tratamos de poner a su disposición distintos trabajos literarios que nos alimentan el alma, que sea del agrado de todos
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lunes, 11 de julio de 2011
AHORA SOMOS POBRES DE VERDAD
Autor:
Pla Ventura
11/07/2011
AHORA SOMOS POBRES DE VERDAD
El dolor, la rabia, la impotencia, la desesperación, la locura y cuantos epítetos queramos añadir son los que viven dentro de nuestro corazón; esencialmente, en el corazón de todas las personas de buena voluntad al enterarnos del vil asesinato de Facundo Cabral.
No tenemos palabras; nos arrancaron todas nuestras ilusiones; nos arrebataron al que era nuestro hermano mayor, la razón de ser de nuestra existencia; nos dejaron sin vida porque, junto a Facundo Cabral, hemos muerto todos un poco.
Así nos quiso ver Cristina Gálvez.
¿Qué hacer, qué decir? Orar, rezar, sentir, pedir por el alma de Facundo Cabral que, sin pretenderlo, ha llegado a la inmortalidad de forma prematura.
Si Cabral había sido capaz de forjarse su leyenda con su arte, a partir de ahora, dicha leyenda, al paso de los años seguirá más viva que nunca.
Han destrozado el cuerpo de Facundo Cabral unos criminales asesinos, pero nadie podrá romper el legado de su obra; esa obra inmortal que supo construir con amor, con talento, con arte, con dedicación, con esa entrega absoluta en la que aun estando enfermo, Cabral seguía escribiendo y cantando.
Pude hablar, días pasados, con Facundo Cabral. Su salud estaba muy resquebrajada. No tenía demasiadas ilusiones por esa gira que le llevó a la muerte, pero su sentido de la responsabilidad es el que le llevó a emprender ese viaje que, paradójicamente, ha sido el viaje hacia la eternidad.
Como digo, la leyenda está vigente. Hoy hemos recibido en nuestra página cientos de correos de hermanos por el mundo que, rotos por el dolor, han querido solidarizarse con nosotros, los primeros valedores de su obra que, para su dicha, ya es inmortal.
Una de las últimas imágenes de Cabral en Guatemala
El mundo está llorando la pena por la pérdida de un ser amado; un hombre al que quisimos sin condición y, la mejor prueba no es otra que la página que construimos en su honor. Ingrid Matta, esa colombiana admirable tuvo la feliz idea de la creación de la página y, nosotros, desde España, nos cupo el honor de secundarle y darle vida a un proyecto que entendíamos era hermoso.
Como diría el mismo Cabral, él no ha muerto; se marchó hacia dónde iremos todos, pero él ha cometido la “picardía” de adelantársenos en el camino. Todos creíamos que Cabral podría morir de su cruel enfermedad que hacía años que le atenazaba y, sin embargo, su tránsito para llegar a Dios ha tenido que ser de una forma brutal, aberrante, increíble y repugnante.
Se marchó Cabral; nos quedamos sin su cuerpo, pero para su dicha nos dejó su obra que, inmortal, será la que nos alimentará nuestros corazones de forma eterna. Ahora, sus canciones seguirán sonando como las melodías eternas, las que siempre susurraremos a diario al recordar la figura emblemática de un tipo genial que atendió por Facundo Cabral.
Tras la muerte de Cabral, como dijera su propia abuela cuando murió Carlos Gardel, repetimos nosotros con vehemencia: ¡Ahora sí que somos pobres de verdad!
Como un presagio fatal, en el día ayer, cuando deberíamos dar toda la información al respecto de la muerte de Cabral, nuestra página estaba de luto. Jamás falló esta Web pero, paradojas del destino, en el mismo momento en que Cabral era asesinado, la página se colapsó y nada pudimos hacer hasta este momento. A partir de este instante, lógicamente, seremos los antólogos de Cabral, como siempre lo fuimos, pero ahora con más pasión que nunca para inmortalizar al cantor que supo unir millones de corazones por el mundo.
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