LOS ESENIOS
Según
los Manuales de Disciplina de los Esenios, de los Manuscritos de los Rollos del
Mar Muerto, ellos tenían su origen en Egipto y durante la dominación del
Imperio Seleucida en 170 A.C., formaron un pequeño grupo de judíos que
abandonaron las ciudades y se encaminaron al desierto, pasando a vivir en las
márgenes del Mar Muerto. Sus colonias se extendían hasta el Valle del Río Nilo.
En medio de la corrupción que imperaba, ellos conservaron la tradición de los
profetas y el secreto de la Pura Doctrina. Soportaban, con admirable
estoicismo, los mayores sacrificios para no violar el menor precepto religioso.
Viviendo
en comunidades distantes, siempre procuraban encontrar, en la soledad del
desierto, el lugar ideal para desarrollar la espiritualidad y establecer la vida comunitaria donde el
reparto de los bienes era la regla. Un poco antes de un ataque romano con la
intención de destruir el Monasterio de Qumran junto al Mar Muerto, los Esenios
escondieron sus manuscritos en potes de cerámica y los enterraron en las
cavernas de las montañas. En Abril de 1947 fue encontrado el primer documento.
Estaban
escondidos en once cavernas centenas de pergaminos que datan del tercer siglo
antes de Cristo, hasta el año 68 después de Cristo. En un total de casi mil de
ellos encontrados, fueron conocidos como los “Manuscritos del Mar Muerto”
habiendo sido escritos en tres idiomas: Hebreo, Arameo y Griego. Ellos incluían manuales de disciplinas,
himnos, comentarios bíblicos, escritos apocalípticos, copias del libro de
Isaías y casi todos los libros del Antiguo Testamento, excepto el de Ester.
Muchos de estos manuscritos están guardados en el Museo del Libro en Israel y
en Universidades de Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Fueron preservados
por casi dos mil años y son considerados “el hallazgo del siglo”.
La más clara
revelación de los pergaminos hasta ahora publicada es el de que poseían, muchos
años antes de Cristo, prácticas y terminologías consideradas exclusivas de los
cristianos. Acreditaban la redención y la inmortalidad del alma. Tenían la
práctica del bautismo y compartían una comida litúrgica de pan y vino presidido
por un sacerdote que era un líder principal, llamado Instructor de Rectitud (o
de Justicia) un profeta mesiánico bendecido con la revelación Divina. Procuraban
servir a Dios auxiliando al prójimo sin inmolaciones ante el altar y sin
cultivar imágenes. Eran una secta abierta a los necesitados y desamparados,
manteniendo múltiples actividades donde la buena acogida, el tratamiento de los
dolientes y la instrucción de los jóvenes eran sus objetivos principales.
Rompiendo
con el concepto de propiedad individual, ellos acreditaban la posibilidad de
implantar en la Tierra la verdadera igualdad y fraternidad entre los hombres.
En su sociedad no había esclavos porque consideraban a la esclavitud un ultraje
a la misión que Dios les dio a los hombres. Todos los miembros de la comunidad
trabajaban para si en las tareas comunes, sustentándose de todo lo que
producían, siempre desempeñando actividades profesionales que no envolviesen
destrucción ni violencia.
Eran
poseedores de una moral ejemplar expresadas en costumbres correctas y
pacíficas. Se dedicaban al estudio del espiritualismo, de la contemplación y la
caridad o sea todo lo contrario del materialismo vigente en esa época. En sus
enseñanzas, siguiendo el método de las Escuelas Iniciáticas, sometían a los
discípulos a rituales de iniciación y conforme adquirían más conocimientos,
pasaban hacia grados más avanzados. Mostraban, entonces, tanto en la teoría
como en la práctica, las leyes Superiores del Universo y de la Vida olvidadas
en esa época. Es sabido también que leían textos y estudiaban otras doctrinas.
Se
despertaban antes de nacer el Sol. Luego permanecían en silencio y oraban hasta
el momento en que un maestro dividía las tareas entre ellos, de acuerdo con la
aptitud de cada uno. Trabajaban durante cinco horas en actividades tales como
el cultivo de vegetales o en el estudio de las escrituras. Poseían pomares y
huertas irrigadas por agua de lluvia que recogían y almacenaban en enormes
cisternas. Las comidas eran frugales a base de legumbres, aceitunas, higos,
dátiles y principalmente un tipo muy rústico de pan elaborado con muy poco
fermento. Cultivaban hábitos saludables como el vegetarianismo, así como la
relación pacífica de los hombres con los animales. Eran muy cuidadosos en la
alimentación, por el aspecto físico y la higiene personal. Se bañaban dos veces
al día, siempre antes de las comidas, sosteniendo que purificaban el cuerpo y
el alma. El ritual consistía en relatar todas las faltas y luego se sumergían
en agua. Esa práctica influenció al bautismo y a la confesión de los
cristianos.
El
silencio era muy apreciado por ellos. Sabían guardarlo evitando discusiones en
público o asuntos sobre religión. Para un Esenio, la voz poseía un gran poder y
con diferentes entonaciones, eran capaces hasta de curar a un enfermo. Eran excelentes
médicos también y así mismo eran famosos por el conocimiento que tenían de las
hierbas naturales, entregándose abiertamente al ejercicio de la medicina
ocultista. Fueron los fundadores de los abrigos denominados “beth-saida”, que
tenían como tarea el hecho de cuidar a los dolientes y desamparados en las
épocas de grandes epidemias y de hambre. Los beth saida se anticiparon en
muchos siglos a los hospitales actuales, institución que tenía su nombre
derivado de los hospitalares, denominación de una rama esenia dedicada a la
prestación y socorro de personas dolientes.
Por sus
vestiduras blancas, por su capacidad de predecir el futuro y por la lectura del
destino por medio del lenguaje de los astros, se convirtieron en figuras
magnéticas, conocidos en su época como “aquellos que son del camino”. Algunos
estudiosos afirman que fue entre los Esenios que Jesús pasó el período entre
sus 13 y 30 años, pero no ha sido encontrado algún escrito que lo compruebe. La postura mesiánica de Jesús era muy
semejante a lo de los Esenios. En Espiritualidad, todos los miembros de la
Fraternidad Esenia, con su sabiduría milenaria y energía pura, mucho nos
ayudaron a cada uno de nosotros en nuestro planeta Tierra, para que en un
futuro se transforme en un planeta de Regeneración.-
Este
artículo ha sido traducido del Boletín ECOS de la Fraternidad Rosacruz Max
Heindel del Centro de Río de Janeiro, Brasil.
* * *
Aportado por el Sr. Raúl Sasia, que mucho agradecemos.
*
Afectuosamente, Edgardo Ceol
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario