La Cultura de la Mente
Manly Palmer Hall
INTRODUCCIÓN
El propósito del siguiente escrito es presentar al estudiante que aspira a educar su mente, una serie de hechos separados, aunque correlativos, que se refieren a este tema. La mente es la herramienta más afilada del hombre y teniendo el filo sutil de una navaja, puede herir a aquel que la maneja sin habilidad. La mente eleva al hombre de la oscuridad de la ignorancia a la luz de la verdad, rompe los grilletes que encadenan las manos mentales del
esclavo y hace alcanzar a la aspirante humanidad una condición próxima a la Divinidad.
La misma mente ha creado, también, todos los esclavos del mundo; porque el astuto intelecto de los déspotas ha llenado la tierra de sufrimiento y desesperación. Aunque el hombre ha usado la mente para hacer su mundo más hermoso, la utiliza también, para abatir
el espíritu y destrozar el alma de sus semejantes. La mente - el amigo mas grande y verdadero - puede ser, también su peor y mas destructivo enemigo. Su potencialidad, ya sea para el bien o para el mal, es difícil de ser concebida.
El mundo está lleno de mediocres déspotas tiranos - Judas en potencia - que podrían ser grandes poderes del mal si tuvieran suficiente cerebro. Su impotencia mental es la protección del mundo. Hay también miles de filósofos y sabios mediocres - pequeños soñadores, poetas, artistas, músicos, reformadores, y maestros que serían grandes poderes para el bien si tuvieran el desarrollo mental suficiente. La falta de intelecto es una pérdida
incalculable para la humanidad. No obstante, si el conocimiento fuera diseminado sin reservas entre toda la humanidad, no sólo fortalecería el bien para el logro de grandes fines, sino también reforzaría multiplicaría las obras del mal.
En la antigüedad, por lo tanto, se hacía toda clase de esfuerzos para evitar que el conocimiento llegara a aquellos que eran viciosos, egoístas, innobles y faltos de sinceridad.
En el siglo veinte, sin embargo, se han abierto las compuertas del pensamiento y un verdadero torrente de conocimiento se ha esparcido por el mundo. Por esto, el pequeño tirano obtiene el poder para ser un gran tirano, y, el mediocre pensador el poder para ser un gran pensador. El bien y el mal están aumentando igualmente, por la revelación del conocimiento.
Esto presenta un grave problema a las masas, las cuales, careciendo de la capacidad para hacer grandes decisiones, se ven obligadas a seguir las huellas de aquellos que aparentan ser sabios. Hace algunos siglos, era peligroso ser un pensador; ahora, es peligroso no poder pensar.
Para protegerse contra el intelecto del vecino y al mismo tiempo, adquirir el discernimiento que lo capacita a reconocer lo real y lo falso, cada individuo debe desarrollar su propio intelecto Para el bien del mundo y de aquellos que necesitan su ayuda
y comprensión.
Nuestras escuelas, desgraciadamente, no enseñan a discernir; sus programas de estudio no incluyen la técnica para el desarrollo de las cualidades del alma. Ninguna educación o sistema de desarrollo intelectual es completo a menos que, edifique o desarrolle a la vez los valores o cualidades espirituales y éticas que ayuden a la mente a llegar a ser no sólo grande, sino verdadera, bella y pura.
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