Ángel Luis Fernandez
Al prohibir las conductas perjudiciales basadas en lo que la gente rechaza, los códigos penales no tienen por qué ser amenazantes para el orden para ser efectivos, si van en armonía con su naturaleza, todo el mundo obedecerá, pero si actúan contra la naturaleza del pueblo, las leyes y las disposiciones pueden ser promulgadas pero no serán observadas. De ese modo, se puede ganar porque no se busca, y se puede llegar más fácilmente, casi sin enterarse, porque no se dirigen a ninguna parte. Sois ricos cuando no os ensalzáis a vosotros mismos, estáis iluminados cuando no os miráis a vosotros mismos, y podéis durar mucho tiempo cuando no estáis orgullosos de vosotros mismos. Romper con lastres y con todo lo que signifique posesión es lo que puede sublimaros y permitir que el mundo entero sea vuestro; porque si no lucháis, nadie podrá luchar con vosotros, y si no actuáis como si fueseis grandes, en grandes os convertiréis, porque podéis ser fuertes y
firmes, sin ser violentos ni agresivos hacia los demás. Cuando logréis desapegaros de las cosas materiales y de las palabras, comenzaréis a vivir el ahora intensamente, sin planificación alguna del futuro y sin vinculación con el pasado. Hacedlo con la máxima atención comprensiva y empática, sin ser dominantes sobre nadie.
La sutileza superior no tiene forma ni objeto, puede estar universalmente sumergida en la energía del amor y al ser tan inmensa no queda nada fuera de ella, por ello es como un manto para todos los seres; porque es tan sutil que no existe nada dentro de ella. Vuestra primera ley es la de preservar la vida, y vuestra primera virtud la de salvaguardar el cuerpo, apartándoos de las preferencias y de las aversiones, tranquilizando y armonizando vuestra mente y dejándoos fluir para que el cielo y la tierra se muestren en vosotros.
Angel Luis Fernández
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