-NAVIDAD-
El sentido verdadero de la fiesta de Navidad
es algo distinto que hacia afuera aparece. Generalmente el mundo occidental
celebra dicha fiesta el Nacimiento de Jesús por la Virgen María. Los
evangelistas nos dan parcas noticias sobre un acontecimiento tan importante.
San Mateo nos narra solamente acontecimientos y hechos que precedieron al
Nacimiento y San Marcos y San Juan no citan en sus Evangelios el Nacimiento de
Jesús. Solamente San Lucas, médico e historiador griego nos hace una descripción
detallada y emocionante. Claro es que San Lucas tenía la intuición de las cosas
divinas y por eso lo consideramos como un gnóstico en el verdadero sentido de
la palabra. Al describirnos el Nacimiento de Jesús nos enseña también que
Cristo nace en el corazón de todo hombre.
Significación
de Cristo para nosotros
Para
llegar a conocer esta significación es necesario que conozcamos primeramente la
significación linguística de los nombres de MARIA, JESÚS y CRISTO. Sólo así
podremos comprender el hondo sentido divino y humano de la Noche de Navidad.
María procede de MARAYA o sea MA –grande- y RAYA –radiante-. Traducido
literalmente significa “GRANDE RADIANTE”. Su verdadero sentido es sin embargo
“SABIDURÍA DIVINA”. El nombre “JESÚS” se compone también de dos sílabas que son
en realidad dos palabras con su propio sentido: JE –YO- y US –soy-.
Estas
dos palabras con su propio sentido: JE –YO y US –soy-.
Estas
dos palabras las encontramos constantemente en el lenguaje corriente en muchos
idiomas de Europa como por ejemplo en francés JE SUIS, en español YO SOY, en
alemán ICH SAUSE e incluso en parte, como nombre sagrado así en copto I-sis, en
hebreo E-sau, etc.
El
nombre de CRISTO procede de la palabra indoeuropea KRYST, que significa CLARO,
PURO, TRANSPARENTE (KRYSTALL,etc.etc.). CRISTO no es el nombre de una persona,
sino una palabra para designar el estado divino supremo.
Cristo:
fuerza revelada de Dios
Es
una fuerza espiritual revelada de naturaleza puramente divina, que se
manifiesta en el hombre, pues Dios se revela en lo íntimo de cada ser. Esta
revelación la hallamos en todo el universo como una revelación puramente
divina, aunque no todo hombre tenga conciencia clara de ello. La divinidad se
halla en todo como una chispa latente. El único ser en el que se manifiesta la
divinidad como fuerza consciente es el HOMBRE. Este nacimiento divino en el
corazón humano es el Nacimiento consciente de CRISTO en nosotros. Lo que se
halla fuera del HOMBRE, llamemoslo DIVINIDAD, se manifiesta sin embargo en él y
entonces lo llamamos CRISTO. DIVINIDAD y CRISTO son substancialmente la misma
cosa, solamente el estado en el primer caso es latente y en el segundo caso
consciente. De la misma manera debe entenderse la expresión de JESUS como el
CRISTO plenamente acabado. YO y mi PADRE somos UNO. JESÚS fue el MAHATMA más
poderoso, al que la DIVINIDAD dió realización plena y máxima expresión. Y por
esto fue CRISTO. Ahora es ya más fácil para el lector atento de la historia del
Nacimiento de Jesús la descripción maravillosa que nos hace San Lucas.
Sabiduría
Divina
MARAYA
es el principio maternal divino en el corazón del hombre. La Sabiduría Divina
no despierta aún concibe del Espíritu divino. Un proceso que se realiza en el
alma buscadora del hombre. Al despertar se encuentra en un establo, en una
estancia de animal, en el cuerpo humano. Esta Sabiduría Divina es siempre de
naturaleza virginal, pura, sin mancilla. Por devoción a la Divinidad se
desenvuelve el principio materno divino en si mismo, y por el amor del espíritu
divino engendra esta madre divina o sea la sabiduría revelada en el hombre, el
hijo divino el transpiritualizado, el puro, que es consustancial con el padre.
Así nace en el hombre la persona del padre como Cristo por la madre divina,
Marja o sea Maria es decir la sabiduría o el conocimiento supremo. Nacido
Cristo niño, la madre lo cuida, lo envuelve en pañales, en la materia del alma
agradecida (que también alguna veces se hace visible como cuerpo luminoso y lo
coloca en una cuna, es decir en el ápice del alma humana.
Traslación a
la ciencia del espíritu
Los
pastores en el campo durante la noche son las fuerzas de la voluntad que actuan
en el hombre o sea la concentración, la meditación y la contemplación que
cuidan los rebaños de sus pensamientos en la oscuridad de su YO aun no
iluminado. Pero de pronto, por el nacimiento de la divinidad en el hombre
aparece la Luz de la consciencia pués el ángel del señor domina a todas las
fuerzas “Pastores” y las hace utilizables, diciéndoles que no tengan miedo,
pues para ellos o sea para dichas fuerzas ha nacido hoy el salvador, el
redentor, el transparente, claro y luminoso, el señor de la ciudad de David. La
ciudad de David significa el dominio del espiritual (Atman – Buddhi – Mana)
sobre lo material. (Instinto – Astral – Prana). El triángulo blanco en la
estrella de seis puntas fue dirigido con su punta superior hacia arriba, hacia
la salvación; y el triángulo negro o sea nuestros malos instintos tiene su
punta dirigida hacia abajo. La muerte ha sido devorada por la victoria. Observase
la unión del triángulo blanco con el negro en la estrella de seis puntas. Un
hombre en el que los procesos interiores correspondan a este símbolo es “Señor
en la ciudad de David”, es decir el Sigillum de David el Alquimista. Es señor
del cuerpo de los instintos, de las fuerzas. Esto es dicho en grandes rasgos el
hondo sentido de la fiesta de navidad.
Que
el lector la celebre teniendo en su alma y en su corazón la luz de Cristo que
siempre alumbra a los hombres de buena voluntad.
P.
KH.
R
+.
Krumm-Heller, Parsifal - Navidad.zip
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