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viernes, 31 de julio de 2015

Cuando soplan vientos contrarios en su vida, alégrese de ello



CUANDO SOPLAN VIENTOS CONTRARIOS
EN SU VIDA, ALÉGRESE DE ELLO


            Los Aviadores dicen que una de las primeras reglas que aprenden en cuanto a aeronavegación, es de guiar el aparato que conducen hacia el viento y de volar en contra de este, ya que el viento eleva al avión hacia mayores alturas.
            ¿Dónde aprendieron esto ellos? Lo aprendieron de los pájaros. Cuando el pájaro vuela para retozar, él se deja llevar por el viento; pero apenas éste nota algún peligro se da vuelta confrontando al viento y se remonta más y más hasta el mismo sol.
            La disciplina, las dificultades y sufrimientos son para nosotros como los vientos de Dios; algunas veces son fuertes vientos contrarios; pueden ser huracanes de Dios; pero ellos llevan la vida humana hacia niveles más elevados hacia el cielo de Dios y la atmósfera que El requiere para alcanzar un desarrollo completo.
            Los obstáculos debieran incitarnos al canto. El viento no canta mientras sopla sobre la planicie del océano o en el desierto, pero mientras atraviesa los brazos extendidos de los bosques de pino o cuando es quebrantado por las finas cuerdas de algún arpa Aeroliana, entonces se le puede oír cantar con toda su fuerza y hermosura, la que estimula la imaginación y eleva el alma.
            No se resista usted ni tenga miedo al viento de la disciplina, de la dureza y de la oposición. Deje que sople libremente en su vida a la par del ave y del aeroplano, así usted podrá ser elevado a alturas en las que percibirá maravillas que de otro modo nunca hubiera visto.
            Nada sucede por mera casualidad, Dios tiene un plan para la vida de cada uno de nosotros y “todas las cosas obran para el bien de los que aman a Dios”. Sus caminos son siempre de gran misericordia y de verdad.-

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EL VALOR DE UNA SONRISA


            No basta sonreír para que nosotros podamos vivir contentos. Es necesario que creemos un clima de alegría en torno nuestro. Nuestra sonrisa franca, acogedora, será también de inmenso valor para los demás.
            ¿Sabes el valor que tiene una sonrisa?
            No cuesta nada pero vale mucho-
            Enriquece al que la recibe, sin empobrecer al que la da.
            Se realiza en un instante y su memoria perdura para siempre. Nadie es tan rico que pueda prescindir de ella, ni es tan pobre que no puede ofrecerla.
            Crea alegría en casa; fomenta buena voluntad siendo la marca de la amistad.
            Es descanso para el aburrido, aliento para el descorazonado, sol para el triste y recuerdo para el turbado.
            Y, con todo, no puede ser comprada, mendigada, robada, porque no existe hasta que se da.-
                                                                                              Padre Alberto Hurtado
                                                                                       (Del libro “Humanismo Social)



Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este  aporte.

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