sábado, 31 de agosto de 2013

Pantáculos

Pantáculos

Pantaculos

La palabra Pantaculo procede del griego «Panta-Klea», no es un vocablo de la lengua clásica, sino un compuesto del plural neutro de «Pantos», qué significa TODO, y del sustantivo «Kleos» (cuyo nominativo del plural es klea) que significa «ACCIÓN GLORIOSA». Por lo tanto la expresión significa TOTALIDAD DE ACCIONES GLORIOSAS, de esta forma entendemos porque el Pantaculo sólo se emplea para actuar solemnemente.
La palabra Talismán procede también del griego, pero pasando por el árabe, es la reproducción de la palabra Telsam o Telesm, que representa en griego telesma, queriendo decir «operación mágica».
Así pues, el Pantaculo se une al talismán en el sentido de que se realiza a través de una operación mágica y tienen su destino final en su acción que viene potenciada por la cuestión final a la que éste esté dedicado.
El mago conoce a fondo este arte y puede convertir cualquier objeto en un perfecto talismán, puede saturarlo de efluvios electromagnéticos y transmitir las influencias necesarias según sus deseos, preparando todo esto bajo determinadas condiciones astrológicas y bajo ciertas formas ritualistas. Cada persona tiene su clase especial de vibración mental y astral. Dios obra sobre nosotros y nosotros obramos sobre el objeto. Esta ciencia se traduce en poner lo que falta y neutralizar lo que sobra. Los Pantaculos y los talismánes son verdaderos acumuladores y transmisores de una determinada energía. Cuando son construidos para una persona determinada son más poderosos sus efectos son inmediatos, no obran instantáneamente, sino que aguarda el momento oportuno, cuando el rodar de los planetas le es oportuno. Esto se produce por afinidad vibratoria, se asocia al signo al planeta benéfico y actúa en este sentido con persistente regularidad.
La diferencia entre estos Talismánes y los conocidos amuletos está en que el talismán está influido de las fuerzas superiores de la «actividad» mientras que el amuleto tiene condensada si las fuerzas de la resistencia o «pasividad».
La principal misión de los Pantaculos es la protección.
Están compuestos por sentencias extraídas de textos fundamentales que reproducen frases ritualesque por su composición literaria, tienen poder vibratorio debidamente acorde con los fluidos representados por el signo planetario correspondiente. La parte central suelen llevar una figura simbólica que representa la manera en que un una inducción planetaria actúa.
Siempre se ha creído que el Pantaculos debe hacerlo el mismo mago. Si se desean en oro u otro metal de correspondencia astrológica es normal que para ello intervenga un orfebre de ahí la idea de prepararlo de una forma natural y sencilla al tiempo que no sale de las manos del propio mago, esta es realizada en pasta de papel que el propio mago prepara realizando las instituciones con su propia tinta que el mismo ha preparado mágicamente antes. Utilizando sus propios materiales llega en un estado puro a la persona a la que va destinada, con lo cual todo su poder no se ve mermado o alterado.
Los Pantaculos que pueden prepararse son los siguientes:
  • Protección contra los peligros.
  • El éxito en la vida. Suerte.
  • Para procurarse el amor de una persona, la simpatía que lo lleva. El amor.
  • Protección contra los males espíritus.
  • Para el dinero.
  • Victoria sobre los adversarios y felicidad en procesos y combates.
Para que el mago pueda realizar correctamente su ceremonia mágica, que según el caso puede durar en sí misma de siete a quince días, aparte de que está ha de iniciarse en fechas determinadas, según la persona a la que va destinado en el Pantaculo. El mago necesita saber:
  • Nombre de la persona.
  • Fecha nacimiento.
  • Ascendente si lo conoce.
  • Foto sí lo desea.
  • País de procedencia.


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desde aquí pueden ver más material:


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jueves, 29 de agosto de 2013

EFECTOS PSICO -FISIOLOGICOS DE LA ORACION


EFECTOS PSICO -FISIOLOGICOS
DE LA ORACION

Por el Dr Alexis Carrel
           
La oración actúa sobre el espíritu y sobre el cuerpo de una manera tal que parece depender de su calidad, de su intensidad y de su frecuencia.
            Es muy fácil el conocer cual es la frecuencia de la oración y en cierta medida, su intensidad.
            Cuando la calidad se mantiene desconocida, entonces no podemos medir la fe y la capacidad de amor de un semejante. Mientras que así como vive todo aquel que ora puede aclararnos su capacidad de invocar a Dios. Igualmente cuando la oración es de un débil valor inconsciente, principalmente en el recitado de fórmulas, ejerce un efecto sobre el comportamiento del individuo; por otra parte también  fortifica al mismo tiempo el sentido de lo sagrado y la moral.
            Los medios en donde se ora se caracterizan por cierta persistencia, del sentido del deber y de la responsabilidad, por menos envidia y maldad y por más bondad para con los demás.
            Con cierta evidencia se ha demostrado que en igualdad de un desarrollo intelectual, el carácter y el valor moral son más elevados entre los individuos que oran, así como es mucho menor entre los que no oran.
            Cuando la oración es habitual y verdaderamente ferviente, su influencia es más manifiesta y podemos compararla a dos de las glándulas de secreción interna, como por ejemplo, la tiroides y las suprarrenales. Consiste en una especie de transformación mental u orgánica, la que se opera en forma progresiva. Podríamos decir que en lo más profundo de la conciencia se enciende una llama.
            El hombre se ve tal cual es al descubrir su egoísmo, su vacuidad, sus juicios errados y su orgullo. Y entonces vuelve al cumplimiento de su deber moral, procurando adquirir la humildad intelectual. Así se abre delante de él, el reino de la Gracia. Poco a poco se va produciendo un apaciguamiento interior, en armonía con las actividades nerviosas y morales, así como una mayor resignación delante de la pobreza, la calumnia y la miseria, también como la capacidad de soportar sus debilidades, la pérdida de la confianza en si mismo,  las dolencias y la muerte.
            Por tal motivo, el médico que ve a su paciente orar, debe regocijarse con eso, ya que la calma proveniente de la oración  es una poderosa ayuda para la terapia.
             Además, no debemos comparar a la oración con la morfina, ya que la oración nos origina una gran calma, una integración de las actividades mentales, así como una especie de florecimiento de la personalidad. A veces nos produce situaciones de heroísmo y señala a sus fieles con un sello particular. La pureza en el mirar, la tranquilidad del porte, la alegría serena en la expresión, la virilidad del comportamiento y si fuera necesario, la simple aceptación de la muerte de un semejante,  de un mártir, traducen la presencia del tesoro que se oculta en lo más íntimo de los órganos del ser humano y del espíritu.
            Bajo esta influencia, tanto  los ignorantes como los retrasados mentales, los débiles y los menos dotados, ellos utilizan mejor sus fuerzas intelectuales y morales.
            La oración, según parece, eleva a los hombres muy por encima de su estatura mental que les pertenecen en armonía con su herencia y su educación. Este contacto con Dios les impregna con una gran paz y ellos la irradian llevándolas hacia todas partes donde se dirigen.
            Infelizmente, no hay hoy en día, sino un número ínfimo de individuos que saben orar de una manera eficiente.   

Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este artículo

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domingo, 25 de agosto de 2013

"Porqué la Gente No Se Cura"




"Porqué la Gente No Se Cura".

Un medico intuitivo tuvo una perspectiva única sobre por qué las personas no se curan. Él solía pensar que todo el mundo quería ser sanado. Y llegó a la conclusión de que "La sanación es muy poco atractiva"

Los impedimentos para la curación incluyen renunciar a vivir en el pasado, dejar de ser víctima, y el miedo al cambio. Dirigir el pensamiento y la energía hacia el pasado desvía la fuerza vital de las células y los órganos que necesitan esa energía para funcionar y sanar.

La curación requiere vivir en el presente, recuperando la energía de los traumas y heridas del pasado. Dice que la única razón para alimentar y mantener vivo el pasado es a causa de la amargura de lo que pasó.

Negarse a perdonar un evento o a una persona del pasado produce fugas energéticas del cuerpo. El perdón sana estas filtraciones. El perdón no tiene nada que ver con no culpar a otros por las heridas que causaron.

Tiene más que ver con "liberarnos de la percepción de víctima".

Cuando podemos ver un acto doloroso como parte del proceso de la vida, como un mensaje o un desafío en lugar de una traición personal, la energía vital fluye de vuelta a los circuitos de energía del cuerpo físico.

Las personas no se curan porque no se han liberado de la ilusión de ser víctima. Con demasiada frecuencia, la gente obtiene poder con sus heridas porque han encontrado que suscita el apoyo de otros. Las heridas se convierten en un medio de manipular y controlar a los demás.

Generalmente, la recuperación requiere hacer cambios en el estilo de vida, medio ambiente, y relaciones. El cambio puede ser aterrador.

Es fácil mantenerse en un compás de espera, alegando que uno no sabe qué hacer, pero rara vez es cierto. Cuando estamos en un compás de espera, es porque sabemos exactamente lo que debemos hacer, pero estamos aterrorizados para actuar en consecuencia...

El cambio es alarmante, y la espera da sensación de seguridad, cuando la única manera de adquirir ese sentimiento de seguridad es entrar en el torbellino de los cambios y salir por otro lado, sentirse vivo otra vez.

La sanación requiere acción. Comer adecuadamente, hacer ejercicio diario, tomar el medicamento adecuado, genera cambios saludables en el físico. 

Soltar el pasado, dejar puestos de trabajo estresantes o relaciones inadecuadas, son acciones que sostienen la energía del cuerpo. 
Lo que apoya al uno apoya al otro, porque la energía física y energética están inextricablemente unidas. 


Incluso el proceso de morir, al que todos nos enfrentamos, puede convertirse en un acto de sanación de viejas heridas que son liberadas resolviendo asuntos pendientes con los seres queridos.


Por: Maria de los Ángeles Rodeiro

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sábado, 24 de agosto de 2013

La increíble historia del número 11 – por Adrián García



Apreciados amigos:

Me es muy grato compartir con ustedes este interesante tema.
Reciban mi afectuoso y fraternal saludo,

                  César Lillo Arellano

La increíble historia del número 11 – por Adrián García
 Duración= 02:16:26 horas

Publicado el 16/07/2012

Adrian Garcia - La increíble historia Del número 11

Así comenzó mi historia, a través de la imparable ocurrencia del número 11. Fue la llave que me abrió un mundo de conocimiento, que nunca hubiera podido imaginar. Descubrí que aparecía en todas partes en nuestra sociedad, en todo aquello que tenía más fuerza. Traspasé el umbral cuando descubrí que la verdadera naturaleza de los números, no residía en su mecánica ni en su capacidad instrumental, si no en su poder simbólico.

Adrián García,

Psicólogo e investigador, miembro de La Caja de Pandora, Despertar Integral y Alkaline Care.
Conocido en internet por el pseudónimo de Peter Petrelli y actualmente investigando y desarrollando un nuevo paradigma desde el que entender las matemáticas.
"El problema con las matemáticas es que adoramos su mecánica y precisión e ignoramos que en su poder simbólico reside su secreto".




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Agradecemos al Sr. César Lillo Arellano, por este artículo.
afectuosamente, Edgardo Ceol

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viernes, 23 de agosto de 2013

CONTEMPLAR LA VERDAD DESNUDA


CONTEMPLAR LA VERDAD DESNUDA

Hace algunos años, unas personas que dirigían un campo nudista me propusieron visitarlo para que viese de qué se trataba. Lo visité; naturalmente yo parecía un bicho raro al ser el único que estaba vestido entre tantas personas. Poco a poco se me fueron acercando chicas jóvenes, mujeres, hombres, y lo extraordinario es que cuando uno se encuentra ante tantas personas desnudas, no le
produce ninguna impresión. Yo mismo estaba sorprendido. Miraba y me decía:
«¡Verdaderamente, no hay de qué escandalizarse!» Todo parecía muy simple y natural: las personas, su actitud, su expresión. Después nos sentamos y todos me interrogaban sobre distintos temas y escuchaban con gran atención.
Os estaréis preguntando si estoy a favor o en contra del nudismo. No estoy ni a favor ni en contra, sin embargo noté ciertas cosas que no eran correctas. Me habían dicho que los nudistas, al haberse liberado de ciertos complejos, podían encontrar más fácilmente la santidad, el equilibrio, y también la pureza, y me interesaba ver si
era cierto. Por desgracia esto no era totalmente cierto. En primer lugar se aburrían, pues no hacían casi nada; pero sobre todo, al no tener ningún conocimiento iniciático acerca de la naturaleza y poder de los elementos - la tierra, el agua, el aire, la luz - no recibían muchas de sus ventajas. También noté que no se habían
liberado de toda clase de deseos y necesidades que el hecho de vivir desnudos les permitía satisfacer. Por consiguiente, la desnudez no los conducía a la pureza.
La pureza es algo más que la capacidad de desnudarse sin sentir vergüenza. Por otra parte, la pureza no se limita al campo de la sexualidad, sino que abarca todas las regiones y campos de la existencia. El hombre comprende cuando introduce la
pureza en su intelecto; se vuelve activo y poderoso cuando la introduce en su voluntad; goza de buena salud cuando entra en su cuerpo físico, y se vuelve clarividente cuando entra en su corazón y en su alma. «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios», decía Jesús. Así pues, la pureza limitada a
la cuestión sexual no es suficiente.
En estos momentos el nudismo se practica en todo el mundo; se editan revistas y se escriben artículos, pero los conocimientos esenciales sobre este tema son insuficientes. Mientras los seres humanos no posean ciertos conocimientos espirituales, el nudismo no les aportará nada de lo que imaginan; sólo e trata de
algunos ensayos que no llegarán muy lejos.
Está bien comulgar con las fuerzas de la naturaleza, con el aire o con el sol, pero en tanto el ser humano no tenga conocimientos más vastos acerca de la naturaleza y de él mismo, todo ello servirá de muy poco. Quizás estén abiertos sus poros físicos, pero los espirituales están taponados, porque en realidad no sabe lo que es
exponerse a las corrientes cósmicas. Por consiguiente se beneficia muy poco de todo ello, a pesar de vivir desnudo en plena naturaleza.

No hay nada malo en permanecer desnudo puesto que todo el mundo se desnuda en su casa, se baña, etc... Se admite que uno esté desnudo en su casa, pero delante de los demás está mal visto... ¿Por qué? Como quiera que los seres humanos no tienen suficiente pureza y fuerza para dominarse, se han visto obligados a inventar
reglas para protegerse los unos de los otros. Pero, en realidad, no hay nada malo en estar desnudo. Por otra parte, si preguntamos a la naturaleza si está furiosa porque las personas se paseen desnudas por los bosques y por las playas, contestará que le
da igual, que si ellos se encuentran cómodos pueden ir desnudos. También añadirá que cuando los envió sobre la tierra no estaban vestidos. Si por alguna razón han decidido vestirse, es su problema, pero que ella los creó desnudos.
El cuerpo de los hombres y de las mujeres posee ciertas antenas etéricas gracias a las cuales pueden comunicarse con la naturaleza y recibir su fuerza y sus mensajes. Pues bien, si pueden exponerse a ella en el bosque o al borde del mar para realizar un trabajo espiritual con la tierra, el aire, el sol y el agua, tienen
muchas más posibilidades de emitir corrientes y de captarlas y, por consiguiente, de obtener resultados positivos. Los brujos, y sobre todo las brujas, utilizaron siempre la desnudez en sus prácticas, ya que conocían su gran poder; la literatura ocultista relata numerosos casos en los que las brujas se desnudaban para hacer sus conjuros,
sus hechizos, lanzar sus maldiciones... La desnudez atrae tanto al bien como al mal, por esto es peligroso exponerse desnudo si no se es bastante consciente y dueño de sí mismo como para cerrarse a todo lo negativo, tenebroso, y abrirse a lo luminoso.
Realmente los hombres y las mujeres no tienen la misma actitud ante la desnudez. En conjunto las mujeres se exhiben más fácilmente desnudas que los
hombres. Estos sienten más bien vergüenza al desvestirse delante de los demás, pero les gusta ver a las mujeres sin ropa y a éstas les gusta exhibirse. La naturaleza los ha hecho de este modo. Desde hace siglos, por más que se intente inculcar les que la desnudez es contraria al pudor y a la pureza, vemos que muchas mujeres aún no han llegado a aceptar esta idea. Aunque obedezcan poniéndose vestidos, en su fuero interno no han admitido esta regla, pues no corresponde a su naturaleza profunda. No es por vicio o desvergüenza que les guste desnudarse, sino que
obedecen a su idiosincrasia y no ven en ello ningún mal.
La mujer puede ser reprendida por el uso que hace de su desnudez, pero no por su natural necesidad de mostrarse así. Cuando ha comprobado cuán débiles son los hombres y lo fácilmente que pierden la serenidad ante su cuerpo, la mujer ha
pensado que podía aprovecharse de ello, y ahora utiliza su belleza para dominarlos, explotarlos o vengarse de ellos. Hoy en día esto es tan corriente que casi no se encuentran mujeres que ignoren el poder de su encanto físico y no intenten utilizarlo sobre los hombres para manejados a su antojo. De esto sí que son culpables. Que sean hermosas y tengan encanto está muy bien, nadie se lo puede
reprochar, pero en vez de utilizar los poderes que la naturaleza les ha dado para tentar al hombre y hacer que se enfangue en la suciedad, deben aprender a utilizarlos para ennoblecerlo, inspirarlo y unirlo al Cielo.

En los Misterios se menciona que el Iniciado debe llegar a contemplar a Isis sin ningún velo. Gracias a su pureza y sabiduría, el Iniciado hace caer uno a uno los velos de Isis, la Naturaleza, para poder contemplarla en todas sus manifestaciones, conocerla en todos sus secretos, en toda su belleza. Por este motivo,
simbólicamente, idealmente, una mujer desnuda delante de su amado representa a Isis sin velo ante los ojos del Iniciado. Los seres humanos no lo han comprendido, pero durante toda su vida no hacen más que repetir los misterios de la Iniciación, los misterios de Isis. ¿Por qué aparece la novia envuelta en velos y en su noche de
bodas se desnuda delante de su amante para ser contemplada? Casi todo el mundo desconoce el profundo significado de estas costumbres, y sólo retienen el aspecto más grosero, inferior y material, en lugar de prepararse para comprender uno de los
más grandes misterios de la naturaleza. Por esto surgen después tantas anomalías, porque no se está preparado.
Los recién casados van en viaje de novios: a esto lo llamamos «luna de miel», y se tiene la idea de que es un período en el que hay que revolcarse en los placeres sexuales hasta la náusea. ¡Qué manera tan triste de vivir el símbolo eterno del Iniciado que se presenta ante su novia, Isis, para celebrar la boda! Por esto no
encuentran ni el amor, ni la felicidad, sino todo lo contrario. Mientras se obstinenen comprender las cosas  de manera errónea, ¡que no esperen encontrar lo que buscan! Preguntamos a una madre «¿Dónde está su hija? Ha salido con su marido a pasar su luna de miel en Venecia». Otra vez la expresión «luna de miel». y
verdaderamente, ¿qué van a elaborar este par de mentecatos si no poseen ningún conocimiento? Abusarán del placer hasta hastiarse mutuamente. Al estar ciegos, ninguno de los dos verá la verdadera belleza del otro, no percibirán el espíritu ni el
alma, ese esplendor que se encierra en su interior; sólo verán la piel, las piernas, la materia, nada más. ¡Pobre humanidad!
El Iniciado, por su parte, no piensa en revolcarse en los placeres, sino que se prepara para su novia, para Isis, y también para una clase de éxtasis que desconocemos. El sabe que la belleza y perfección divinas se reflejan por todas partes en la naturaleza, pero en ninguna otra parte esta belleza y perfección están
mejor representadas que en el cuerpo humano. En nuestro entorno, todo está diseminado; los océanos son una parte del cuerpo cósmico, los ríos, las montañas o el cielo también lo son. Sólo el hombre y la mujer reflejan el cuerpo cósmico en su
totalidad. Por este motivo, cuando el Iniciado ve a una criatura que refleja mejor que las demás los esplendores del universo, la contempla con placer a fin de unirse a la belleza divina. Enseguida se da cuenta de que es una criatura que le habla de
las virtudes de Dios, y al contemplarla reencuentra esta belleza divina. Mientras que los hombres y las mujeres ordinarios, en lugar de maravillarse del modo cómo reflejan el cielo los seres queridos, lo que hacen es abalanzarse sobre ellos y los echan a perder. Se parecen a esos caballos que se lanzan al galope a través de un
prado lleno de flores: todas quedan destrozadas. Hombres y mujeres se maravillarían mucho más ante este esplendor celestial si estuvieran instruidos en la Ciencia Iniciática, y además sacarían de él inspiración, fuerza, energía y voluntad para continuar con su trabajo.

Y aún añadiría algo muy interesante sobre este tema. Ya sabéis que todos los miembros y órganos del cuerpo humano corresponden a fuerzas que circulan por el cosmos. Los diferentes órganos del cuerpo físico han sido formados en relación a estas fuerzas. Hace varios años os revelé a qué regiones del cosmos estaban
vinculados los senos de la mujer, y algunos os sorprendísteis. Todo el mundo piensa que sólo sirven para alimentar al bebé. Está claro que sirvan para esto, pero también puede suceder que tengan otra función que desconocemos. Yo dije que el seno izquierdo está relacionado con las corrientes de la Luna, y el derecho con la
Vía Láctea, y que si la mujer fuera consciente de ello le podría ser muy beneficioso para su evolución espiritual. La mayor parte del tiempo ella ignora que está en comunicación con toda la naturaleza y también con los seres humanos. Pero aunque ella ignore esta comunicación etérica, magnética, ésta tiene lugar y sus dos senos
dan y reciben algo. Poco tiempo después de revelar esto, visité en España un museo en donde vi el cuadro de un pintor casi desconocido que representaba a una mujer desnuda con la luna sobre su seno izquierdo y la Vía Láctea surgiendo de su seno
derecho. Quedé estupefacto al verlo y me sentí feliz porque era la confirmación de una verdad iniciática. Ciertamente este pintor poseía conocimientos iniciáticos.
El cuerpo del hombre y de la mujer constituyen en sí mismo un resumen del universo. El discípulo tiene que saber cómo contemplarlo, respetarlo, maravillarse ante él y, por encima de todo, tomarlo como un punto de partida para unirse al mundo divino, allá en lo alto, para glorificar al Señor y avanzar por el camino de la
evolución. Entonces podrá descubrir todos los secretos de la naturaleza, pues al no tener que sufrir más violaciones y vejaciones por parte de él, Isis se le desvelará, y dirá: «Este ser está atento, me ama, me respeta, me admira, me mostrará a él». La verdad se revelará así, porque Isis es esto: la verdad. Esta se revelará a su espíritu en toda su desnudez, es decir ,tal cual es allá en lo alto, y no aquí abajo, escondida tras los velos, las ilusiones, «maya». Porque la verdad se revela sólo a aquél que sabe comportarse correctamente frente a los misterios del amor.
Contemplar a Isis sin velo es contemplar la verdad. Por esto los Iniciados hablan de conocer la «verdad desnuda», desprovista de sus velos. ¿En qué consisten estos velos? Son siete y corresponden a los siete planos: físico, etérico, astral, mental, causal, búdico y átmico. Cuando se levanta el séptimo velo se contempla a la
Madre Divina, la Madre Naturaleza, desnuda, es decir, en su materia más pura, más sutil, completamente fusionada con el espíritu.
Si durante vuestra vida queréis conocer a alguien, intentad conocerlo por él mismo y no sólo por sus vestidos, por sus velos. Para conseguido debéis elevaros hasta la región en donde se encuentra verdaderamente su espíritu, su Yo superior,
pues allí es donde lo conoceréis. En tanto os detengáis en uno de los velos de su aspecto exterior, os cansaréis inútilmente, mientras que si encontráis a aquél que está detrás de las apariencias, nunca os sentiréis cansados y descubriréis una fuente de alegría inagotable. Por lo demás, esto es lo que yo hago con vosotros. Si no
pensara así, hace tiempo que me habría cansado de vosotros. Habría dicho: «Nada me interesa de ellos. ¡Siempre las mismas caras!» Por suerte no pienso así, y desde hace mucho tiempo os he «desnudado» como hacen los hombres cuando encuentran a una mujer. De todos modos, no me comprendáis mal...
Nunca se ha sabido interpretar esta tendencia que tiene el hombre de querer desnudar a la mujer para contemplarla. La naturaleza le ha dado este instinto para incitado a que no se quede estancado en el aspecto externo, sino que vaya más lejos, más arriba, allí donde está realmente desnuda, es decir, en su mayor pureza,
esplendor y luz. Allá arriba no hay nada vergonzoso, pues no se contempla su cuerpo físico - sus cabellos, pecho, etc... -, sino su alma, la Divinidad. Los seres humanos no saben interpretar el lenguaje de la Naturaleza: sienten en ellos ciertos instintos, y se entretienen con sus manifestaciones más groseras; por ello capitulan, se vienen abajo y ése es su final.
Cuando os digo que os he desvestido quiero decir que no quiero conoceros sólo en el plano físico, sino que busco en otra parte, en el plano divino, y cuando os miro veo a hijos e hijas de Dios. En ese momento todo resulta fantástico, siento una gran alegría en mí, y entonces la vida fluye. ¿Por qué razón no aprenderíais
vosotros a actuar de la misma manera? Naturalmente que la forma es necesaria, pero no puede satisfaceros por mucho tiempo, es sólo un punto de partida. Es como un frasco que únicamente es indispensable para proteger el perfume, esta quintaesencia que es la vida. Tenéis que fijaros en el espíritu que propaga la vida, la
luz, que vibra, que crea mundos,.. Si lo hacéis nunca sufriréis decepciones, de lo contrario, tarde o temprano, os sentiréis defraudados.
De momento sólo tenéis una ligera idea de toda la ciencia que encierra la palabra «desnudez». Estar desnudo es haberse despojado de todas las concepciones erróneas y de cualquier deseo. Sólo la verdad está desnuda; por consiguiente, para alcanzar la verdadera desnudez hay que liberarse de todo lo que es opaco, grosero e impermeable al mundo divino. Cuando se ha alcanzado esta desnudez, uno puede elevarse muy alto a fin de recibir los mensajes del Cielo, su sabiduría y su amor.
Si las personas no consiguen gran cosa con sus meditaciones, es porque intentan elevarse sin haberse desembarazado antes de sus viejos vestidos sucios y agujereados, simbólicamente hablando. ¿Cómo pueden recibir algo sus antenas actuando de esta forma? Hay que enfrentarse al Cielo completamente desnudos, es
decir, despojados de deseos, conjeturas y prejuicios. Así pues, uno se quita sus vestidos y asciende. Cuanto más se desnuda, más asciende... A continuación, cuando desciende de nuevo, se viste otra vez para reemprender su trabajo en la materia. En la Tierra es necesario estar vestido, pero en el Cielo, no; el Cielo sólo
ama a los seres «desnudos».
Ahora podéis comprobar la magnífica imagen que nos han dado los Iniciados cuando hablan de la verdad completamente desnuda, de Isis sin velo.

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Estimada amiga Flor Miriam,


Estimada amiga Flor Miriam, 

en nombre del grupo que represento le quiero agradecer todo lo que Ud. hizo en este grupo, todo el amor que nos brindó en el tiempo que Ud. permaneció en el compartiendo sus hermosos artículos y diseños, como también, sus opiniones que muchas veces fueron como el rocío fresco de la mañana y a muchos nos hizo reflexionar muchas veces.

Ud sabe por que son los cambios que desea hacer, no quiere decir que entendamos bien si es que hay algún porqué en especial, pero solamente Ud., es dueña de su decisión, la que respetamos y admiramos.

Le deseamos lo mejor en este nuevo sendero, que Dios la Bendiga

por Rosacrucesacuarianos, Edgardo Ceol

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miércoles, 21 de agosto de 2013

LA FUENTE Y LA CIÉNAGA



LA FUENTE Y LA CIÉNAGA

Escuchad a la diminuta fuente cuando nos dice: «Sed como yo, vivos, burbujeantes, y no os convirtáis en ciénagas ». Hay que escucharla porque si nuestra fuente interna se agota, se producen fermentaciones, y cuando éstas existen, aparecen los mosquitos, las moscas y toda clase de bichos, y entonces no se puede
hacer nada porque, aunque intentéis espantarlos, se reproducen continuamente. La única solución consiste en desecar la ciénaga y dejar que la fuente mane, porque allí donde fluye una fuente no existe putrefacción, todo es vivo y puro.
Os he hablado a menudo de la fuente, y no sólo del pequeño manantial de las montañas, sino también de otra mucho más poderosa: el sol, la única fuente.
Desgraciadamente, cuando observamos a los seres humanos, y según se desprende de sus razonamientos y actitudes, nos damos cuenta de que nunca se han preocupado de la fuente, de este punto que vibra, que brota, que proyecta. No comprenden lo que puede aportades el estudiar la imagen de la fuente. Dirán:
«Pero, ¿qué puede aportarnos el pensar en esa imagen de la fuente?»
¡Desgraciados! Pueden ser grandes eruditos, pero no se han dado cuenta de lo esencial. Tampoco han entendido que toda la orientación de su existencia y de sus actos depende de la imagen que se hayan formado en su cabeza. ¿Han elegido
imágenes vivas y burbujeantes como la fuente, o muertas como la ciénaga? En mis observaciones diarias he descubierto que todo depende de la elección que el hombre haya hecho, simbólicamente, entre la fuente y la ciénaga; esta elección revela su comprensión de la vida.
A menudo oímos quejarse a las personas de que todo les va mal. ¿Y por qué todo les va mal? Porque no han entendido que deberían dar preponderancia en su intelecto y en su alma a lo que es más puro y más divino, es decir, a la fuente, para que ésta al fluir los purifique y haga crecer todas las simientes divinas. Sin embargo, en sus pensamientos y deseos los hombres no sienten esta necesidad
esencial de un centro, de una fuente, de un sol, de un espíritu o de un amor. Se han obsesionado con cosas insignificantes y no pueden ni quieren comprender.
Chapotean sin cesar en aguas estancadas y polucionadas, repletas de toda clase de bichos, y se burlan de la filosofía de los Iniciados, la cual hace hincapié continuamente en la importancia mágica de esta unión con la fuente. ¿Cómo pueden pensar que les va a ayudar todo aquello que se pudre, enmohece o disgrega?
Algunos se preguntan por qué contemplamos la salida del sol. Es un símbolo para hacemos comprender que en todos los ámbitos de la vida tenemos que unirnos al sol, es decir, a la fuente. Pero, ¡Intentad convencer a todos estos seres «inteligentes» de que vayan a contemplar la salida del sol! Tienden naturalmente
hacia todo lo que está muerto, estancado, polucionado, y cuando llegan las desgracias, no entienden por qué. Y eso les sucede porque no han tomado la fuente
como modelo, porque han retenido las impurezas dentro de ellos.
Cuando pregunto a alguien si ha visto una fuente y qué es lo que sucede en sus proximidades, me contesta que sí, naturalmente, que la ha observado, cuando en realidad no se ha fijado en absoluto. Por este motivo me gusta formular las siguientes preguntas: «¿Qué hay alrededor de una fuente? - Plantas, vegetación. -
¿y qué más? - Insectos, pájaros, animales. - ¿Alguna otra cosa? - También hay hombres que se han instalado junto a ella. - Muy bien, pero, ¿qué sucede cuando la fuente se seca? En primer lugar desaparece la hierba, luego los animales, y mucho
más tarde los hombres. Los últimos en desaparecer son los árboles. ¿Habéis comprendido el significado de todo este proceso? - Naturalmente, es muy sencillo - . Entonces, ¿por qué habéis dejado agotar vuestra fuente? - ¿Qué fuente?, no lo comprendo... »
Ya lo veis, siempre creemos comprenderlo todo, pero sólo se trata de una ilusión. Y todavía puedo continuar preguntando: - «Os hablo de la fuente que fluye en vuestro interior, ¿por qué la habéis dejado secar? - Pero, ¿de qué fuente se trata?
Yo no he dejado secar ninguna fuente. - Sí, habéis dejado secar vuestra fuente: ya no sentís amor. Alguien os ha humillado, herido, robado o engañado un poquitín, y
vosotros habéis exclamado: «¡Basta! No vale la pena ser bueno, generoso y caritativo, los hombres no lo merecen». Por consiguiente vuestra fuente ya no fluye, y pensáis haber ganado porque ya nadie puede engañaros o heriros, cuando en realidad lo habéis perdido todo. Si es necesario, dejaos engañar, pero, ¡que la
fuente no se seque jamás! Y aunque alguien os humille, engañe o robe, no es nada en comparación con la bendición de poseer una fuente que, al fluir, nos lo da todo, lo limpia todo, lo repara todo».
Los seres humanos necesitan de esta filosofía de la fuente, que es la más maravillosa y verídica de todas la filosofías. Cuando un individuo decide no amar nunca más porque ha sufrido una pequeña injusticia, se puede decir que ya está acabado, que está muerto. Y si está muerto, ¿qué ha ganado? ... ¡El razonamiento
de los seres humanos es fantástico! ¿Y ellos tienen que instruirme? ¿Qué puedo aprender? Prefiero instalarme junto a una fuente y permanecer horas enteras escuchándola, mirándola, tocándola, hablándole. Después pensaré en esa otra fuente que es el sol, y en todas las fuentes del universo, hasta llegar a la única y
verdadera fuente que es el mismo Dios, y finalmente intentaré unirme a ella para comprender lo esencial, porque junto a una fuente se puede llegar a comprender todo.
Meditad intensamente sobre esta metáfora a fin de estructurar vuestra vida en esta única fuente que es Dios y su más perfecto representante en la tierra, el sol.
Trabajad cada día sobre esta imagen e imitad esta fuente, el sol, para poder alimentar, dar calor, vivificar y resucitar a todas las criaturas. Y no me digáis que es imposible, irrealizable e incluso estúpido, porque si pensáis así es que no habéis
entendido nada. Lo importante no es que vuestro ideal sea realizable, sino que al hacer este trabajo interno se producirán grandes transformaciones en vosotros. El sol es inmensamente grande y poderoso y el hombre no puede seda tanto como él,
pero en su ámbito, a otro nivel, también puede convertirse en un sol. En lugar de tomar constantemente, de ser como un agujero, como un pozo sin fondo, una ciénaga, llevando la descomposición a todas partes, el hombre podría dar, purificar y vivificar. Realmente es un ideal realizable, pero hay que querer estudiarlo,
experimentarlo, verificarlo.
Desgraciadamente cuanto más avanzo, más constato que los seres humanos no han comprendido el aspecto mágico, el poder y la extraordinaria ciencia que encierra la fuente. Si lo hubieran comprendido, sabrían extraer de sí mismos algo puro y vivo. Pero los hombres siguen taciturnos, encerrados en sí mismos,
crispados, preocupados en resolver sus asuntos con los procedimientos y métodos de la ciénaga... , cuando ésta no puede arreglar nada. La ciénaga sólo sirve para prolongar la vida de los renacuajos y de todos los bichos que pululan en sus aguas.
En esta agua que no se renueva nunca, sus desgraciados habitantes se ven obligados a respirar y tragar todos sus desechos. Exactamente lo mismo ocurre con los seres humanos, ya que una gran ciudad e incluso el mundo entero no es otra
cosa que una ciénaga. Todos los individuos que pululan en su interior se ven obligados a absorber los excrementos de los demás. Los que saben librarse de ello, de vez en cuando aspiran un sorbo de pureza, pero los demás se dejan intoxicar, ahogar, envenenar. La atmósfera de una ciudad es la de una ciénaga, y si fueseis
clarividentes, veríais cómo las personas tragan porquerías, se devoran entre sí, y no saben cómo escapar a todo esto, ni tan siquiera durante unos minutos. ¡No entiendo cómo pueden burlarse de nuestra filosofía solar! ¿Qué queréis que os diga? Peor
para ellos si prefieren quedarse en la ciénaga. Algún día comprenderán.
Después de todo esto, ¿qué conclusión se puede sacar de todo lo que os he dicho? La de que todos los malentendidos, desgracias y sufrimientos se deben a que el hombre no está conectado, unido al Cielo ni a la fuente, y cuando lo está únicamente lo está durante dos o tres minutos, y luego todo se interrumpe y de nuevo se conecta... a la ciénaga. No quisiera molestaros, ya que estoy hablando en
general, pero es cierto que en lugar de estar conectados con la fuente que purifica, sana e ilumina, los seres humanos están unidos a la ciénaga - que puede ser un hombre, una mujer o un grupo de personas -, y beben de ella. La prefieren en lugar
de la fuente porque temen su opinión. ¿Qué dirán los renacuajos que viven en la ciénaga? Si alguno de estos renacuajos hablara mal de ellos, ¿que podría sucederles?
Quizás estéis algo molestos por mis palabras, pero no estoy aquí para alabaros sino que debo deciros la verdad. Sé muy bien que no es agradable oír semejantes cosas, pero si hoy os sentís apesadumbrados por mis palabras, debéis saber que si
no os advierto de estas cosas, sucederá que un día os sentiréis el doble, el triple, o cien veces más afligidos por la realidad. Porque con la ignorancia, las desgracias aparecen por todas partes, mientras que si estáis advertidos e iluminados, al menos podréis escapar por «la escalera de servicio» y vuestros enemigos se marcharán con
las manos vacías.
Así pues, reflexionad sobre estas dos imágenes: la de la fuente y la de la ciénaga. Cuando finalmente sintáis el deseo de amar, de sacrificaros, de ayudar a los demás y de dar en lugar de tomar, ello significará que la fuente ya fluye. Y una vez que ha empezado a fluir, las flores y los árboles crecen, los pájaros cantan, es
decir, que espíritus fantásticos se han instalado en vuestro interior, en vuestro cerebro, en vuestro corazón, en vuestra voluntad, y se alimentan de dicha fuente.
En este preciso momento os enriquecéis y vuestra apariencia es la de una región floreciente, con su pueblo y su civilización. Sí, y todo ello porque la fuente fluye.
Esta imagen simbólica es la que hay que comprender.
A nadie le gusta permanecer junto a una fuente seca. Cuando se agota esta fuente en el hombre, entonces no hay creación, ni poesía, ni música, ni alegría, ni
nada de nada; es el vacío, el desierto, porque no hay agua ni amor. En el mundo, por todas partes sólo vemos desiertos ambulantes...
Así se explica el miserable estado en que se encuentran lo seres humanos, su angustia, su vacío interior. Quizás sean muy inteligentes, pero han dejado secar su fuente porque jamás han pensado en dar, irradiar o amar. Cuando veo a seres cuya
fuente se ha secado o que nunca hafluído, sé que su destino será miserable, porque nada se aposentará en ellos, ningún ángel, ningún espíritu, ni la belleza, ni esplendor alguno, ¡Nada!
Bienaventurados aquéllos que han comprendido y se han decidido a cambiar, porque a ellos todo les será explicado, ya que son suficientes las dos imágenes, la de la ciénaga y la de la fuente, para explicarlo todo. Si os quedáis estancados, sin ímpetu, sin inspiración ni alegría, sabed que habéis dejado secar la fuente que debía
circular en vosotros. Sucede que no os dais cuenta y continuamente estáis criticando a los demás... Dejad a los otros en paz, abrid vuestra fuente, limpiadla, y entonces el agua brotará, porque cada criatura ha nacido para ser una fuente.
Cuando el Señor envió al hombre sobre la tierra, lo preparó para ello, pero éste ha dejado acumular tanta basura en su interior que su fuente está obstruída; por eso reina el desierto, el vacío. y no hay nada peor que el vacío, estar en el desierto o ser un desierto.
¿Empezáis por fin a comprender la imagen de la fuente? Esta no es otra que la de la vida y el amor, y el amor es todopoderoso, porque toda inspiración, toda alegría nace de él. No hay mayor verdad. Sé muy bien que muchas personas, a pesar de todas las verdades que escuchan desde hace años, se encuentran en un estado lamentable; y esto les sucede porque no tienen ningún método de trabajo. A
pesar de lo que se les diga, cualesquiera que sean las verdades que pudieran ayudarles, no experimentan nada, no recuerdan nada. Si por lo menos se plantearan cada día una verdad para estar finalmente en contacto con ella... Pero no, una hora
después todo está olvidado.
Por esta razón, tales criaturas están predestinadas a vivir indefinidamente en ciénagas o desiertos. Y son los únicos culpables de cuanto les sucede, porque aunque se les diga cómo deben actuar para desarrollarse, no comprenden ni recuerdan nada.
Reconozco que os he hablado a menudo de la fuente, pero se debe a que necesitáis que os repitan muchas veces las mismas cosas. El sol salió ayer, pero era para ayer, y hoy tiene que salir otra vez. El agua que fluye, aparentemente siempre es la misma y, sin embargo, se renueva constantemente. Por eso os repito desde
hace años que cada día tenéis que lograr que vuestra fuente fluya. Abridla, limpiadla, y os convertiréis en una tierra tan fértil que incluso acudirán reyes a saborear los frutos de vuestro jardín. Pero tengo que repetir una y otra vez estos mismos consejos. Después de tantos años, ¿por qué todavía no habéis plantado ni
cosechado nada, si vosotros mismos sois un terreno increiblemente rico? Vuestro cerebro, ¿qué es vuestro cerebro? Es el terreno más apropiado. Pues bien, precisamente esta tierra es la que tenéis que cultivar, sembrar y regar.
Tenéis que conectar directamente con la Fuente celestial mediante el pensamiento y la oración. Puesto que somos una imagen del Señor - el microcosmos parecido al macrocosmos -, también poseemos una fuente en nosotros mismos que está esperando que se den las condiciones adecuadas para empezar afluir. Así pues, al unimos a la Fuente celestial ponemos en marcha nuestro propia
fuente, con lo cual todas nuestras células son regadas, se vivifican, y fluye la vida divina. Gracias a esta fuente que es el amor, que es la vida, que es el agua viva, nos convertimos en un instrumento perfecto en manos del Señor.

Centre OMRAAM
Institut Solve et Coagula
Reus
Primer Centro
De difusión de la obra
Del Maestro OMRAAM
En lengua Española

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acompañamos además este vídeo de Kítaro

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Saludamos afectuosamente, Edgardo Ceol

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