conocer la Ley de Receptividad que le permitan saber si armonizan, a fin de que el proceso curativo pueda verse coronado por el éxito, sin olvidar  nunca las palabras de Cristo: “No se haga mi voluntad, sino la Vuestra Padre mío”
           
Los Auxiliares Invisibles Conscientes poseen este y otros conocimientos de una manera acabada. Saben perfectamente que el éxito de las curaciones milagrosas que realizan dependen, entre otros, de tres factores primarios:
           
1.- El amor puro y desinteresado con que llevan a cabo la actividad curativa dirigidos siempre por los Hermanos Mayores.
           
2.- La Gran Fuerza Curativa que se genera en el mundo mediante los fervientes Servicios de Curación que son realizados por los miembros de la Fraternidad Rosacruz.
           
3.- La aplicación inteligente de la Ley de Recptividad, la que permite que los Auxiliares Invisibles que armonizan entre si, por las vibraciones de sus arquetipos, puedan asistir con una alta probabilidad de éxito a las personas que han solicitado ayuda y que a su vez y como muy importante, son compatibles con ellos en sus vibraciones arquetípicas.
           
            Tema extraído de la Revista ECOS DE SANTO DOMINGO del Centro Fraternidad Rosacruz de la República Dominicana.


Agradecemos este aporte al Sr. Raúl Sasia.

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jueves, 27 de noviembre de 2014

Los satélites



L O S    S A T E L I T E S

            Pregunta:
         ¿Cómo es que los satélites  pueden mantenerse girando en el espacio sin que more un espíritu dentro de ellos si la Tierra tiene dentro de ella al Espíritu de Cristo que la mantiene flotando? Debería ocurrir que la fuerza que sostiene a los satélites en el espacio también mantuviera a la Tierra así como a todos los planetas.

            Respuesta:
         Los satélites o lunas de los planetas, constituyen el vehículo físico de Jehová, que son mantenidos en sus órbitas por Jehová y el Espíritu Planetario, cuando el planeta tiene uno. Antes de que el Espíritu de Crísto  penetrara en la Tierra , nuestro planeta también era mantenido en su órbita por los poderes de Jehová y Cristo, pero desde el exterior de la Tierra. Al respecto, Max Heindel dice lo siguiente:
            “El Sistema Solar puede ser considerado como el cuerpo de un Gran Espíritu al que llamamos Dios y del mismo modo que cualquier desarrollo causado por un proceso anormal nos causa dolor cuando ocurre en nuestro cuerpo, del mismo modo semejantes cristalizaciones como las lunas, son causa de disturbios para ese gran Ser.
            Así como nuestro sistema se las ingenia para eliminar tales anormalidades, de ese mismo modo el universo expele las lunas que han cumplido ya su propósito.
            Mientras los seres que han sido exiliados en una luna se encuentran allí, el Espíritu Planetario del planeta primario, para el cuidado de esos seres, mantiene la luna en su órbita, por medio de la Ley de Atracción, pero cuando ellos regresan al planeta paterno, el Espíritu Planetario ya no tiene ningún interés en esa luna que sirvió su propósito.
            Entonces, lentamente la órbita de la luna se va ensanchando y comienza a desintegrarse para finalmente ser expelida al espacio interestelar.
            Los asteroides son remanentes de lunas que una vez circunvalaban a Venus y a Mercurio”.
            Los satélites construidos por el hombre son, por supuesto, de una clase diferente. Estos son mantenidos en órbita gracias al uso y conocimiento de fuerzas de la naturaleza que han sido descubiertas y utilizadas por el hombre, pero en una escala mucho más pequeña.

            Extraído de “Rays From the Rose Cross” , Julio de 1968.
            Sección “Los lectores preguntan”

                                                                       Traductor: Domingo Febles D


Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte.

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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Los rollos Esenios del Mar Muerto


PRECURSORES DEL CRISTO

LOS ROLLOS ESENIOS DEL MAR MUERTO

Con el descubrimiento de los antiguos documentos palestinos que han llegado a conocerse como los “Rollos del Mar Muerto”, importantes hechos con relación al nacimiento del Cristianismo han llamado la atención, no solo de los eruditos y estudiantes bíblicos, sino también del público que lee y piensa libremente. Este general interés en el contenido de estos rollos señala su descubrimiento como un acontecimiento de muy especial significado.
Los rollos son restos de una biblioteca perteneciente a los Esenios, secta religiosa que fundó una colonia en las colinas de Judea, cerca del Mar Muerto, en una fecha no especificada del siglo segundo antes de Cristo. En un lugar llamado Qumram, un pastor beduino, buscando una cabra perdida, entró en una cueva y dio con el hallazgo documental más grande en toda la historia. Esto fue en el año 1947. Desde entonces las continuas exploraciones de las otras cuevas cercanas han encontrado tesoro tras tesoro y todo asciende a cientos de manuscritos. La mayoría de ellos son simples fragmentos, pero de muy grande importancia, puesto que comprenden parte de casi todos los libros apócrifos, a la vez que de himnos y escritos acerca de los Esenios. Muchos de estos manuscritos bíblicos antedatan al texto hebreo tradicional, que es el fundamento de nuestra Biblia inglesa en más de mil años.
            Existen nueve cuevas que se agrupan alrededor del antiguo centro Esenio; en estas han sido encontrados los inapreciables manuscritos. Algunos de ellos son de piel, otros han sido hechos sobre papiro y otros en cobre. La primera cueva contenía el gran rollo de Isaías, que es casi una versión completa de este libro bíblico. Los eruditos han reportado muchas variantes ligeras con respecto al texto aceptado, pero pocas de ellas son de importancia mayor. Algunas de estas últimas han sido ya incorporadas en la versión Standard Revisada (inglesa). Según los que trabajan en esto, el más trascendente efecto del rollo de Isaías, es la eliminación de una barrera para el conocimiento del arcaico texto hebreo, conocimiento hasta ahora no poseído.
            La primera cueva contenía también un comentario sobre el libro de Habacuc, obra previamente desconocida y el Manual de Disciplina Esenio, tal como ha sido llamado. Mucho del material de referencia ha sido publicado en inglés y en hebreo. En este último idioma han sido publicados por la Universidad Hebrea en Jerusalén y contiene, además de los artículos principales, un segundo rollo de Isaías, un salterio de la secta y una relación Esenia de la Guerra de los Hijos de la Luz. 
            El siguiente descubrimiento importante fue en la cuarta cueva, de la que se sacaron más de trecientos manuscritos. A diferencia de los que se encontraron en la primera cueva, que estaban conservados en cántaros de barro sellado, estos estaban sin ninguna protección de los elementos y por lo tanto en una condición fragmentaria. Las exploraciones continúan. Cada año se agrega algo a los descubrimientos. La tarea de descifrar, traducir, cotejar e interpretar el material, es una obra que absorberá la atención de los eruditos por muchos años más.-

Rema extraído de la Revista ENCUENTRO  de Set/Oct/Nov 89 Vol 1


Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte

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Cambia Tu Futuro Por Las Aperturas Temporales



Cambia Tu Futuro Por Las Aperturas Temporales 
Lucile Y Jean Pierre Garnier Malet 


"Para alcanzar la verdad, es necesario, una vez en la vida,
desprenderse de todas las ideas recibidas, y
reconstruir de nuevo y desde los cimientos todo
nuestro sistema de conocimientos."
René Descartes.

Prólogo
Jean-Pierre Garnier-Malet
Si estáis agobiados por el calor durante una caminata y os encontráis con una fuente de agua bien fresca, vaciáis rápidamente el agua tibia que os queda en la cantimplora y la volvéis a llenar con el agua fresca para así apaciguar vuestra sed. Igualmente, al descubrir estas páginas, deberíais vaciar vuestra memoria de todo lo
que habéis aprendido para poder volverla a llenar de nuevas ideas y conocimientos. De esta manera, cada día partiréis con nuevas bases tan sorprendentes como necesarias.
En efecto, en este libro vamos a intentar mostraros la amplitud de un descubrimiento revolucionario relacionado con el pasado, presente y futuro.
¡No os engañéis! Esta lectura implicará un cuestionamiento total de vuestra forma de vivir. Utilizándolo en el día a día podréis reencontrar fácilmente un equilibrio individual, físico o psíquico, familiar o profesional.
Es, sobre todo, el griego antiguo el que me ha hecho entender la importancia y la universalidad de este descubrimiento científico. De esta cualidad añadida ha resultado una enseñanza sencilla, capaz de ayudar a cada uno a resolver sus problemas.
Con aplicaciones fáciles y espectaculares ha sido posible demostrar rápidamente lo que ya podíamos afirmar:
recobrar el equilibrio perdido, controlando el pasado y el futuro, es tan fácil como el ponerse en situaciones difíciles y hasta imposibles o de enfermarse por ignorancia.
Los resultados nos han mostrado la prodigiosa eficacia de esta enseñanza que no necesita ningún conocimiento científico especial.
Es, pues, por medio de explicaciones y ejemplos concretos, que os vamos a mostrar las bases principales.
Un descubrimiento universal: El alfa y el omega
Este descubrimiento científico relacionado con el desdoblamiento del espacio y del tiempo tan sólo saca del olvido una ley muy antigua. Me gustaría poder transmitiros mi sorpresa al descubrir que el griego es el idioma del conocimiento universal, sin duda, muy anterior a los demás idiomas. En efecto, el movimiento de
desdoblamiento obliga a las partículas a seguir bifurcaciones:
Hay veintisiete principales. Cada una de ellas forma una letra del alfabeto griego. 

Durante mi infancia, en el colegio de los jesuítas, en aquella época, aprendíamos "humanidades". El aprendizaje de las lenguas muertas era tan importante como las matemáticas y la física. Yo cursé con ellos mis estudios de segundo ciclo, y como todo escolar helenista de aquella época, yo sabía que el griego tenía un alfabeto de veinticuatro letras: del alfa al omega. ¡Cuál no fue mi sorpresa al descubrir tres letras olvidadas! Esto me alentó en este descubrimiento sorprendente.
Entendí el paso de un pequeñísimo alfa a un enorme omega. En efecto, la teoría del desdoblamiento necesita de un cambio de escala: el horizonte de una partícula se convierte en partícula de un horizonte más grande.
Me parecía entonces que había una relación evidente entre la partícula (alfa minúscula) y su horizonte (omega mayúscula) puesto que, según mi teoría, el omega era a su vez una partícula (omega minúscula) en un horizonte más grande (alfa mayúscula). Las minúsculas y las mayúsculas tomaban una importancia
matemática capital.
No era pues pura casualidad si en el pasado, las letras griegas también servían para contar. Esta numeración me permitía demostrar que estaba en realidad relacionada con la sencilla cuantificación del movimiento de desdoblamiento.
Entonces fue fácil demostrar que el vínculo entre el alfa (α = 1) y el omega (Ω = 800) era el rhô (ρ = 100) y que, por consiguiente, era normal que la palabra Ωρα (Oura) pudiera significar en el griego original la "división del tiempo".
Los que habían creado este idioma sabían a ciencia cierta que existía un desdoblamiento de los tiempos debido a aceleraciones sucesivas de su transcurrir y que para vivir, había que utilizar un pasado, un presente y un futuro "al mismo tiempo".
Esta nueva noción que intentaremos explicaros lo mejor posible, ilustra perfectamente lo que Platón, escribía en Timeo-Critias, cinco siglos antes de J.C.:
"Se trata de divisiones del tiempo. Ciertamente decimos que él "era", "es" y será", pero, a decir verdad, sólo la expresión él "es" se aplica al Ser que es eterno."
¡Os dirán que este hombre fue iniciado en Egipto durante doce años! ¿No sería más lógico pensar que estuvo allí como profesor más que como alumno? En efecto, la ley del desdoblamiento no se encuentra de manera tan precisa y rigurosa en los egipcios. Sin embargo, éstos tenían conocimientos de arquitectura, matemáticas
y astronomía que son todavía revolucionarios en nuestros días.
¿Con qué podemos quedarnos para nuestro día a día si no es con el hecho de que en la antigüedad sabían usar mejor que nosotros el futuro, para vivir bien?
Entonces, ¿por qué no intentar re-encontrar ese modo de empleo, puesto que además llegamos al final de un ciclo de desdoblamiento de los tiempos de 25.920 años? Llamada "año platónico", esta duración -dada con precisión por la teoría del desdoblamiento y correspondiente a la observación de la célebre precesión de los
equinoccios-era antiguamente bien conocida. ¿Por qué no pensar que ya había sido calculada de forma rigurosa por la teoría llamada del alfa y del omega?
San Juan escribía al final de su Apocalipsis, que el Creador era el alfa y el omega, el primero y el último, el principio y el fin
.
Y "el final (de un ciclo de división) de los tiempos" que vivimos actualmente -y vamos a ver el cómo y el porqué-permite descubrir el pasado y el futuro que, hasta ahora, estaba escondido detrás del biombo de esta división.
La palabra griega apo-calypsos solamente designa el descubrimiento de un potencial que se nos ofrece.
¡Comprendamos pues, su modo de empleo para poder beneficiarnos de este Apocalipsis! ¡En efecto, en nuestros días sufrimos sus perjuicios por simple ignorancia de las leyes universales! 

pueden seguir leyendo desde aquí:

Agradecemos a María Elena, por este aporte

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Vídeo desde aquí (Carlos Espinosa 1/3)

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lunes, 24 de noviembre de 2014

La orden mística de los Esenios



LA ORDEN MÍSTICA DE LOS ESENIOS

                  Por Enid S. Smith
           
Es probable que ningún sistema de religión haya producido otro grupo de Hombres Santos tan sedientos de pureza y espiritualidad como los Esenios, que fueron pioneros del Cristianismo, quienes no solamente fundaron una secta, sino casi una nueva religión.
            Verdaderamente eran estos un grupo único e infinitamente atractivo, forma de hombres y mujeres místicos cuya principal finalidad en la vida era convertirse en templos del Espíritu Santo, gracias a lo cual, ellos serían capaces de recibir una revelación especial y de servir de este modo como mediadores para traer al mundo al Mesías anunciado.
            La historia afirma que su deseo fue cumplido y que Jesús, para cuyo advenimiento hicieron laboriosos y muy precisos preparativos, nació en el seno de su organización, pues María y José eran Iniciados Esenios y su hijo, al igual que su primo, Juan el Bautista y numerosos otros personajes bíblicos, eran miembros de comunidades Esenias en Palestina, Grecia, Egipto y en diversas tierras.
            Los franc-masones encuentran en los Esenios el más puro Cristianismo y consideran que “los Hermanos del Hábito Blanco”, en otras palabras, la Orden Mística de los Esenios, en la confraternidad, la más importante que el mundo haya conocido.
            Las esposas, madres, hijas y los jóvenes solteros de las comunidades Esenias eran miembros asociados. Aquella que no deseaba casarse, criaba para la organización niños huérfanos. La organización de este grupo se remonta a los tiempos de Moisés, siendo muy probable que sea en un pasado más remoto y la historia los designa, según los lugares y las fechas bajo los nombres de Nazarenos, Escuela de Profetas, de Hasidenios, Terapeutas (o curanderos) de la Orden de los Contemplativos, Nazaristas, Ministros de Paz y aún de Amigos o “Hermanos Puros y Silenciosos”.
            La apelación Esenios no era conocida del pueblo y esto explica que esta palabra se haya omitido en los numerosos anales y escritos de la época.
            El traje de los Esenios, era tan distintivo y único, que entre la muchedumbre, los místicos eran conocidos como “Hermanos del Traje Blanco”. Todos los miembros adoptaban luego de la iniciación, “un traje sin costuras” que también era llevado por Jesucristo. Se saludaban con estas palabras: “Que la paz sea con vosotros”. Llevaban sandalias cuando el tiempo lo obligaba.
            Además de preparar el nacimiento de Jesús, este grupo se distinguía de diversas maneras. Es así como habías programado la igualdad de todo género humano habiendo denunciado la esclavitud.
            Fueron los primeros que organizaron una comunidad muy por encima del standard de su época. Fueron los primeros colectivistas que animaron la colocación en común de todos los bienes, de igual modo como se menciona en la Biblia en el libro de Actas. Constituyeron la primera secta mística de toda la historia judía.
            Muchos historiadores no están de acuerdo con los detalles; pero en general, están de acuerdo con los hechos principales concernientes a los Esenios. Por ejemplo, todos admiten que este grupo de pioneros místicos se remonta a épocas  antiguas, tal como lo declara Plinio.
            El Talmud habla de esta fraternidad como de “ La Santa Comunidad ” de Jerusalén, mientras Straben menciona a “los Esenios de Heliópolis” que consultaron Platón y Eudocio. José, quien fue miembro de esta organización durante cierto tiempo, habla de Jesús como de un miembro. Considera que los Esenios fueron los ascetas más antiguos y nos relatan que creían en el Renacimiento, en la resurrección y en la continuidad de la vida después de la llamada muerte, en la comunicación con los Ángeles, declara además que sus doctrinas venían de Egipto y se habían extendido afuera. Phizón llama a este grupo de místicos: “Los Campeones de la Virtud ”, gentes que “ellos mismos son más notables que cualquier otro en el mundo”.
            Según Josefo, los judíos debían pertenecer, forzosamente a los Fariseos, a los Saduceos o a los Esenios. A pesar de que Jesús profirió palabras duras respecto a los dos primeros grupos, jamás dijo la menor palabra sobre los Esenios.
               Solimus afirma que los “Esenios se distinguían de los demás seres humanos por su maravillosa constitución” (eran vegetarianos y vivían la mayor parte de ellos más de cien años) fueron según mi concepto, designados por la providencia para seguir este modo de Vida: renunciar al dinero, los placeres conyugales y sin embargo, son los más ricos entre los hombres.
            Entre los historiadores modernos más representativos se encuentra Dean Prideaux, quien en su obra “El Antiguo y Nuevo Testamento”, trata de los descendientes de los Esenios, ha declarado que ellos habían condenado categóricamente a la esclavitud que toleran tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, como igualmente anticiparon el espíritu cristiano y la filosofía del siglo XX.
            En su libro “Historia de los Judíos”, el Dr Gretz dice que los Esenios fueron los primeros en proclamar el “Reino de los Cielos” y Juan Bautista vivió la vida de los Nazarenos, formando parte de ellos, junto a quienes se habían instalado a orillas de las aguas del Jordán esperando a los penitentes, los cuales, después del bautismo se unían a la Orden de los Esenios.
            El historiador Guisburg en su libro “Los Esenios, su obra y doctrina” declara: “La finalidad de Jesús-Esenio, era de efectuar una gran revolución de orden moral. Desde la edad de los doce años a los treinta, vivió entre las colonias esenias, donde concibió el proyecto que intentaba realizar. Fue aquí donde recibió su educación hasta que fue enviado por su orden para efectuar una gran revolución moral y no se puede poner en duda que nuestro Salvador mismo perteneció a esta Santa Orden.
            Después de muy laboriosas investigaciones históricas, A. Schultz publicó en su obra “Los Esenios” una compilación de numerosos datos de la Sociedad Literaria y Filosófica de Liverpool, con fecha 1896, que le permitieron descubrir documentos escritos en hebreo, griego y arameo, los que confirman las declaraciones anteriores.
            De todas las sectas de tiempos antiguos, la de los Esenios fue la más exclusiva. Surgiendo como lo hacían en el caso de una civilización, perseguían la finalidad de edificar, lo más eficazmente posible, un mundo nuevo y mejor para la humanidad.
            Generalmente, sus sociedades secretas se organizaban en pequeños pueblos a orillas de los desiertos, lejos de los colmenares humanos zumbantes, con sus mercantilismos, sus sacrificios sangrientos del templo, el ruido y las preocupaciones por las cosas corporales. Cada familia, perteneciente a esta comunidad poseía su casa y su jardín. En cada casa había una pieza consagrada a la oración y a la meditación.
            Estos “silenciosos” “visionarios” “curanderos”, vivían y trabajaban separadamente durante la semana, pero los Sabados se reunían para orar y trabajar juntos. Sus así llamadas “fiestas”, en las que no se servían carnes y donde solo se bebía agua pura, , sobre todo en la fiesta celebrada en Pentecostés, era famosa y hacía contraste con los ágapes de los griegos y de los hebreos. Las discusiones filosóficas eran el rasgo dominante de estas reuniones, que se celebraban con cánticos, dúos, coros, acompañados de bailes imitando a Moisés sobre el Mar Rojo.
            Los Esenios prestaban servicios a sus semejantes en calidad de ministros, de profetas y de médicos. Interpretaban los sueños, conjuraban los demonios y hacían milagros, perteneciendo los unos a la paz del alma y los otros a la mejoría del cuerpo, guiando a cada uno mediante predicaciones que siempre eran exactas.
            Es asi como la historia relata que un esenio llamado Menahen, se encontró un día con un niño, cuando iba a la escuela, saludándole en esta forma: “rey de los judíos”. Herodes pensó que este hombre a quien no conocía le hacía una broma y le respondió que su nacimiento plebeyo no le daba ninguna probabilidad de llegar a ser rey, pero Menahen le sonrió dándole golpecitos en el hombro, diciéndole; “Y sin embargo serás rey”, e iniciarás tu reinado con felicidad, pues Dios te ha juzgado digno. Recuerda los golpecitos que Menahen te ha dado en el hombro como signo del cambio de tu fortuna, pues esta seguridad te será saludable, si amas la justicia, la devoción hacia Dios y la equidad hacia tus conciudadanos y sin embargo, veo que no harás nada de eso. Tu fama será eterna, pero olvidarás la justicia y la devoción. No te ocultarás a los ojos de Dios, pues El te visitará en su ira hacia el final de tu vida.
            El esenio Simeón, el que se menciona en el segundo capítulo del Evangelio según San Lucas, era un hombre santo, cuyas profecías se cumplieron. Hubo muchos otros. Estos vegetarianos de la Orden Mística eran tan celosos en observar las Leyes de Dios y de la vida santa, que no solamente profetizaban con exactitud, sino que ejercían un magnetismo prodigioso y sus auras eran tan maravillosamente bellas, tan radiantes, que por momentos los profanos mismos las percibían. No es de extrañarse que sus vidas hayan servido de ejemplo a Jesucristo cuando declaró: “Aquel que pierde su vida por mi, la encontrará, pero aquel que la preserva la perderá”. Renunciando al lado temporal, ganaban el esplendor de las cosas eternas.
             En el momento de la iniciación, se le asignaba a todo miembro adulto de la fraternidad, una misión definida en su vida, misión a la que debía adherirse independientemente de todos los obstáculos y tentaciones hasta el sacrificio de su propia vida. Algunos de ellos preferían ser curanderos, médicos o bien agricultores, profesores, misioneros, carpinteros, traductores, escribanos, otros deseaban ser pastores de ovejitas o preocuparse de las abejas, preparar la comida, fabricar objetos de tocador y tejer géneros. Cualquiera que fuese el oficio elegido, debía ser constructivo, jamás destructivo. Nunca era admitido en esa organización fundir cañones, matar animales, grandes o pequeños o comprometerse en ninguna empresa o en ningún ejercicio donde se destruyera deliberadamente una cosa viviente.
            La historia insiste sobre el hecho de que jamás se ha encontrado entre los Esenios ningún fabricante de flechas o dardos, lanzas, espadas, cascos, armaduras o escudos. Ningún hombre perteneciente a una manufactura de armas, pertrechos de guerra u objetos que pudieran servir de juego dañino en manos de malvados en tiempos de paz, pues esta secta fue aquella de los “Ministros de Paz”, quienes con Jesucristo comprendían que: “Aquel que toma la espada perecerá con ella”. Tampoco les era permitido comprometerse en empresas comerciales o de ocuparse de cualquier cosa que  fuera con el fin de ganar dinero. Solo el trueque era permitido.
            Junto con otros historiadores Plinio declaró: Los Esenios no se oponían al matrimonio, pero el consentimiento debía ser aprobado por los altos funcionarios de la comunidad esenia. Los más adelantados entre estos grupos se abstenían – algunos como se ha explicado -  se hacían eunucos, espiritualmente hablando, por amor al reino de los Cielos.
            Los Esenios no solo vestían todos iguales, sino que hacían en común los mismos trabajos, las mismas oraciones, participaban de las mismas comidas, depositaban sus granos en un depósito perteneciente a toda la comunidad y se consagraban a las obras de caridad, para las que cada uno tenía derecho a sacar del fondo común lo que necesitaba, salvo cuando se trataba de parientes.
            “Los Esenios jamás pensarían en ocuparse de una empresa de navegación, ya que se oponían a todo lo que podía excitar la codicia. Pero todas las ocupaciones apacibles y no comerciales estaban de acuerdo con la finalidad de su vida. Todos sus miembros trabajaban desde que despuntaba el día hasta que se ponía el Sol.
            Consagraban sus tardes al estudio de los misterios de la naturaleza, de las revelaciones y de las Jerarquías Celestiales. Disponían de mucho tiempo libre, ya que cada uno de sus miembros tomaba parte en la labor común, en la parte donde sobresalía y solo trabajaban por necesidad y no para ganar sumas de dinero.
            A la entrada de cada ciudad existían “las puertas de los Esenios”, donde los pobres recibían alimentos y objetos de primera necesidad. También existían lugares llamados “Bethsaida” reservados a los enfermos. En este aspecto particular de sus obras vemos el origen de los hospicios y hospitales que fueron muy conocidos cientos de años después. Un personal muy especial pertenecía a estos lugares  siendo llamados los hospitalarios. También los Esenios habían preparado centros de alojamiento en algunas de sus comunidades, en donde los extranjeros eran no solo alojados y alimentados, sino que también eran guiados moralmente.
            Estos “Ministros de Paz”, elegían su propio presidente, sus jueces y funcionarios. Se consideraban libres de obrar únicamente en el servicio a los demás. Obedecían pasivamente a los poderes que ellos creían eran emanados de Dios. Sus creencias descansaban en forma principal sobre la convicción de que el destino era dueño del hombre y lo gobierna siempre. Que la voluntad de Jehová debe manifestarse en todas las cosas, pero no negaban el “libre albedrío”, creían en el valor de las profecías y sus visiones del porvenir, en la pre-existencia o en el renacimiento, en las comunidades ocultas. Se caracterizaban por una vida uniforme, santa y desinteresada, por su negativa a participar en sacrificios sangrientos, por su apego ilimitado a la virtud y su desprecio por los placeres, la riqueza, la fama terrenal, por su vida de trabajo, su temperancia (que incluía un régimen vegetariano) y la abstención de todo producto intoxicante; su modestia y sencillez de vida, su contentamiento de espíritu y alegría de carácter; su predilección por el orden y la verdad, su odio a la mentira, su benevolencia y filantropía, Sus maneras apacibles con todos los hombres. Nadie ignoraba cuanto aborrecían la esclavitud y la guerra, la aversión que tenían por los juramentos, su cariñosa predilección por los niños y ancianos, el cuidado que tenían con los enfermos, como la prontitud que tenían por llevar auxilio a los afligidos, las investigaciones que realizaban con las plantas y los minerales curativos por sus curas milagrosas. Esas creencias y esa manera de proceder, no han tenido ninguna parte en su paralelo en la historia de la humanidad. Según las enseñanzas de Jesucristo, los Esenios fueron buenos cristianos o buenos judíos que se comprometieron en el largo camino de aquellos que perdían poco a poco su identidad, formando la base de la cristiandad universal.
            A continuación exponemos los artículos de fe de la organización Esenia:

             Primero: Dios es tu principio; sus atributos no se manifiestan al hombre creado, sino a través de la materia. Dios no es una persona y no se parece al hombre bajo ninguna forma, gloriosa o nebulosa. Nótese la similitud de este artículo con la afirmación de San Juan: “Dios es espíritu y aquellos que lo adoran, deben hacerlo en espíritu y en verdad”.
            Segundo: “El poder y la supremacía Divina no pueden disminuir en función de la creencia del conocimiento humano. Dios no establece Sus leyes para agradar a la humanidad.
            Tercero: “El Yo humano viene de Dios y está en Dios: es, por lo tanto, inmortal y eterno.
            Cuarto: Los Cuerpos del hombre y de la mujer son manifestaciones de la verdad Divina; pero Dios, en cuanto a Ser, no es manifestado en los cuerpos del hombre o de la mujer.
            Quinto: El cuerpo humano es el templo en el que habita el alma y por sus ventanas vemos creaciones de Dios y su evolución.
            Sexto: En el momento de la transición, en la separación del cuerpo y del alma, esta entra en un dominio secreto donde ninguna condición terrestre tiene ya ningún encanto. Aquí los influjos apacibles y el gran poder del Santo Espíritu traen conformidad y consuelo a aquellos que se desesperan y se consumen en la espera de una vida futura. Sin embargo, aquellos que no aprovecharon las bendiciones y los dones de Dios, aquellos que escucharon al tentador y a los falsos profetas o sucumbieren a las seducciones de los malvados, aquellos que permanecen en el seno de la tierra hasta ser liberados y purificados de las poderosas trabas del materialismo, no pueden  ascender  entonces al reino secreto. (Esto explica la vieja expresión mística “atados a la tierra”, designando que aún permanecen esclavos de las tentaciones materiales luego de la transición)
            Séptimo:  Descansando de todo trabajo y examinando cada una de nuestras acciones, es necesario santificar el día sagrado de la semana para que el alma comulgue con el espíritu y se eleve hasta entrar en contacto con Dios.
            Octavo: Callarse en las discusiones, cerrar los ojos ante el mal y taparse los oídos ante las blasfemias. (este es el origen de un dicho antiguo: “No hablar mal, no ver el mal, no escuchar el mal”)
            Noveno: Alejar al profano de las doctrinas sagradas, jamás hablarle de lo que no pueda y no deba comprender y estar constantemente listos para enseñar al mundo que el conocimiento lo hará capaz de alcanzar las más altas cimas.
            Décimo: Permanecer inconmovible hasta el sacrificio en todas las actuaciones y en todas las fraternidades; en las situaciones de confianza; jamás abusar de los poderes y privilegios que se le hayan concedido, en todas las relaciones humanas, ser buenos y perdonar, aún a los enemigos de la fe.
            Las mujeres podían ser admitidas como miembros asociados de la fraternidad y en ciertos casos, bastante raros, podían ascender a los primeros grados de estudio o trabajo. No era que los Esenios estimaran en inferioridad mental o espiritual a la mujer, en relación al hombre, sino que esta restricción se daba únicamente porque la rama esenia de la Gran Fraternidad Blanca, era una organización estrictamente masculina y cumplía una labor exclusivamente masculina.
            “En Dios está la vida toda; fuera de Dios no existe vida alguna y lo que parece vivir fuera de Dios es mera ilusión. Si deseamos saber la verdad, debemos contemplarla a la luz de Dios y no a la falsa y engañadora luz de la especulación intelectual. No hay otro camino para llegar al perfecto conocimiento de la verdad que la unión con la verdad misma y sin embargo, muy pocos conocen este camino. El mundo se burla de quien va por este camino, pero el mundo no conoce la verdad, porque es un mundo de ilusiones, llenos de ciegos ante la luz de la verdad. Los que conocen y comprenden la verdad, permanecen firmes como una roca.”

            Tema extraído de una publicación del Centro Fraternal Rosacruz de Santiago de Chile.-


Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte.

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