La colaboración del paciente es indispensable
en el tratamiento de su enfermedad
Querido(a)
amigo(a):
La mayoría
de la gente no hace diferencia entre el alivio que reciben en su enfermedad por
un tratamiento y la curación completa: Sin embargo se puede confirmar que
existe una gran diferencia entre tratar a un enfermo o curarlo, y esta
diferencia consiste básicamente en la cooperación.
Un médico
puede empezar a cuidar de un enfermo a base de remedios, masajes u otras
manipulaciones. En este caso el enfermo es tan pasivo como la arcilla éntrelas
manos de un alfarero. No hay duda que estos tratamientos pueden hacer
desaparecer el dolor y que el enfermo recobre entonces su salud, pero esto no
es sino un alivio temporal. Si el paciente no ha entendido la causa inicial de
su enfermedad, es muy posible que va a caer en los mismos errores y que su
enfermedad regresará.
Tratar a un
enfermo es un proceso puramente físico; en cambio curar es una cosa
completamente diferente, porque para esto se pide siempre que el paciente
colabore, tanto espiritual como físicamente, con su médico o curandero.
¿Qué mejor
ejemplo de verdadera curación que el que nos dio Cristo? Cuando los enfermos se
Le acercaban, no esperaban un tratamiento físico, porque sabían que la curación
llegaba a través del poder del Espíritu. Ellos tenían en Él una fe sin límites,
cosa absolutamente necesaria, lo que demostraba el hecho que en Nazaret “El no
hizo muchos milagros, a causa de la falta de fe”
Pero la fe
sin obras es una cosa muerta, y en todos los casos en que Cristo hacía una
curación, el enfermo recibía una tarea que cumplir: debía colaborar activamente
con el gran Curandero, antes de obtener la acogida favorable de su pedido. Por
ejemplo, Cristo decía: “Extiende tu mano” – y después de haber hecho este
gesto, el hombre veía su mano curada. A otro: “Toma tu cama y anda” –
obedeciendo esta orden, el enfermo se sentía curado. Al ciego: “Anda a bañarte
en el estanque de Siloe”; al leproso: “Preséntate al sacerdote y ofrécele el
don indicado por Moisés”.
En unión
espiritual
THE
ROSICRUCIAN FELLOWSHIP
* * *
Agradecemos al Centro Fraternal Rosacruz de Santiago de Chile, por el archivo
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