lunes, 21 de septiembre de 2015

El aura protectora



EL AURA PROTECTORA

            Los instructores de la Orden Rosacruz enseñan a sus discípulos a protegerse contra las influencias malévolas de los demás mediante la formación y el mantenimiento de un AURA PROTECTORA.
           
            Esta aura es una verdadera armadura impenetrable que protege al cuerpo, el alma y el espíritu contra cualquier influencia malévola, ya sea consciente o inconscientemente.

Esta aura también proporciona un sencillo pero poderoso medio de protección contra toda clase de ataques o influencias psíquicas malignas tales como el vampirismo, el magnetismo mental, la magia negra, la sustracción de las fuerzas magnéticas, etc., sin importar de donde ni como vengan.

La formación de esta AURA PROTECTORA se efectúa de la siguiente manera: consiste en formar  una imagen mental de uno mismo mediante un esfuerzo de la voluntad y verse rodeado de una aura pura y clara de brillante luz blanca, la que representa el símbolo del espíritu el que tiene una absoluta potestad sobre todas las cosas.

Con un poco de práctica se llega a sentir realmente la presencia y el poder de esta AURA PROTECTORA,

Un Maestro ha dicho que: “La más alta y más profunda de las enseñanzas ocultistas es la de que la Luz Blanca nunca debe ser utilizada para atacar u obtener una ganancia personal”.

Sin embargo, puede utilizarla cualquier persona que desee protegerse a si misma contra las influencias adversas, sin importar por quienes fueron ejercidas.

Esta es la armadura del espíritu y puede muy bien ser empleada cuando y donde quiera que sea necesario.

EL FUEGO DE CRISTO  tiene una elevadísima potencia y se ha recibido gran ayuda en casos donde se han sentido presencias indeseables, pidiendo al CRISTO VIVO que nos rodee con SU FUEGO DIVINO.

Fraternalmente.

                                                                       LA FRATERNIDAD ROSACRUZ
                                                                            SECCION DE ESPAÑOL    


Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte.

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