La historia nos informa que el gran maestro Pitágoras para enseñar a sus estudiantes la Ley de la Indiferencia , hacía que asistiesen a la más acalorada discusión política del día y escuchasen desapasionadamente los dos lados del debate y aunque estuviesen en medio de una gran muchedumbre emocionada, nunca tomasen partido, ni mostrasen emoción interna ni externa, a despecho de cuan coercitivo se hicieran el orador o la multitud.
Ellos tenían que contemplar toda posible escena que evocaría en la mente intensos sentimientos de odio o de compasión por una causa y sin embargo permanecer inconmovibles, pero siempre mentalmente vigilando e informándose de todos los puntos de vista sobre el tema tratado.
Así él estaba educando a sus discípulos para que fueran científicos de la mente, a aprender primero que nada a apreciar un problema, teniendo siempre un control completo de todas las facultades mentales.
Realmente era extraordinario el método que empleaba este gran hombre de la antigüedad, para educar a sus discípulos y lo bien que haríamos nosotros en practicar ese método en nuestra vida diaria.
En efecto, en nuestro mundo aparecen todos los días situaciones que inducen a la polémica y que dan lugar también a discusiones acaloradas de parte de personas que están de uno u otro lado del tema que motiva el debate, pero nunca se llega a un acuerdo o conclusión final, aceptando las partes que una de ellas tenía razón.
En este sentido, es bueno recordar los que nos decía el Apóstol Pablo: “Ninguna de estas cosas me conmueve” o “De ninguna de estas cosas hago caso”. También el Apóstol aplicaba la Ley de la Indiferencia , pero que no se entienda que debemos ser indiferentes a todo, sino mantener siempre un estado de ecuanimidad, de equilibrio ante los problemas y situaciones difíciles que la vida nos plantea, ya que esa calma o quietud nos ayudará en gran manera a superarlos.
Recordemos finalmente, ya que estamos mencionando en este artículo a dos grandes genios que se destacan en la historia de la humanidad, que según nos informan los investigadores ocultos que pueden leer todos los acontecimientos registrados en la Memoria de la Naturaleza , una de ellas ubicada en el Mundo del Pensamiento, que Pitágoras renació más tarde como el Apóstol Pablo.-
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE CRISTIANOS
MMÍSTICOS MAX HEINDEL
Colombres 2113 – Bº Lomas de San Martín
5.008 – Córdoba – República Argentina
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Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte.
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