GENERACIÓN, DEGENERACIÓN Y REGENERACIÓN
En el plan de la evolución existe la generación periódica de cada vehículo de la personalidad, seguida de su degeneración y desintegración, siendo sus valores anímicos incorporados en el Espíritu en forma de poder que se puede emplear. Con ello se alcanza vida tras vida la REGENERACIÓN. LA MUERTE será el último enemigo que será vencido en la conciencia humana. El hombre debe alcanzar un tipo de cuerpo perfecto en el actual Período Terrestre.
La naturaleza de deseos degenerada en su constante persecución del placer personal que nunca da felicidad, está también en proceso de regeneración. Estamos aprendiendo que las cosas externas, muertas, no nos pueden traer felicidad. Estamos aprendiendo que la satisfacción del deseo no conduce sino a la apatía mortal. Que el divino descontento interior no nos dejará nunca ser felices hasta que busquemos los principios eternos y a su vez el cielo que está dentro de nosotros y que es la perfecta unidad con el Yo Superior: fin de todas las desdichas.
Nos lamentamos de tener que ver el proceso de le degeneración que tiene lugar en todos los cuerpos humanos después de la juventud. La muerte visita todas las formas, pero, ¿es necesario que ocurra esta degeneración? ¿No podríamos ser liberados del cuerpo mortal cuando el arquetipo cesa de vibrar, sin tener que pasar por la ancianidad o cristalización del cuerpo? No, la cristalización de las formas no se puede evitar; pero la muerte, a su debido tiempo será vencida, no obstante, cuando mediante la Iniciación nos convirtamos en Adeptos. En ese tiempo podremos construir un nuevo cuerpo tan a menudo como se gaste el viejo, salir del antiguo vehículo y pasarnos al nuevo.
La duración de la vida y la efectividad del cuerpo físico, sin embargo, se irán aumentando grandemente conforme nos acerquemos al grado de Adepto. De modo que hacia el final durará cientos de años.
Pero debemos tener bien en cuenta que para ir alargando nuestras vidas, es necesario hacer los esfuerzos pertinentes: un completo ritmo y armonía en nuestras vidas. Hay que evitar a toda costa la perturbación de la vida de nuestras células y de todos nuestros órganos funcionales.
De este modo trabajaremos mejor y con más provecho. Nos cansaremos menos y viviremos más. Actualmente estamos produciendo siempre desequilibrio en las funciones celulares por nuestras discordantes emociones, nuestros pensamientos destructivos y la carencia de paz interior.
Una vida perfectamente activa, con paz en el alma y total conformidad con las leyes naturales del bienestar físico, establecerán una extensión de la vida, de tal modo que, a los sesenta años, cuando estemos maduros de experiencias y sanos juicios, podamos comenzar sabiamente a ejecutar un mejor trabajo en lo que nos resta de vida en este mundo.
Tenemos el poder latente de la prolongación de la juventud y alcanzar la más perfecta salud y esto es lo que el Amor Divino desea que expresemos. Creamos y admitamos que estos tesoros son posibles, limpiando el cuerpo y la mente de acciones y pensamientos erróneos. Encontraremos al mismo tiempo a su hora, la preciosa joya de la REGENERACIÓN.
LA FRATERNIDAD ROSACRUZ
Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte
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