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lunes, 22 de mayo de 2017

Proverbios de la sabiduría japonesa


Proverbios de la sabiduría japonesa

Se puede hablar durante horas sobre la enigmática y difícil cultura japonesa, compleja de entender, ¡es tan diferente a la nuestra! Inclusive hoy en día este contemporáneo y tecnológico país sigue conservando un vínculo fuerte con sus raíces y tradiciones. ¿Será este el secreto de su prosperidad?

Genial.guru juntó para ti algunos proverbios y dichos japoneses que te ayudarán a acercarte un poco al entendimiento del alma de un japonés.

Si puedes resolver el problema, no vale la pena preocuparse por eso; si no se puede solucionar, no tiene caso.

Si ya lo pensaste, atrévete; si ya te atreviste, no lo pienses.

No detengas a quien se quiere ir, no corras a quien acaba de llegar.

Rápido, es despacio pero sin pausas.

Es mejor ser enemigo de una buena persona, que amigo de una mala.

Sin personas ordinarias no existen personas grandes.

Quien desea mucho llegar a la cima, se inventará una escalera.

El marido y la mujer se deben parecer a las manos y los ojos: cuando una mano siente dolor, los ojos lloran; cuando lloran los ojos, las manos quitan las lágrimas.

El Sol no sabe quién tiene razón y quién está equivocado. El Sol brilla sin el objetivo de darle calor a alguien. El que se encuentra a sí mismo es como el Sol.

El mar es grande porque no desprecia los riachuelos.

Hasta el camino lejano empieza con uno cercano.

Quien bebe no conoce el daño del vino; quien no bebe, no conoce sus virtudes.

Incluso si únicamente necesitaras la espada una sola vez en tu vida, siempre debes cargarla.

Las flores bonitas no dan buenos frutos.

La pena, como un vestido desgastado, se tiene que dejar en la casa.

Cuando hay amor, las marcas de viruela son igual de bellas que los hoyuelos en las mejillas.

Nadie tropieza acostado en la cama.

Una palabra buena puede darte calor durante los tres meses de invierno.

Cede el paso a los tontos y los locos.

Cuando dibujas una rama debes escuchar el suspiro del aire.

Cerciórate 7 veces antes de dudar de una persona.

Haz todo lo que puedas, en lo demás confía en el destino.

La honestidad exagerada limita con la estupidez.

A la casa donde se ríen, viene la felicidad.

La victoria es para aquel que aguanta una hora más que su rival.

Puede suceder que una hoja se hunda y una piedra se mantenga a flote.

A la cara que sonríe no se le lanzan flechas.

Un té y un arroz fríos se pueden aguantar, pero una mirada y una palabra fría son insoportables.

A los 10 años, un milagro; a los 20, un genio; después de 30, una persona ordinaria.
Si una mujer quiere algo, atravesará una montaña.

Es un minuto de vergüenza por preguntar, y toda la vida por ignorancia.

Un jarrón perfecto nunca sale de las manos de un mal maestro.

No tengas miedo de inclinarte un poco, te enderezarás más.

Los ríos profundos fluyen en silencio.

Si empiezas el camino por tu propia voluntad, mil ri te parecerán uno. (Nota: un ri equivale a cerca de 4 km)


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