Páginas

sábado, 30 de octubre de 2010

CUENTAN QUE ...



CUENTAN QUE ...

Cuentan que un muy buen hombre vivía en el campo pero tenía
problemas físicos, cuando un día se le apareció Jesús y le dijo: «Necesito
que vayas hacia aquella gran roca de la montaña, y te pido que
la empujes día y noche durante 1 año». El hombre quedó perplejo
cuando escuchó esas palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la
enorme roca de varias toneladas que Jesús le mostró.

Empezó a empujarla con todas sus fuerzas, día tras día, pero no
conseguía moverla ni un milímetro. A las pocas semanas llegó el diablo
y le puso pensamientos en su mente: «¿Por qué sigues obedeciendo
a Jesús? Yo no seguiría a alguien que me haga trabajar tanto y
sin sentido. Debes alejarte, ya que es estúpido que sigas empujando
esa roca, nunca la vas a mover». El hombre trataba de pedirle a Jesús
que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entendía se
mantuvo en pié con su decisión de empujar.

Con los meses, desde que se ponía el sol hasta que se ocultaba
aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder moverla, mientras
tanto su cuerpo se fortalecía, sus brazos y piernas se hicieron fuertes
por el esfuerzo de todos los días. Cuando se cumplió el tiempo el hombre
elevó una oración a Jesús y le dijo: «Ya he hecho lo que me pediste,
pero he fracasado, no pude mover la piedra ni un centímetro» . Y
se sentó a llorar amargamente pensando en su muy evidente fracaso.

Jesús apareció en ese momento y le dijo: «¿Por qué lloras? ¿Acaso
no te pedí que empujaras la roca? Yo nunca te pedí que la movieras,
en cambio mírate, tu problema físico ha desaparecido. NO has fracasado,
yo he conseguido mi meta, y tú fuiste parte de mi plan».

Muchas veces al igual que este hombre, vemos como ilógicas las
situaciones, problemas y adversidades de la vida, y empezamos a
buscarle lógica, nuestra lógica, a la voluntad de Dios y viene el enemigo
y nos dice que no servimos, que somos inútiles o que no podemos
seguir. El día de hoy es un llamado a «empujar» sin importar qué tantos
pensamientos de duda ponga el enemigo en nuestras mentes,
pongamos todo en las manos de Jesús, y Él por medio de su voluntad
nunca nos hará perder el tiempo, más bien, nos hará ser más fuertes!

* * *

469 - JOYAS ESPIRITUALES - 07/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY

ABUNDANCIA DE TODAS LAS COSAS LEY DE PROSPERIDAD (II)



ABUNDANCIA DE TODAS LAS COSAS
LEY DE PROSPERIDAD (II)

Del libro: EN ARMONÍA CON EL INFINITO por RODOLFO WALDO TRINE

La fe absoluta es la única condición del verdadero éxito. Cuando
reconozcamos que el hombre lleva en sí los elementos de triunfo o
de vencimiento, y que éstos no dependen de condiciones externas,
podremos transmutar estas condiciones en elementos de éxito. Cuando
lleguemos a este superior reconocimiento y pongamos nuestra vida
en completa armonía con las leyes superiores, seremos capaces de
enfocar y dirigir el despertamiento de las internas fuerzas de modo
que de su impulso vuelvan cargadas con lo que les ordenamos que
traigan. Seremos entonces más que capaces de atraer el éxito, si no
en grandes, en cortas proporciones. Podremos entonces establecer
en nosotros un centro tan firme, que en vez de correr de aquí para allá
en busca de esto o lo otro, podamos estarnos quietos en nuestro interior
y atraer las deseadas condiciones. Si nos establecemos en este
centro y nos mantenemos firmes en él, veremos cómo parece que las
cosas vienen por el camino apetecido.

La mayoría de las gentes sólo atienden hoy en día a las cosas
que llaman prácticas y de cotidiano provecho. Cuanto más cuidadosamente
examinemos las leyes fundamentales en las capitales verdades
que estamos considerando, tanto más veremos que no sólo son eminentemente
prácticas, sino que en cierto modo son lo único práctico de
cuanto en el mundo existe.

Gentes hay que se vanaglorian de ser más prácticas: pero muchas
veces son más prácticas quienes no creen serlo. Y por otra parte,
quienes se ufanan de ser hombres prácticos lo son muchas veces
menos, pues aunque en cierto modo lo sean, son absurdamente especulativos
en cuanto a la totalidad de la vida se refiere.

¿Qué provecho, por ejemplo, puede haber para el hombre que,
materialmente hablando, es dueño del mundo entero y jamás trató de
adueñarse de sí mismo? Multitud de hombres vemos completamente
engañados sobre el concepto de la vida real, hombres que no han
aprendido ni el abecé de cómo debe vivirse. Son esclavos abyectos de
los bienes temporales, pues aunque se creen dueños de sus riquezas,
están completamente dominados por ellas, y sus vidas son inútiles para
sus semejantes y para el mundo entero. Así es que cuando ya no pueden
sostener el cuerpo por medio del que se relacionaron con el mundo
material, se quedaron pobres, miserablemente pobres, e incapaces
de llevarse ni la más insignificante partícula de sus riquezas; se van a
la otra vida despojados y desnudos.

Las buenas acciones, las educidas cualidades del carácter, las
actualizadas potencias del alma, las positivas riquezas de la vida interior,
todo aquello que llega a ser nuestro eterno bien, no ocupa lugar
alguno en su mente y por ser esto andan privados de lo verdaderamente
necesario a la vida. Y aun muchas veces peor que privados;
porque no hemos de suponer que una vez adquiridos los hábitos pueden
perderse más fácilmente en otra forma de vida distinta de la actual.

Quien deja voluntariamente tomar vuelos a determinado vicio, no
hemos de suponer que por simple muerte del cuerpo establezca condiciones
de perfección. Todo tiene su ley, su causa y efecto. Se recoge lo
que se siembra, no sólo en esta vida, sino en la otra.

Quien tiene por único deseo amontonar bienes terrenos estará
también esclavizado por este deseo aun después de su muerte; pero
entonces no tendrá medio de satisfacerlo: Dominado por aquel vicio,
será incapaz de poner sus afectos en otras cosas y el deseo no satisfecho
le atormentará doblemente. Y aun su tortura puede acrecentarse
al ver que pródigos herederos dilapidan las riquezas con tanto afán
por él amontonadas. Legó sus propiedades a otros sin que pueda
reconvenirles ni una sola palabra por su mal empleo. ¡Qué locura,
pensar que los bienes materiales son nuestros! ¡Qué absurdo, cercar
unas cuantas áreas de la tierra de Dios y decir que son propiedad
nuestra! Nada es nuestro hasta el punto de detentarlo. Las cosas que
a nuestras manos llegan, no llegan para que las poseamos ni mucho
menos para que las atesoremos, sino, para que de ellas hagamos
prudente y acertado empleo. Somos simples administradores y como
tales se nos exigirá cuenta de los bienes que se nos hayan confiado.

La gran ley de las compensaciones, que se deja sentir en todo el mundo,
es admirablemente exacta en sus efectos, aunque a veces no podamos
del todo entenderla ni advertirla siquiera cuando actúa en relación
con nosotros mismos.

Quien entra en la vida superior, ya no desea amontonar riquezas
ni demasías de otra especie. En el grado en que aquilate las espirituales,
desdeñará las terrenales. Cuando reconozca que de su interior
mana la fuente que a su debida hora puede poner en sus manos lo
suficiente para proveer a todas sus necesidades, no se afanará por
más tiempo en atesorar riquezas materiales que absorberían toda su
atención y cuidado; y así pone su pensamiento y emplea el tiempo en
las realidades de la vida. Primero halla el reino de Dios y después obra
de manera que lo demás se le dé por añadidura.

Más difícil es que un rico entre en el reino de los cielos, dijo
aquel Maestro que sin tener nada lo tuvo todo, que un camello pase
por el ojo de una aguja. Quiere esto decir que si un hombre sólo piensa
en acumular tesoros por su demasía no puede disfrutar, se verá
incapaz de hallar aquel maravilloso reino con el que todas las cosas
van aparejadas. ¿Qué vale más? ¿Tener un millón de dólares con el
cuidado que tal riqueza lleva consigo, o llegar al conocimiento de leyes
y fuerzas por las cuales cada necesidad quede satisfecha en tiempo
oportuno, y saber que nada justo nos será negado, que la dádiva será
proporcionada a la petición?

Quien entre en el reino de este elevado conocimiento no cuidar-
0 de llevar consigo las insanas superfluidades que muchos hombres
disputan hoy por su más firme apoyo en este mundo, sino que las
evitará como se evita cualquier horrible lacería. Cuando reconozcamos
las fuerzas superiores, atenderemos más solícitamente a la verdadera
vida, en vez de atender al atesoramiento de vanas riquezas
que más bien estorban que ayudan. Tal es el fundamente de la verdadera
solución en ésta como en todas las fases de la vida.

Si las riquezas transponen cierto límite, ya no podemos aprovecharnos
de ellas y son impedimento en vez de auxilio, castigo en vez
de bendición. Por doquiera hay gentes que viven desmedradas y raquíticas,
y podrían vivir lozanas y dichosas, henchidas de perenne gozo,
si hubiesen empleado sabiamente la gran parte de su vida malgastada
en atesorar.

El hombre que atesora durante toda su vida y al morir lega su
hacienda para fines expiatorios, yerra en el concepto de la vida. No es
mérito en mí dar un par de botas viejas al descalzo; pero suponiendo
mérito a la dádiva, sí lo es dar un par de botas nuevas a quien va
descalzo en el rigor del invierno y se esfuerza en vivir honradamente
para sustentar a su familia. Y si al darle las botas le doy también mi
cariño, tendrá doble dádiva y yo doblada bendición.

El más prudente empleo que el rico puede dar a sus riquezas es
acumularlas en su conducta moral, en su carácter, día por día mientras
viva. De este modo su vida irá acrecentándose y enriqueciéndose
continuamente. Tiempo llegará en que se dispute por desgracia que
un hombre muera y deje tras sí acumuladas riquezas.

Muchas personas moran en palacios y son más pobres que
quienes carecen de techo donde cobijarse.

Hay también una ley superior que priva del verdadero gozo y de
sus plenas facultades a quien atesora, pues la avaricia coloca en el
nivel de la pobreza.

Muchas gentes se alejan de lo elevado y óptimo por aferrarse a
lo caduco. Si desecharan lo pasado, cederían sitio a cuanto nuevo les
llega. La avaricia siempre acarrea pérdidas en una u otra forma. El
empleo prudente entraña siempre beneficiosa remuneración.

Si el árbol mantuviera en sus ramas las marchitas hojas, ¿brotaría
en él nueva vida al fecundo hálito de la primavera? Si el árbol
está muerto, no caerán las mustias hojas, no echará yemas y rebrotes;
pero mientras viva el árbol, necesario es que se despoje de su marchito
follaje para ceder sitio a las verdes hojas.

Ley del universo es la opulencia; ley es la abundante satisfacción
de toda necesidad si no hay nada que a ello se oponga.

No atesorándolas, sino por el prudente uso de las cosas que a
nosotros lleguen, tendremos una siempre renovada provisión de ellas,
según nuestras verdaderas necesidades. Por este medio, no sólo poseeremos
los inextinguibles tesoros del infinito Dios, sino que por nuestra
mediación llegarán a manos del prójimo.


* * *

469 - JOYAS ESPIRITUALES - 07/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY

Superarse - Recopilaciones por el Hno. José Ocampos


Superarse
Recopilaciones por el Hno. José Ocampos

Es difícil dominarse, pero es satisfactorio cuando llegamos a la
propia superación. Los más grandes hombres son los que se han superado.

La superación en todos los órdenes, es la ley fundamental en
la vida de los hombres y de las instituciones.

El mundo va siempre adelante, siempre progresando; no quedes
tú estacionado, pues en ese caso te desdices de tu condición humana.

Cuán pronto se apagará la luz de la más brillante inteligencia si no
la avivan los vitales rayos del sol espiritual que hará posible transitar
siempre por la senda de la superación.

Supongamos que sembramos una simiente en la tierra donde el
terreno nos parece propicio, pero vemos que pasa el tiempo y la semilla
no llega a germinar; hay algún factor que impide el crecimiento de la
planta, ya sea porque la tierra no es buena o porque no se ha regado,
o porque había demasiado sol o demasiada humedad; lo cierto es que
la planta no ha crecido, no se ha desarrollado. Esto es lo que pasa con
muchas personas que comienzan con entusiasmo, con interés, la vida
difícil del espiritualismo esotérico, donde el valor, la voluntad, el deseo
de superación, la convicción interior debe ser lo primero, lo sustancial,
y se lo deja de lado; al poco tiempo se enfrían perdiendo una maravillosa
oportunidad. En el caso de la semilla, el resultado es que se
pudrió; en el caso del estudiante malogrado es que se quedó seco por
dentro por la falta de espíritu de superación.

La libertad humana tiene su raíz en la conciencia del hombre y
cuando la conciencia está oscurecida por el error y empañado por el
vicio de la falta de voluntad para superarse, no puede existir la verdadera
libertad. Necesario es por lo tanto, destruir el error y el vicio,
iluminar la conciencia del hombre con la luz de la verdad y en la determinación
de superarse.

Un hombre no puede vivir nunca en el vacío, la persona humana
recibe un sinnúmero de excitaciones del mundo circundante exterior
mediante sus órganos sensoriales. Depende de que la persona dedique
su atención positiva, concentrando toda su energía en la acción
que va a desarrollar y así conseguirá sin lugar a duda la superación
para concretar sus anhelos.

La persona que acuse una seguridad en su capacidad, que posee
sentimiento elevado, anda con ligereza, con ímpetu y elasticidad,
no hay duda de que lo superará. En cambio, quien tenga que arrastrar
el invisible peso del sentimiento de inferioridad, camina como el que
lleva una carga considerable sobre sus hombros. Lleva encorvada la
espalda, arrastra penosamente sus extremidades. Anda cabizbajo y
encongido, toda su presencia denota inferioridad, abatimiento. No tiene
espíritu de superación.

Cuando la carga de los sentimientos de inferioridad se hace demasiado
pesada, hasta tal punto que una compensación en las esferas
útiles y normales de la vida no conseguirá restablecer al quebrantado
equilibrio autoestimativo. Sólo un poderoso afán de superación
hará posible equilibrar la balanza en forma favorable.

Cuando hay compensación, el más puro afecto y el sentir profundo
de la amistad leal han vinculado un corazón con otros corazones,
no hay distancias ni barreras que puedan detener a un grupo que va
en pos de un ideal de superación.

No es posible que dilapidemos la vida en inútiles esfuerzos, hay
que tratar de hacer algo importante siempre. No es posible vivir sin
hacer algo útil. No es posible vivir sin obrar, sin actuar, sin tener un fin,
una aspiración, una meta de superación

Cuando hacemos algo influenciado por un poderoso interés, por
un gran esfuerzo de superación, el éxito no se hará esperar. Llegará
siempre.

La intuición es propia de los espíritus superiores y bien equilibrados,
que se adaptan instantáneamente a los problemas que se les
plantean, y encuentran la solución de los mismos como consecuencia
de un intenso deseo de superación y de un rápido razonamiento operado
en su ser subconsciente.

Si todos los hombres nos educáramos disciplinadamente, educáramos
nuestra voluntad y supiéramos concentrarnos en nuestro propio
mundo interior, en el regazo del fecundo silencio, en el santuario de
nuestra conciencia inviolada, encontraríamos sin duda alguna, esa paz
del corazón, tan necesaria, superaríamos sin duda alguna las vanas y
superficiales vibraciones nerviosas que envenenan nuestra vida, que
corroen nuestra vida como un cáncer maligno, por motivos sin mayor
importancia. El único refugio para neutralizar groseras intenciones y
revitalizar nuestra energía anímica, es en el silencio. El remanso de
esa soledad en que solamente pueda aquietarse la voluntad siempre
tensa por la lucha diaria, y donde también encontraremos nuevas savias
de fortalecimiento y de superación.

Para superarnos, debemos ser como la abeja, salir a trabajar,
luchar, defendernos de enemigos, volar incansablemente después de
haber libado el néctar de las flores del largo camino, pero debemos
recogernos en el panal, para en el silencio y en la tranquilidad, restaurar
energías espirituales, elaborar la miel del alma que es el sumun de
la vida y así cumpliremos con la misión de Dios al convertirnos como
sembradores del bien, del amor y de la paz para la formación de una
sociedad mejor con gran espíritu de superación.

El hombre está hecho de una arcilla mezcla de aciertos y fracasos,
de alegrías y llantos, pero el que se esfuerza y busca superarse,
siempre saldrá adelante.

Cuando hacemos algo por alguien: ¡Qué bien nos sentimos!

Si queremos superarnos en el sendero espiritual, hagamos algo
por alguien. Nos sentiremos como gigantes, listos para conquistar cualquier
cosa, por más difícil que sea. Nos pondrá en actitud de permanente
superación para realizar y concretar las más difíciles empresas.

Hay personas que tienen fallas, ya sea de pereza, vicios, temor,
conformismo y otros males, éstos son parásitos que hay que eliminar.

Cuando se busca mejoramiento, superación hay que eliminar de
la mente todo lo que quiera interponerse, para eso hay que tener una
voluntad gloriosa de vencer, de superarse. Ese mejoramiento, esa
superación debe buscarse en nuestra propia alma, en nuestra propia
sangre, en la fuente de nuestro propio ser.

Vivir es aprender para ignorar menos. Es amar para vincularse
más estrechamente con nuestros hermanos, es admirar para compartir
la excelencia de la naturaleza y de los hombres, es esfuerzo para
mejorarse, un incesante afán de superación, de elevación hacia ideales
definidos y superiores.

Cuando la desesperanza y la desilusión no nos aniquilan, es porque
se han convertido en una fuente donde otra esperanza y otra ilusión
veremos surgir.

Para triunfar en la vida hay que tener una moral inclaudicable de
permanente afán de superación que sea para honra y no para caricatura
de honra.

Dentro del corazón del hombre, hay una voz sin palabras que
muchas veces nos acosa y nos apremia para recordarnos que debemos
comprender y aceptar la existencia de Dios, y que Dios es puro
amor y que le gusta ver a los hombres y mujeres en permanente superación.

Cada día debemos resucitar moral y espiritualmente, transformarnos,
superarnos, convertirnos en seres más comprensivos, más
optimistas, más bondadosos, y que la sombra de la duda nunca nos
envuelva.

La vida que no florece y ni es estéril, ni es fecunda, ni crece, es
vida que no merece ser llamada vida.

El deprimido es un agresor. Agrede a los que lo rodean y se agrede
a sí mismo con su pobre estado de ánimo deprimente. Es apático,
apagado, derrotista, no tiene ni no sabe cómo encender la antorcha
de la superación.

Si queremos triunfar hasta el límite de nuestras posibilidades, y
aún más allá de nuestras posibilidades, debemos tener aspiraciones
superiores, incontenible afán de superación, mantenernos en la creencia
de que somos capaces de triunfar y que conseguiremos nuestro
objetivo a pesar de todos los inconvenientes y no habrá dificultades y
obstáculos que puedan detener nuestra determinación de superación
para alcanzar el triunfo final.

Dios a veces nos pone prueba para conocer nuestro poder de
reacción y nos manda algún dolor. En ese caso, debemos agradecer a
Dios por darnos la oportunidad para saldar deudas pasadas y así seguiremos
superándonos para soportar nuevas pruebas para tener mejor
noción de la vida.

Si a un enfermo grave le hemos dedicado todo el tiempo de su
penosa enfermedad, todo nuestro amor, toda la nobleza de nuestro
más puro sentimiento, la muerte de esa persona: será como una de
las grandes formas eternas de vida y una maravillosa enseñanza para
superarnos en la vida.

Este hermano va envejeciendo en edad pero no en espíritu, buscando
llegar al oasis de la paz infinita tratando de sembrar siempre. En
mi andar no hay dolor que no haya conocido en este largo existir, pero
me siento muy feliz por la misión que Dios me ha encomendado. Las
dificultades, pruebas que Dios me ha mandado, han servido para ver,
aprender y comprender para superarme y poder ser un buen colaborador
del Señor. La misión más grata que se nos puede dar es atender
a un enfermo. Sintámonos felices cuando Dios no manda esa misión.

* * *

469 - JOYAS ESPIRITUALES - 07/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY

lunes, 25 de octubre de 2010

EL GÉNESIS


EL GÉNESIS

Los observadores de aproximan al Creador. Ha sonado la hora
de un nuevo amanecer cósmico, de un nuevo Día. Ha llegado el tiempo
de que el Cosmos despierte tras la noche.

Dios sentenció, y Su risa conmocionó el espacio y Su palabra, de
la oscuridad primigenia, sacó a la luz la nueva aurora en el nuevo
espacio del mundo.

Hermes Trimegisto



Las anteriores palabras del tres veces grande iniciado egipcio sirven
al objeto de introducirnos en el estudio de la Escritura de los Comienzos
Eternos. El libro del Génesis pone los cimientos de los sucesivos
libros de la Biblia. Todo lo que sigue es un desarrollo de poderes
descrito y de procesos y perfilados en el primero de los sesenta y seis
Libros contenidos en la Sagradas Escrituras. Entre las narraciones
bíblicas de la Creación y las enseñanzas de la ciencia académica existe
una relación más intima de lo que ordinariamente se reconoce. Una
estrecha interpretación tegnológica, por un lado, y una ciencia falta de
iluminación espiritual, por otro, son las responsables de la distancia
que existe en las mentes de muchas personas entre las enseñanzas
de ambas. Afortunadamente, los maalentendidos, que han distanciado
a muchos estudiantes serios de la Biblia de los de la ciencia, están
desapareciendo, gracias a la nueva luz que, de modo creciente, está
iluminado, tanto el conocimiento sagrado como el secular.

Aunque parece innecesario aclarar que los Días de la creación
de que habla el Génesis son vastos períodos de tiempo y no simples
horas de luz solar, es cierto que la falsa interpretación de este hecho
ha dado lugar a una mala comprensión que se ha demostrado tan
perjudicial para la verdad expuesta por las Escrituras como para la
defendida por la ciencia. Si el período creativo interpretado como “día”
se hubiese traducido como “eon”, en que es lo que dice el texto griego,
se hubiera evitado una serie interminable de disputas sobre el tiempo
empleado en la Creación relatada en el Génesis. El trabajo de los
siete Días de la creación, tal como los narra el Génesis, abarca toda la
duración del peregrinaje humano a través del tiempo y de la materia.

* * *

468 - JOYAS ESPIRITUALES - 06/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY

A QUIEN PUEDA INTERESAR



A QUIEN PUEDA INTERESAR:

En vista del alto índice que ha alcanzado la delincuencia, tengo
el agrado de presentarle, lo que considero ÉL MÁS IMPORTANTE
MÉTODO PARA REDUCIR LA DELINCUENCIA.

Este método quizás pueda parecer descabellado o extraterrestre
a muchas personas, pero no es difícil de aceptar el hecho de que
para que el hombre ejecute una acción determinada, debe primero pensarla,
es decir, el pensamiento está antes que la acción. Lógicamente, si
modificamos la forma de pensar de una persona, podemos cambiar sus
acciones, y de esta manera, su vida misma en la comunidad.

La mayoría de los métodos empleados para combatir la delincuencia,
van dirigidos al efecto y no a la causa, y casi siempre violentos,
ocasionando pérdidas de muchas vidas humanas, que pueden ser
útiles a la sociedad. Este método, al contrario, recobra y reconstruye las
vidas de los delincuentes.

Ahora bien, ¿cómo podemos lograr cambiar la mente de un
delincuente? “Transformas por la renovación de vuestro entendimiento”
dice la Biblia, y esto no es pura ilusión; una prueba de ello, es que no
encontramos delincuentes en los verdaderos cristianos que viven día a
día las enseñanzas de la Biblia, aunque por ello, no son perfectos.

Se cuenta que en una ocasión, Beethoven caminaba por una
calle de su ciudad natal, en Alemania, y al escuchar unos lamentos muy
agudos, entró a la casa, y se encontró a la familia que lloraba
desconsoladamente al padre; sin pensarlo dos veces, tomó su violín y
empezó a ejecutar un trozo de una pieza con tonos alegres, cambiando
el estado de ánimo de todos en unos minutos, a un estado de casi alegre.

“También en los Estados Unidos, una ciudad fué transformada de
tal forma por la música clásica, que se hizo necesario reducir la fuerza
pública a un puñado de hombres.

Está probado científicamente, el efecto benéfico de la música
clásica o de concierto a los bebés durante los meses de desarrollo en
el vientre de la madre, y aún después de nacidos. Podemos también
agregar, el efecto sumamente positivo en experimentos con animales y
plantas de cualquier tipo.

Toda música consta de tres atributos, que son, Melodía, Armonía
y Ritmo, pero este último no está casi marcado en la música
clásica. En cambio, en la música popular ocurre exactamente lo opuesto:

casi no están marcados la melodía y armonía, y sobresale el ritmo
con su sonido de golpeo.

El ser humano, es básicamente afectado por “la repetición”,
quiera o no quiera. Es decir, que si nos ponen una música, aunque no
nos guste, y nos la repiten continuamente, terminaremos tarareándola,
sin darnos cuenta.

Tomando estos hechos como base, podemos pues sugerir
un experimento, el cual no tiene nada de costoso: “Sometamos a un
grupo de los peores delincuentes, a una terapia de música clásica continua,
durante dos o tres meses, y luego háganles una evaluación psicológica
para ver en qué porcentaje habrían cambiado de forma de pensar
y por ende, su forma de actuar”. Se podría empezar con música
instrumental los primeros días, para no hacerlo muy de golpe.

Este método puede aplicarse a las personas que tienen problemas
mentales y también aquellos que están en rehabilitación por
drogadicción.

Si este experimento resultara positivo, entonces ya tendríamos
mucha tela por donde cortar. Entonces yo sugeriría que se obligue
a escuchar música clásica a los delincuentes presos en todas las cárceles.

Al principio, se encontrarán en el mismo infierno, debido al choque
con su naturaleza ordinaria, pero a medida que la vayan escuchando
mejoraran su comportamiento.

* * *

468 - JOYAS ESPIRITUALES - - 06/01 - - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY

LA PAZ DE CRISTO Y LA PAZ DEL MUNDO



LA PAZ DE CRISTO Y LA PAZ DEL MUNDO

Es indispensable no confundir la paz del mundo con la paz de Cristo.

La calma en los planos inferiores de la vida puede no pasar de ser
estacionamiento.

La serenidad de las esferas más altas, significa trabajo divino, camino
de luz inmortal.

El mundo consigue proporcionar muchos acuerdos y arreglos, pero
solamente el señor puede otorgar al espíritu la paz verdadera.

En el mundo, la paz de las naciones representa casi siempre el silencio
provisorio de las bayonetas.

La de los ricos y los hastiados es la pereza improductiva.

La de los rebeldes es la desesperación y la violencia.

La de los ociosos es la fuga de las obligaciones.

La de los arbitrarios es la satisfacción de los propios caprichos.

La de los vanidosos, el aplauso.

La de los vengativos es la destrucción de sus adversarios.

La de los malos es la victoria de la crueldad.

La de los que se aferren a sensaciones de bajo tenor es el vicio.

La de los glotones es el festín opulento del estómago.

Hay muchos impíos, calumniadores, criminales y malvados que disfrutan
de la paz del mundo, se sienten triunfantes, venturosos, dominadores
del siglo.

La paz del mundo puede ser, muchas veces, el sueño enfermizo del alma.

Busca entonces, aquella paz del señor, paz que excede el entendimiento
porque nace y se cultiva puertas adentro del propio espíritu, en el campo
de la conciencia y en el santuario del corazón.

“Mi paz os dejo, mi paz os doy, mas no os la doy como el mundo os la
da”. Jesús.-

* * *

468 - JOYAS ESPIRITUALES - 06/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY

sábado, 23 de octubre de 2010

EL AUTOCONOCIMIENTO ( II )

EL AUTOCONOCIMIENTO ( II )

El título de estas modestas publicaciones indica claramente la finalidad de llegar a conocer el mundo interior mediante nuestra particular y personal acción ya que el prefijo “auto” indica lo que se hace por cuenta propia. El autoconocimiento es la tarea fundamental que debe llevar a cabo, inexorablemente cualquier ser humano pues le abre las puertas a su evolución en lo que respecta al despertar de su sensibilidad e inteligencia. Una persona puede saturar su memoria con muchos conocimientos teóricos, cualquiera sea su origen, sin embargo eso no condice con algo primordial de la existencia humana, cual es la expansión de la conciencia y el autoconocimiento puede conducirnos a superar los límites del egoísmo personal para alcanzar el mencionado objetivo.

Pero debe aclararse con total claridad que “conocer” significa tomar conciencia de las cosas, hechos o ideas tal como son y no como desearíamos que fueran. Es el primer paso que se da en pos de la transformación personal pero no se puede hablar de cambios de lo que no se conoce.

Cuando se está en vías de reparar el motor de un automóvil que no anda bien lo primero es encontrar la pieza o el mecanismo que no funciona. La colocación del repuesto viene con posterioridad.


Análisis y observación

Al tratarse este tema algunos pueden expresar con cierta satisfacción “yo tengo el hábito de autoanalizarme” pero al respecto debemos efectuar algunas aclaraciones. Cuando uno se analiza tiene que partir de alguna premisa o pauta de medición. Brindemos un imaginario ejemplo que puede resultarnos oportuno. Tal podría ser el de un extremista que suele colocar bombas para exterminar a algunos que según él contrarían ciertos preceptos contenidos en algún llamado libro sagrado. Sí recibe la sugerencia de autoconocerse, y simplemente se autoanaliza puede llegar a la conclusión de que en el último atentado cometió algunos errores que no le permitieron obtener el éxito perseguido, por lo cual intentará que eso no vuelva a ocurrir. Sin embargo si efectúa el autoconocimiento mediando la silenciosa observación que significa simplemente contemplar con total atención alguna cosa o hecho, es posible que vea con total claridad el daño que está causando al inmolar víctimas inocentes y que ese no es el camino para lograr que se terminen las injusticias. La observación nos permite ver la realidad tal cual es, sin deformaciones, prejuicios o preconceptos.


Mente concreta y mente abstracta

Todas las doctrinas esotéricas aceptan casi por unanimidad que el hombre se maneja con la mente a través de las dos vías enunciadas en el título. Con la mente concreta resuelve los problemas vinculados con la materia física pudiendo citarse al bioquímico que lleva a cabo un análisis de sangre usando pautas de medición. Con la mente abstracta se puede llegar a lo que no tiene forma, valiéndose de la observación silenciosa sin intervención de la mente concreta que debe quedar fuera del campo de la conciencia y en calma, cosa que nos cuesta tanto a los seres humanos porque es mayoritaria costumbre vivir permanentemente hablando, mirando TV u ocupando la mente con lo que fuere. Nos perturba el silencio y sería muy provechoso investigar porque lo consideramos nuestro enemigo sin reparar que el silencio nos permite escuchar una acogedora música clásica u observar la naturaleza y sobre todo darnos cuenta plenamente de lo que ocurre en nuestro mundo interior lo cual es altamente provechoso y creativo.


Verdad absoluta y relativa

En la Carta de los Maestros Rosacruces Nº III puede leerse: “Toda la ciencia del mundo se funda en la hipótesis de que las cosas son efectivamente como parecen ser y sin embargo poco se necesita pensar para comprender lo erróneo de esa suposición puesto que la apariencia de las cosas no depende meramente de lo que son en si mismas sino también de nuestra organización interna y de la índole de nuestras facultades perceptivas. Si miramos un árbol se forma en nuestra mente una imagen, lo cual equivale a decir que entramos en un estado de conciencia que nos relaciona con un fenómeno de cuya verdadera índole nada sabemos, pero al que llamamos árbol. Para un ser diferente del hombre podrá ser lo que no nosotros llamamos árbol algo enteramente diferente, quizás transparente y sin solidez material y a millares de seres, cuya constitución difieran unas de otras, les parecerán mil aspectos distintos”.- Continuando con nuestra exposición diremos que un factor limitativo que tampoco nos permite evaluar la realidad es el condicionamiento que arrastramos desde nuestros primeros años, y que obra en nuestro inconsciente, el que a pesar de las modificaciones que va sufriendo perdura a través del tiempo. Lo expuesto debe despertar nuestra humildad y prudencia con relación a los juicios que hemos formulado sobre distintas cuestiones, a los cuales debemos observar libres de temor porque hemos venido a la existencia a aprender y por sobre todas las cosas a despertar las potencialidades con las cuales hemos sido favorecidos. Esto puede conseguirse en parte, generando el hábito de entrar en contacto con la naturaleza que nos rodea, con el cielo azul pleno de estrellas titilantes, con los árboles de hojas bailarinas movidas por la brisa que las acaricia o con la mirada de los niños que llenos de amor recién acaban de llegar del mundo misterioso donde están los que esperan venir a reunirse con nosotros, en fin, con todo lo que nos rodea. La sensibilidad y la inteligencia son tesoros que podemos ir descubriendo pacientemente en nuestro mundo interior mediante la labor que se sugiere y que intentaremos bosquejar.


Pedro S. Tavacca

(tavacca.pedro@gmail.com

viernes, 22 de octubre de 2010

LA ESPIRAL DE LA VIDA



LA ESPIRAL DE LA VIDA
Por Eugene E. Thomas
Revista Rosa-Cruz de Oro

Cuántas veces pensamos que la vida se mueve con gran monotonía!
Parécenos que los días, las semanas y los meses se siguen
unos a otros en un círculo monótono, siempre con las mismas responsabilidades.

¡Cuántas veces dejamos correr el pensamiento y nos vamos
en un viaje imaginario por mares desconocidos! Vemos las blancas
velas de nuestra fuerte nave hinchadas por la brisa según ésta se
desliza suavemente hacia el maravilloso país de nuestra fantasía. Hasta
llegamos a sentir la suave brisa del trópico acariciar nuestras mejillas.

El hechizo seductor de otras tierras nos llama con voz tan insistente
que anhelamos romper los grilletes que nos atan y obedecer el impulso,
importándonos poco el precio a pagar. ¡Los lejanos pastos nos
parecen tan verdes! El romance y la aventura nos sonríen desde el
horizonte. Nos imaginamos protagonistas de actos heroicos y nobles
acciones como parte de una serie de acontecimientos llenos de encanto.

Nos envolvemos en la red plateada del encantamiento y, de
pronto despertamos a la realidad de la vida, nuevamente en el lugar
anterior, en el mundo de siempre. Entonces sentimos como si la belleza
de nuestra vida hubiese desaparecido; que no hay ninguna relación
entre nuestros ensueños y la realidad, sino que parecen ser dos cosas
completamente distintas.

Esto ocurre porque hemos estado mirando las cosas desde
un punto de vista extremo solamente. Al ir en pos de la felicidad, hemos
pasado por desapercibida la aventura más sublime y verdadera -
la del despertar del alma-.

En la vida, las cosas no se repiten, ningún acontecimiento
ocurre de la misma manera dos veces. La evolución nos lleva continuamente
hacia adelante, en ascendente espiral. La nota clave del
Universo es el progreso eterno y éste, en su paso majestuoso nos
envuelve en sus fuertes corrientes.

La vida nos parecerá aburrida y monótona únicamente hasta
el momento en que descubramos los tesoros que yacen en el Ser.

En el mundo de la Imaginación Creadora abundan insondables misterios
que al rebuscarlos y dar con ellos, nos producen los mayores
goces y delicias. Al llegar a comprender su orígen divino, el Alma, por
tanto tiempo atada y prisionera de la ignorancia y la duda, nos habla
de glorias que podemos alcanzar y de alturas espirituales a las que
podemos volar, con la promesa de encontrar esa perfecta paz, que
por tan largo tiempo hemos buscado.

Todos los momentos de la vida contienen grandes tesoros;
más de los que estamos preparados para recibir.

En nuestra trayectoria por la espiral de la vida, nunca volveremos
atrás a las mismas situaciones que una vez conocimos. Muchas
veces nos parecerá que estamos pasando por una situación similar,
pero si nos detenemos a investigar, veremos que lo que ha pasado
es que hemos llegado a un punto inmediatamente arriba de la
situación anterior. Ha ocurrido que hemos caminado hacia adelante y
hacia arriba, en espiral ascendente, quedando cada vez a un nivel un
poco más alto, según damos la vuelta a la espiral.

Esta Ley de la vida debería ocasionarnos gran goce, pues
más allá de las sombras que deja la desencarnación de nuestros seres
queridos, brilla la felíz promesa de reunirnos con ellos en un radiante
“mañana”. No nos han abandonado aunque se encuentren ausentes
físicamente; la tan temida vejez se despoja de su vestido de
luto y se cubre con un blanco y brillante manto. Nos damos cuenta
entonces que cada paso que damos hacia los “sesenta años” sencillamente
representa progreso. Mientras más pronto entreguemos nuestro
cuerpo físico a la tierra, más jóvenes seremos. Los amigos se conocen
y luego parten y nos parece que ha habido una separación; Si
tenemos en común las mismas ambiciones, volveremos a encontrar
nos en vidas futuras. Cada vez que la espiral de una vuelta, aquellos a
quienes hemos querido, vendrán a nuestras vidas nuevamente.

Esta ley de evolución es aplicable tanto a las naciones como a
los individuos. Cada persona es incluida en el movimiento envolvente del
ciclo de vida de su nación, así como en el de toda la humanidad, además
de en el de su propio círculo de evolución; lo que nos explica por qué
podemos tomar parte en la labor del progreso de la creación. Hasta el
punto que desarrollemos y desplegemos nuestros grandes poderes espirituales
y permitamos que la Luz Divina interna, nos irradie y se refleje en
nuestros pensamientos y acciones, así, hasta ese punto cooperaremos
en la evolución de cada criatura o cosa que existe. El todo debe ser afectado
por la acción de cada unidad individual. Según las palabras de
Jesús:”Si fuere levantado de la tierra, a todos traeré a mí mismo”.

¡Que bien amado por el creador debe ser el hombre cuando lo
ha dotado de tan estupendos y divinos poderes! Y, no menosprecien nuestras
responsabilidades, puesto que éstas también son muy grandes.

Este movimiento de vida hacia adelante, ha sido descrito
como “una ancha cinta compuesta de los siete colores del arco iris,
cada color con su correspondiente vibración y su propia expresión de
vida, sin embargo, envuelto todo alrededor del candente corazón de
una gran espiral”. Podemos ver que esta ancha faja se compone de
muchas unidades dentro de unidades, ocupando cada una su lugar
particular, en la fuga del tiempo a través del arco de la Eternidad.

A cada vuelta que da la Rueda de la Vida, los Seres Superiores
escogen a sus mensajeros de entre aquellos mortales que han
dado ya ciertos pasos para desarrollar sus poderes divinos y que, como
consecuencia, han evolucionado cualidades necesarias para resistir
las fuertes experiencias que habrán de tener en la última vuelta de su
espiral. No nos desalentemos, por lo tanto, si nos parece que no podemos
soportar las experiencias que nos llegan. Puede ser que nos haya
considerado merecedores de esta gran comprensión, la cual si es pasada
con éxito, puede llegar a significar que en adelante habremos de
vivir una vida mucho más amplia e intensa y de mayores oportunidades
para servir mejor a la humanidad. El goce verdadero y duradero
está en servir y no en el recibir.

Se nos ha preguntado muchas veces, ¿cómo sabré cuando
creer en las lecciones y en los mensajes que recibo? ¿Sólo hay
una contestación a esto, y es “que no es necesario que lo sepamos”?

Ciertamente no es así; la vida misma es nuestro mejor maestro y no
podemos substraernos al efecto de las grandes leyes; las que nos
traen las experiencias que necesitamos y no nos dan nada que no nos
hayamos ganado. Estas experiencias a veces nos parecen crueles y
nos acobardqmos ante su violenta embestida y en medio de nuestra
agonía, también imploramos, “Oh, Padre mío, si es podible, pase de
mi este vaso”. En momentos de gran prueba, alejémonos de nuestro
Yo externo con todas sus debilidades mortales y volvamos la vista
hacia el Ser interno, que es fuente de Serenidad y Fortaleza. Como
por un milagro sentiremos entonces que nos invade una gran sensación
de fortaleza, que de una manera u otra nos ayuda a pasar la
tormenta y nos lleva a puerto de Paz.

Recordemos también que estas leyes no han sido creadas
para castigarnos. Dios es Amor y solamente el Amor es expresado a
través de Sus leyes. Lo que parece ser un castigo, es solamente un
correctivo.

Nos evitaríamos muchos sufrimientos innecesarios en el futuro,
si estuviésemos dispuestos a aprender las lecciones, según se
nos presentan.

Somos divinos con la gran corriente de Fuerza de Vida divina
que constituye la Espiral de toda la Evolución. Demos gracias por la
gran corriente de comprensión e iluminación que la humanidad está
recibiendo.

Contribuyamos con nuestra parte de gloria a este beneficioso
flujo, esforzándonos por establecer en nuestras vidas el orden y
la armonía. Una vez realizado éste, indudablemente nuestra vida real
y nuestros sueños se podrán correlacionar, porque estaremos viviendo
entonces la bella realidad de nuestros divinos ensueños.

* * *

468 - JOYAS ESPIRITUALES - 06/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY

TU ERES EL RESULTADO DE TI MISMO



TU ERES EL RESULTADO
DE TI MISMO


No culpes a nadie, nunca te quejes de nadie.
Porque fundamentalmente tú, has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo.
El valor de acusarte en el fracaso, para volver a empezar corriéndote.

El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.
Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean.
Hay quienes en tu mismo lugar supieron vencer.
Las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón.

Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte.
Enfréntalos con valor y acepta que de una u otra forma,
Son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar.

No te amargues con tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro.
Acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar
Y ninguno tan terrible para claudicar.

Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo,
De tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso
Si tu has sido el ignorante, el irresponsable, tu, únicamente tu.
Nadie pudo haber sido por ti.

No olvides que la causa de tu presente, es tu pasado.
Como la causa de tu futuro, es tu presente.
Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los valientes,
A los enérgicos, a los vencedores.
A quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.

Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo,
y tus problemas sin alimento, morirán
Aprende desde el dolor a ser más grande que el más grande de los obstáculos.

Mírate en el espejo a ti mismo. Comienza a ser sincero contigo mismo
Reconócete por tu valor, por tu voluntad y tu debilidad para justificarte.
Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo.
Reconociéndote a ti más libre y fuerte, dejaras de ser un títere de las circunstancias,
Por que tú mismo eres tu destino.

Levántate y mira por las mañanas y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de la vida.
Ahora despierta, camina, lucha.
Decídete y triunfarás en la vida. Nunca pienses en la suerte, es el pretexto de los fracasados.

* * *

468 - JOYAS ESPIRITUALES - 06/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY

SENTIMIENTO DE PAZ



SENTIMIENTO DE PAZ
Del Libro Divagaciones Poéticas por “Un Viejo Niño”


Bien enseñó, nuestro muy amado Maestro Jesús,
al hombre tienes que hacer el mayor bien que puedas, en mi nombre.

En todo momento, debes amar a tu prójimo, como a tí mismo,
mas, el hombre, deja caer su Sabia Doctrina en el abismo.

Los científicos sin Dios, sólo piensan en la metralla,
y dejan el pedido de Jesús, para pensar en la batalla.

Muy poco o nada, quieren saber, de la muy sublime idea,
pareciera que para ellos, el ideal más puro, es la pelea.

Hay ya quienes viven con mucho espanto, dolor y hambre,
pues, presienten que, entre hermanos se derrame sangre.

Hay alguna madre que ya sufre mucho, y está horrorizada,
porque ve que día a día, el mal triunfa, y el Bien, nada!

Ahora, lo mejor será orar por el bien, de cara al Cielo,
rogando para que el ave de la Paz, llegue con su vuelo.

Y recorra por todo este mundo malo, ya muy enloquecido
dando Paz a todos los hombres, triunfadores o vencidos

* * *

468 - JOYAS ESPIRITUALES - 06/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY

martes, 19 de octubre de 2010

VERDADES QUE DUELEN - Felix Tolosa Bosh




VERDADES QUE DUELEN
Felix Tolosa Bosh


En el número 74 del mes de Octubre de 1968, de “Joyas Espirituales”,
apareció un trabajo cuyo maravilloso contenido parece no haber sido leído
por nadie. Se titula “QUIEN SIEMBRA RECOGE” y comienza así: “Lamentablemente
nuestras oraciones por la paz, no han tenido el resultado que hubiéramos
deseado”. Y en párrafo siguiente agrega: “Lo que está sucediendo
es realmente espantoso y sin duda es el principio del fin. Las características
mundiales lo demuestran y ya el pronóstico estaba hecho. Si se cumple el
principio de que “QUIEN SIEMBRA RECOGE”, estamos recogiendo el fruto
de la siembra de siglos pasados”.

Desde que se escribieron esos párrafos a la fecha, la situación de
los pueblos del mundo ha empeorado en forma tan alarmante, que nos resistimos
a aceptar como real lo que estamos viendo. Todos los pueblos del
mundo tienen sus gobernantes, sus instituciones y sus leyes. Todos los gobernantes
del mundo occidental hablan a sus pueblos de justicia y de paz, y
salvo pocas excepciones, todos han adoptado oficialmente la religión Cristiana,
que precisamente es Paz y Justicia. Los hechos están demostrando que
tal adopción no ha sido más que la máscara que les ha servido y les sirva
para ocultar sus fines y engañar a los pueblos. La prueba de esta dolorosa
verdad es que después de DOS MIL AÑOS de civilización cristiana, existen
gobernantes de pueblos que, para demostrar el grado de “cultura” que han
alcanzado, contribuyen a sembrar la muerte y derramar la sangre de otros
pueblos que, como ellos, tienen derecho a vivir. Las masacres de Vietnam y
de Irlanda en la actualidad, son dispuestas por seres humanos que parecen
ignorar que los que mueren en la batalla despedazados por la metralla, también
son seres humanos. No puede haber pretextos, sean de orden político,
social, religioso o racial que justifiquen un crimen -propio de trogloditas- con el
atenuante para estos que no fueron a la escuela ni conocido la religión cristiana.

Hemos llegado al siglo XX y estamos recogiendo el fruto de lo sembrado
por pasadas generaciones, fruto envenenado que ha contaminado no la tierra
sino las almas de las clases llamadas “privilegiadas” y en forma muy
especial la de los gobernantes de cada país “civilizado” del mundo; y por eso
vemos centenares de miles de niños descalzos y hambrientos; millares de
hogares sin pan en sus mesas; millares de hombres desocupados en países
cuyas fértiles tierras están esperando brazos que las trabajen; y como broche
de oro, niños de ambos sexos en edad escolar, que haraposos y sucios
andan por las adyacencias de las ferias ofreciendo cualquier mercancía por
unas monedas en países cuyas “cristianas y humanas leyes” establecen que
la instrucción es “obligatoria y gratuita”...

Esos niños que sufren la nefasta influencia de un medio social
que ellos no han contribuido a formar, un día serán hombres ... y entonces?

No nos engañemos ni permitamos que se nos siga engañando: los conductores
de pueblos no pueden ignorar que aquellos niños han llegado a hombres
con la mente siniestramente ensombrecida por el recuerdo imborrable
de los días vividos en su infancia y que sus corazones, solo podrán abrigar
sentimientos destructivos y brutal hacia todo lo que signifique autoridad. Ellos
ven que sus conductores y el incontable número de funcionarios de toda
categoría, que perciben elevados sueldos para administrar justicia y EDUCAR
al pueblo, viven en la opulencia ... y hablan con indignante desenfado de
Paz Social, de justicia y de orden, sin darse por enterados del vergonzoso
desorden reinante en todas partes y en todas las esferas, producido por la
inconcebible inconducta y afán de lucro de quienes tienen la responsabilidad
de conducir a los pueblos por la senda del trabajo, que es PROGRESO, de
la fraternidad y Cristiana comprensión, que es la PAZ.

AMIGO que lees estas líneas: puedes tú ser cristiano, espiritualista
o materialista; puedes creer en Dios o ser ateo; puedes ser de cualquier
raza; todo ello no te impide pensar que antes que todo y por encima de todo,
eres HUMANO y cualquiera sea tu condición y situación en el mundo, tu vida
es tan sagrada como la del último y más pequeño de tus semejantes.

Medita en ello cuando trabajes, cuando descanses, cuando contemples
enternecido el sueño de tus hijos; cuando lo sientas reír y cuando los
veas llorar ...

Desde ya te digo que entonces comprenderás la tremenda verdad
que gritan mis palabras.

* * *

468 - JOYAS ESPIRITUALES - 06/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY