La Crisis Precede a la
Transformación.
En el modelo de la evolución de Teilhard de Chardin
vemos que cada movimiento ascendente de un nivel al siguiente, es una transición
mayor, un salto cuántico. Y vemos que cada salto cuántico es precedido por algún
tipo de crisis, por una tensión severa sobre el sistema existente. Esto es algo
señalado por Bárbara Marx Hubbard en su libro “The Evolutionary Journey”, en el
que expresa 15 billones de años de evolución con esta
visión:
“Las crisis preceden a la Transformación. Antes
de que cambie cada energía cuántica, emergen los “problemas”: Pueden ser limites
al crecimiento, estancamiento, complejidad incontrolable, catástrofes próximas,
desintegración. Desde la perspectiva del presente, las crisis se ven como
errores, errores mortales en el sistema. Pero, desde la perspectiva posterior a
la transformación cuántica, estos problemas son vistos como “dirigentes
evolutivos”, estimulantes vitales que desencadenan un pasmoso “proyecto
innovativo”.
¿Y cuál es el “proyecto innovativo” que tendrá
lugar?:
“La evolución consciente”. Esa es la palabra que le
damos en el mapa evolutivo. La innovación, necesitada ahora, es entender los
magníficos procesos que nos crearon y que resueltamente cooperaron en la
planeación y proyecto de nuestro propio
futuro.
Parejas en la Danza Cósmica e Ignorantes
Arquitectos.
De este modo, hemos sido llamados a ser parejas en la
danza cósmica. La evolución no puede tener lugar sin nosotros. Nosotros no
solamente somos el producto de la evolución: somos sus
arquitectos.
¿Y cómo nos convertimos en “arquitectos” de nuestra
evolución?. Empezando con nuestras propias vidas, nuestros senderos personales
de evolución. Nuestras vidas individuales están intrínsecamente conectadas con
la evolución de toda vida en este planeta. Richard Wilhelm escribe en “The
Secret of the Golden Flower”:
“La psique y el cosmos están relacionados una con otro
como mundos internos y externos. Así es como el hombre participa, por
naturaleza, en todos los eventos cósmicos, y está entretejido con ellos tanto
por dentro, como por fuera”.
Así como la crisis precede a la transformación en un
esquema global, en el macrocosmos, así también la crisis precede a la
transformación en la vida del individuo, en el microcosmos. No obstante, la
crisis en sí no produce automáticamente la transformación. El factor crucial
yace en la forma en que manejamos la crisis, en nuestra actitud hacia ella.
Marilyn Ferguson escribe en “The Aquarian
Conspiracy”:
“Al nivel de la conciencia ordinaria, negamos el dolor y
la paradoja. Los medicamos con Valium, los entorpecemos con alcohol, o nos
distraemos con la televisión…
“Nuestra habilidad para bloquear nuestra experiencia,
nos conduce a un callejón sin salida evolutivo. En lugar de experimentar y
transformar el dolor, conflicto, y miedo, a menudo los desviamos y desalentamos
con una clase de hipnosis inconsciente…
“Conflicto, dolor, tensión, miedo, paradoja… son
transformaciones tratando de tener lugar. Una vez que les hacemos frente, el
proceso transformativo comienza”.
Experimentando Malestar Sin
Negación.
El elemento clave en el trato efectivo de la crisis, es
tener una “conciencia consciente”: buena voluntad para experimentar
conscientemente nuestro malestar, sin negación ni distracción. La consciencia es
esencial para la transformación. Ferguson también
dice:
“Todo aquello que nos atraiga hacia el estado consciente
y vigilante, tiene el poder de transformar”… La mente, de hecho, es su propio
vehículo transformativo, inherentemente preparada para cambiar a nuevas
dimensiones si solamente la dejamos.
La crisis precede a la transformación, pero, no todas
las crisis llevan a la transformación. Para ser transformacional, una crisis
debe ser atendida con una mente abierta
vigilante.
Una de las definiciones de la palabra “crisis”, es: “un
momento crucial decisivo”. La misma palabra Griega significa “decidir”. Algunas
veces tomamos decisiones automática e inconscientemente, como resultado de
“viejos programas” operando en la mente subconsciente. Esto puede ser
especialmente real cuando se responde a una situación de crisis. Al actuar
inconscientemente no estamos respondiendo a las circunstancias del momento
presente. Estamos respondiendo realmente a circunstancias pasadas. A través de
una auto-observación consciente, podemos anular este “callejón sin salida
evolutivo”, y hacer elecciones basadas en nuestra sabiduría interna en el
momento presente. Elecciones nuevas y creativas para dirigir el crecimiento y la
transformación.
El Sendero que Debemos Tomar es el Sendero en el que
Estamos.
Una crisis es, por definición, un momento decisivo en
nuestras vidas, pero a través de la conciencia consciente podemos, a menudo,
anticipar estos momentos decisivos antes de que se manifiesten como dificultades
mayores. Como Lao Tsu ha escrito: “Porque el sabio siempre enfrenta las
dificultades, nunca las experimenta”.
Cada crisis puede ser un momento decisivo que lleva a la
muerte del viejo modo de ser y al nacimiento de nueva vida. De hecho, la
evolución continúa a través de un proceso de muertes y renacimientos, de Finales
y Nuevos Comienzos. Por miedo e ignorancia frecuentemente nos oponemos a
nuestros finales, a nuestras muertes. Nuestra condición humana nos lleva a creer
que “todo está perdido para siempre”, pero la sabiduría y la fe nos permiten
ver, más allá de la apariencia de tragedia, la nueva vida. Y así empezamos a ver
cada final, cada muerte, no como una tragedia, sino como un preludio a la
transformación.
En su libro “Illusions”, Richard Bach
escribe:
“El marco de tu ignorancia, es el fondo
de tu creencia en injusticia y
tragedia.
Lo que la oruga llama el fin del
mundo,
el maestro lo llama una
mariposa”.
El plan divino está revelándose dentro de cada uno de
nosotros. Sin embargo, una pregunta que a menudo oímos es “¿Cuál es el plan
divino en mi vida”. La respuesta puede ser encontrada simplemente mirando a lo
que está enfrente de nosotros. Paso a paso, día a día, el plan se revela ante
nuestros propios ojos. El sendero que debemos tomar es en el que
estamos.
Nadie puede caminar este sendero por nosotros. Otros
pueden, en el mejor de los casos, servir como guías. Steve Levine
escribe:
“Buda dejó un mapa de caminos, Jesús dejó un mapa de
caminos, Krishna dejó un mapa de caminos, Rand McNally dejó un mapa de caminos.
Pero tú, todavía tienes que andar el camino tu
mismo”.
Tenemos muchos maestros inspirados y enseñanzas para
guiarnos; pero, el mapa no es el trayecto; el menú no es la comida; el dedo que
apunta a la luna, no es la luna.
El plan se revela por medio de lo que sea necesario para
cada uno de nosotros. Así es como llegamos a donde estamos, y así es como
llegaremos a donde vayamos. El hermoso poema de Martha Smock nos recuerda
ésto:
Si sólo pudiéramos ver el
diseño
de nuestros días,
Podríamos discernir
cuán
intrincados son los caminos
Por los que llegamos
aquí, al
tiempo presente,
A este lugar en la
vida.
Y podríamos ver la
escalada
Que nuestra alma ha hecho
a través
de los años.
Podríamos olvidar las
heridas,
las distracciones, los
miedos,
El desgaste de nuestra
vida
y
saber
Que no podríamos venir
por otro camino o crecer
A nuestro bien, sin estos
pasos
que nuestros pies
Encuentran duros de
hacer,
nuestra fe dura de encontrar.
El camino de la vida
serpentea,
y nosotros como viajeros
vamos
De vuelta en vuelta,
hasta que
Llegamos a saber
La verdad: que la vida es
infinita,
y que nosotros
Somos habitantes de toda
eternidad.
Para nosotros, no había otro camino para llegar a este
punto presente en nuestro trayecto de vida, y llegaremos a cada destino a través
de lo que sea necesario para llegar ahí.
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ehc