LOS CUERPOS DEL SER HUMANO
(Madrid 1988)
Si preguntamos a cualquier persona que quien es el ser humano, casi seguro que responda que es lo que vemos físicamente, más los sentimientos, deseos, emociones, y la mente. Hoy hay cada día más personas que se preguntan que de dónde venimos, a dónde vamos y qué hacemos aquí. La sabiduría hermética o esotérica, responde a todas estas preguntas de una forma científica y espiritual para complacer a los que, por medio del razonamiento, buscan respuestas que interiormente convenzan.
Lo explicaré más detenidamente, el que un ciego no pueda ver la luz y los colores, o el hecho de que nosotros no veamos las ondas de radio y televisión que hay en el aire no significa que no existan. En un bloque de hielo hay diferentes grados de densidad de materia: el sólido, líquido y gaseoso, pero si descomponemos esas partículas, podremos comprobar que hay materia mucho más sutil, por consiguiente, obtenemos que en un mismo espacio, existen varios cuerpos de materia que se compenetran mutuamente.
El ser humano posee un cuerpo físico, el cual está demostrado que es materia como cualquier otra cosa física, pero además, posee un segundo cuerpo que en esoterismo se llama cuerpo etérico o vital y que su función es mantener vivo y saludable el cuerpo físico. Con esto tenemos que el hombre es un ser que tiene un cuerpo físico que vive. Pero todos sabemos que el hombre además de vivir piensa y tiene sentimientos. Basándonos en la enseñanza esotérica podemos decir que el ser humano no es eso solamente, sino que, además del cuerpo físico y vital, tiene otro llamado “de deseos” o astral. Por medio de este cuerpo tenemos el incentivo para la acción y en él radican los sentimientos, deseos y emociones. Con este cuerpo ya tenemos: un cuerpo que vive y que tiene sentimientos y deseos. Pero todos sabemos que el hombre no se deja llevar siempre por sus deseos, sino que cuando razona, los domina por medio de su voluntad. Esto indica que tenemos otro cuerpo llamado “mente”, gracias al cual razonamos, discernimos y encontramos soluciones a nuestros problemas. Si lo analizamos tranquilamente, nos daremos cuenta que la mente, normalmente, está suelta y libre, pensando en mil cosas a la vez, y por eso precisamente la utilizamos muy pocas veces de una manera consciente y voluntaria. Cuando vamos en el autobús y queremos concentrarnos en la lectura de un libro, nos cuesta mucho concentrar la mente, pero cuando tenemos un examen y necesitamos sacar provecho, hacemos un esfuerzo de voluntad y la concentramos perfectamente. Entonces, ¿Quién es quien domina la mente? Es el Yo superior o Alma que a través de sus diferentes cuerpos vive, experimenta y evoluciona aquí en el mundo físico.
De esta enseñanza podemos dejar claro que el hombre, el verdadero ser humano, está por encima de sus deseos y sentimientos y que los puede dominar. Pero además, la voluntad, que es el poder del Espíritu, también está por encima de la mente y la puede concentrar y dominar para pensar en lo que quiera y dominar su Cuerpo de deseos. Por consiguiente, el hombre tiene más poder sobre él mismo de lo que se imagina.
Meditad durante una relajación sobre esto para que veáis como la mente se puede imponer sobre un determinado deseos que os queréis quitar, y cuando lo hayáis conseguido, comprobareis que la voluntad es quien domina la mente. Por tanto, utilizando la voluntad sobre la mente seréis dueños de vosotros mismos en pensamiento, palabra y obra. Sí, digo bien, porque todo lo que hablamos y hacemos, lo hemos pensado antes, si nos detuviéramos un poco veríamos que la mente está suelta y necesita ser controlada, y si conseguimos esto, entonces pensaremos solamente lo que queramos y, si pensamos lo que queremos, haremos justamente eso y no otra cosa. Si además, cuando nos venga un deseo determinado que no nos gusta o que queremos quitarnos (como por ejemplo el tabaco), utilizamos la mente para razonar, veremos que podemos vencer el deseo siempre que tengamos la voluntad fortalecida, y así por medio de la voluntad y el razonamiento nos quitaremos el deseo. Eso mismo ocurre con los malos sentimientos, cuando escuchamos la voz de la conciencia, (que es la voz del Espíritu reencarnante) y queremos superar un defecto o un vicio, no tenemos que hacer nada más que pensar voluntariamente en su parte opuesta y mantener la mente fijamente en ese nuevo y bueno sentimiento o deseo. Si razonamos el problema desde un punto de vista positivo y con esos elevados sentimientos, nos olvidaremos de ello y no volveremos a caer más.
Francisco Nieto Vidal
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Muy buenos temas y muy bien expuestos.
ResponderEliminarSencillez y profundidad,
Gracias,
Jesús Mujica
Hola buenas tardes Jesús,
ResponderEliminarVerdaderamente, el Sr. Francisco Nieto tiene una redacción y capacidad conceptual e intelectual muy buena.
Saludos fraternos, Edgardo