SÉPTIMA ESTACIÓN Jesús cae la segunda vez con la cruz
Y El lo quiere, quiere que se cumpla la profecía. Cae, pues, exhausto por el esfuerzo. Cae por voluntad del Padre, voluntad expresada asimismo en las palabras del Profeta. Cae por propia voluntad, porque «¿cómo se cumplirían, si no, las Escrituras?» (Mt 26, 54): «Soy un gusano y no un hombre» (Sal 22, 7); por tanto, ni siquiera «Ecce Homo» (Jn 19, 5); menos aún, peor todavía. El gusano se arrastra pegado a tierra; el hombre, en cambio, como rey de las criaturas, camina sobre ella. El gusano carcome la madera: como el gusano, el remordimiento del pecado roe la conciencia del hombre. Remordimiento por esta segunda caída. http://www.fluvium.org/textos/devocion/dev25.htmlV. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos. Vídeo, desde aquí: https://www.youtube.com/watch?v=yh6mc04h3Jc El ascenso a la Sexta Estación llega sólo mediante la Purificación. En la Séptima, el futuro progreso depende de la fortaleza de voluntad y la firmeza del propósito. Siete es el lugar del sábado o descanso, no del cese de actividad. Es donde el discípulo se eleva, de un orden inferior a otro superior, y prosigue hacia la victoria espiritual y el adeptado. En este punto se sintetizan las experiencias de la vida y sus esencias se convierten en poderes útiles del alma. Desde este punto, el progreso futuro, aunque difícil, es continuo e ininterrumpido.
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