domingo, 12 de mayo de 2013

Cómo deben los humanos prepararse para el pasaje llamado muerte, según las enseñanzas Rosacruces y un ciclo completo de existencia








I

Cómo deben los humanos prepararse para el pasaje 
llamado muerte, según las enseñanzas Rosacruces 
y un ciclo completo de existencia


Cuando se proyecta realizar un viaje lejano, es común a todo viajero prepararse para las nuevas condiciones; comienza aquel por estudiar el idioma que le será necesario hablar; cuida de la ropa que de acuerdo con el nuevo clima va a usar y reúne el dinero necesario para pagar los gastos inherentes; además procura obtener la mayor información posible sobre el país que va a visitar, su topografía, comunicaciones, costumbre y todo lo que le será útil para vivir y desenvolverse bien en el nuevo ambiente.
Es muy extraño por lo tanto, que el hombre - tan cuidadoso en todas sus  actividades e investigaciones, que sorprenden y maravillan, como las extraordinarias pesquisas científicas actuales y sus múltiples conquistas del saber profesional, administrativo e industrial y comercial, donde se nota siempre su profunda
preocupación por el estudio y la preparación - padezca, sin embargo, un notable olvido  o abandono cuando se trata de lo que nadie puede evitar: la muerte. Cuando ésta llega,  el que fue capaz de vencer todas las condiciones terrenas, se inquieta, se intranquiliza y  termina por perder su serenidad, entregándose a la desesperación, que trasmite a sus  familiares.
Cómo un alma cultivada puede llegar a este extremo, no es comprensible para  aquellos pocos que, sintiendo a Dios en su corazón y procurando estudiar las leyes que  guían al Espíritu en su progreso, se familiarizan con el aspecto espiritual de la
existencia: no temen a la muerte porque están preparados para las nuevas condiciones,  como el viajero previsor que nos sirvió de ejemplo inicial. Aceptan la muerte del cuerpo físico, como paso necesario para la emancipación del Espíritu o inteligencia 
inmortal, que no puede perecer.


La Filosofía Rosacruz 


Es una enseñanza sobre el origen, evolución y futuro desenvolvimiento del hombre y del mundo. Está presentada en forma definida, lógica y ordenada, mostrando 
los aspectos científico espiritual y dando respuesta a la mente más exigente, para que  después hable el corazón el lenguaje del amor universal, que terminará con las barreras  del egoísmo e incomprensión que separa a los humanos. Coopera, por lo tanto, con la  Religión.
Fue Cristián Rosenkreuz - Cristiano Rosacruz - quien inició en el siglo XIII, por mandato del propio Cristo, el impulso Rosacruz (que florece hoy, adaptado a la época actual), dirigiendo e impulsando desde entonces todos los movimientos iniciáticos 
Rosacruces. Las escuelas esotéricas, a través de los tiempos, tomaron diferentes nombres tales como Alquimistas, Templarios, Trottes en el norte de rusia, Caballeros  del Santo Grial o Caballeros de la Mesa Redonda.
Las enseñanzas Rosacruces fueron celosamente guardadas hasta ahora, al igual que la Biblia, que fue escrita en su época para los adelantados o sea los que estaban preparados para recibir su conocimiento - ocultándose su verdadero significado a la 
mayoría, que carecía de preparación. En nuestro siglo, habiendo madurado en un cierto grado la mente humana, son dados, por primera vez en la historia de la humanidad en forma pública, estos grandes conocimientos que descubren nuestro origen, como
también la extraordinaria actividad arquetípica que desarrollan, en los mundos invisibles, las Jerarquías Creadoras que secundan el Plan del Gran Arquitecto. Estas  posibilitan la vida organizada en la Tierra para todos los reinos u ondas Espirituales de diversos grados de evolución: mineral, vegetal, animal y humano. Presentan a la Tierra como un gran escuela y taller, donde vamos aprendiendo sabias lecciones por grados,  para nuestro progreso espiritual, teniendo que volver tantas veces cuantas sean necesarias. Cada planeta cumple similar propósito, a la debida distancia del Sol, para 
recibir el impulso vibratorio central que le corresponda. Venus y Mercurio, por su proximidad al Sol son los más adelantados. Júpiter, que por su gran volumen acumuló enorme calor solar, está en un buen grado de adelanto. Nosotros sólo alcanzaremos el  adelando de Júpiter en el próximo período, remotísimo todavía. Saturno está en una  evolución elemental y Urano, muy lenta. Todos los millones de sistemas solares en el Cosmos cumplen finalidades evolutivas semejantes, en diversísimos estados. La
Escuela Rosacruz, es una de las siete “menores” le seguían las cuatro mayores, dadas  por el Cristo, que corresponden al futuro de Júpiter, Venus y........................................
Para comprender nuestro caso de humanos tenemos que saber que hemos alcanzado el estado actual a través de un prolongadísimo proceso involutivo, en el cual  fue formándose nuestra maravillosa constitución de hoy; al mismo tiempo como Espíritus Virginales puros, pero inconscientes, fuimos descendiendo desde mundo más 
sutiles, gradualmente, envolviéndonos en materia cada vez más densa, proceso de  organización y endurecimiento de nuestros cuerpos, que también sufrió paralelamente  nuestra Tierra. La condición concreta es la ideal para adquirir experiencia preliminar y 
crecimiento anímico. Nos permite la conjugación del pensamiento con el sentimiento y  la acción, de lo que extraemos experiencia. Por este medio, adquirimos virtudes y  sabiduría. Después debemos ser capaces de expandir nuestra conciencia, capacitándonos para ascender nuevamente a los mundos celestes, consciente y sabiamente, con las cualidades morales y de inteligencia que nos permitan actuar y  vencer en las altísimas vibraciones de los mundos superiores, en forma definida. Aún,  llegar a superhombres, para que, en el final de la evolución, alcancemos ser creadores 
“a imagen y semejanza de Dios”, meta suprema de la existencia.


Mundos Invisibles y los diferentes


 Reinos Para poder comprender las diferencias que existen entre un reino y otro, tenemos que comenzar por conocer los mundos invisibles - invisibles a nuestros ojos  físicos, pero inteligentemente activos - que dan a cada reino lo que le corresponde de acuerdo con su tiempo de evolución. En principio, todos los cuerpos que existen en la Tierra están constituidos por las mismas sustancias minerales primarias. La diferencia que hay entre el reino vegetal y el mineral radica en que este último, por ser el cuerpo de una onda de Espíritus que están comenzando ahora su evolución y, por lo mismo, de conciencia oscurísima, solamente presenta algunas reacciones químicas. El reino vegetal, inmediatamente superior, tiene vitalidad, crece y se reproduce, perteneciendo a una onda de Espíritus que comenzó su evolución en el período anterior al mineral; ya posee un segundo cuerpo, o Cuerpo Vital, de sustancia etérica, de propiedad vitalizadora, que extrae su composición de la Región etérica, de propiedad vitalizadora,  que rodea nuestra Tierra. El Mundo Físico se compone de dos grandes regiones: La 
Región Química, que es la puramente mineral - sólidos, líquidos y gases - y la Región Etérica, invisible, que tiene la finalidad de canalizar la fuerza vitalizante del sol, dirigida por Jerarquías Creadoras que impulsan la Evolución. No es una región de 
sustancia uniforme; se subdivide en cuatro éteres, dinámicamente activos, cumpliendo cada uno una función específica diferente. El reino animal corresponde a una onda de Espíritus más antigua en la Evolución, que comenzó dos Períodos atrás, y tienen - esos 
Espíritus - hoy una conciencia todavía muy limitada; responden al impulso de Espíritus - grupo que los dirigen. Poseen, por su antigüedad, tres vehículos: el Cuerpo Físico, el Cuerpo Vital y el Cuerpo de Deseos; este último es el que permite a este reino la acción y el movimiento que no encontramos en el reino vegetal, inmediato inferior. Este cuerpo es formado por sustancias del Mundo de Deseos, que es un Mundo espiritual 
que, muchísimo mayor que el Mundo Físico, rodea a éste y lo compenetra. La sustancia del Mundo de Deseos está sujeta a leyes diferentes; es fuerza - materia impulsiva, de luz y color, que, en constante movimiento, da impulso y permite sentir, posibilitando al reino animal una experiencia y un principio elemental de conciencia semejante a las imágenes de los sueños, que el reino vegetal, más joven en la escala evolutiva, no puede manifestar todavía. El reino humano, nuestra onda de Espíritus, es el más antiguo, comenzó su evolución en el alborear de este día de Manifestación, es decir, 
tres Períodos atrás - un Período antes que el reino animal - y está constituido, actualmente, de cuatro cuerpos o vehículos, para la expresión del Espíritu interno, individual: Cuerpo Denso, maravillosamente constituido; Cuerpo Vital, que es
exactamente igual al Cuerpo Denso, célula por célula, pero etérico y de polo contrario, que lo vitaliza y restaura (es quien dirige la función de los órganos de nuestro cuerpo). 
El Cuerpo de Deseos, compuesto de deseos y sentimientos, nos impulsa a la acción, para adquirir experiencia, al igual que lo hace con los animales, pero con la diferencia de que, como nosotros ya atraemos sustancia del Mundo de Deseos superior, expresamos sentimientos que el reino animal no está en condiciones de expresar todavía, por cuanto su Cuerpo de Deseos es elemental, con tendencias simples, primarias. Las sustancias de deseos superiores de luz, vida y poder anímico, son las que  permiten al reino humano expresar sentimientos elevados de altruismo, filantropía y 
artísticos, elevándolo a la categoría notablemente más adelantada de la Tierra. El Cuerpo Mental es el cuarto vehículo que poseemos y la más reciente y valiosa adquisición, que nos dotó de la preciosísima cualidad del pensamiento y de la razón. Es 
el medio por el cual, como Espíritus individuales e independientes, dirigimos nuestra  acción en forma inteligente. La mente, por ser el cuerpo más joven y por lo tanto menos  organizado, es apenas una nube. Todavía es insospechable lo que llegará a ser el poder 
mental.  Este poder es consecuencia del Mundo Mental, un mundo que sigue al Mundo  de Deseos, mucho mayor que éste, que compenetra a los demás mundos que forman un  conjunto con nuestra Tierra, siguiendo el principio universal de que los mundos más  sutiles compenetran los menos sutiles. El Mundo Mental contiene todos los arquetipos creadores que trabajan para la formación de todo lo que existe en la Tierra, tales como  formas, vitalidad, sentimientos y pensamientos.
Lo que antecede forma parte de las revelaciones de los Rosacruces, que tuvieron  en el Iniciado Max Heindel, el mensajero para promulgarlas al principio del siglo: Estas  enseñanzas hacen evidente la necesidad de vivir bien para enfrentar mejor las
condiciones que se presentan al Espíritu Humano, cuando se separa de su cuerpo denso,  con la llamada Muerte, es solamente del cuerpo físico, el Espíritu, permanece, es  inmortal 
Cada cuerpo tiene un arquetipo en el Mundo Mental, vibratorio, que emite un  sonido creador durante toda la vida del cuerpo denso. Cuando llega el momento en que  el Espíritu debe regresar a su verdadera patria en los cielos, el arquetipo se detiene, cesa 
de vibrar. El cuerpo denso, al dejar de recibir la nota vibratoria del arquetipo, se vuelve  pesado, inerte, y el Espíritu, cohibido, no puede habitarlo más. Sale por la cabeza en sus 
vehículos más sutiles, llevándose consigo las fuerzas del átomo - simiente del cuerpo  denso, que durante la vida terrena está localizado cerca del ápice del ventrículo izquierdo del corazón. Las fuerzas del átomo - simiente suben por el nervio pneumogástrico y salen por la comisura de los huesos parietal y occipital. Durante la 
vida, los Cuerpos Vital, de Deseos y Mental están unidos por un Cordón Plateado,  vibrante, que los mantiene conectados. Con la muerte, el Cuerpo Vital, que salió con el  Espíritu, tiende a regresar al cuerpo denso, porque es de materia etérica perteneciente al 
Mundo Físico. Durante toda la existencia terrena, el Cuerpo Vital, además de cumplir la  tarea de vitalizar y restaurar el cuerpo denso, fue imprimiendo en uno de sus éteres - el  llamado Reflector - todas las escenas de la vida del ser, físicas y espirituales; formó un 
archivo completo de todas sus reacciones, instante por instante de la existencia, con los  sentimientos y pensamientos que las impulsaron y que se imprimieron por un mecanismo muy simple: el éter contenido en el aire que entra en los pulmones es portador de una imagen que deposita en el Cuerpo Vital en cada respiración. El Cuerpo Vital, al separarse, traslada este magnífico y completo panorama de la existencia al cuerpo de Deseos, en sentido retrospectivo, es decir: las últimas acciones primero, 
después los años más jóvenes, y así hasta el nacimiento. Estas imágenes las conoce muy bien aquel que paso por el trance de ahogarse, quien ha visto pasar rápidamente visiones de su vida que ni siquiera recordaba. Este panorama, al pasar de un cuerpo a 
otro, se proyecta como en una pantalla cinematográfica ante la visión del Espíritu, que  está impasible en este trance, y de su atención y tranquilidad dependerá la completa fijación de aquel en el cuerpo de deseos, lo que es indispensable, pues ello servirá de 
árbitro en su nuevo estado post.mortem. Si el Espíritu estuviera distraído por las lamentaciones de sus familiares, estas imágenes no se imprimirán con la intensidad necesaria y ello perjudicaría la asimilación de la experiencia que terminó. Es un error 
que los familiares cometen contra el buen crecimiento espiritual de quien partió.
El panorama post-mortem es visto desde atrás hacia adelante, para mostrar al Espíritu, primero los efectos y luego las causas que los motivaron. Puede durar hasta tres días y medio. Durante este tiempo el cuerpo no debe ser cremado ni amputado, 
porque aún no se desligó el Cuerpo Vital de los demás vehículos y el Espíritu sufriría en un cierto grado como si estuviera en el Cuerpo Denso. Pasado el panorama al Cuerpo de Deseos, se parte el Cordón Plateado en una unión del Cuerpo Vital con el 
Cuerpo de Deseos, liberándose el Cuerpo Vital, que regresa junto al Cuerpo Denso,  flotando encima de él y desintegrándose al mismo tiempo que este último. Un cementerio a la vista espiritual, ofrece el espectáculo más nauseabundo e inimaginable. 
La práctica de cremar el cuerpo, después del tiempo indicado, es la higiene más  aconsejable; es lo que se debe hacer con todos los cuerpos que cumplieron su misión. 
Por todo esto tenemos que saber dar la verdadera asistencia espiritual a los que parten,  como similarmente la damos en el nacimiento. La llamada muerte es el nacimiento espiritual. No es aconsejable visitar después los cementerios, pues con ello se atrae a 
los que partieron, que ahora son Espíritus, a quienes se les obliga a estar en ese  ambiente, extremadamente perturbador y nocivo, no dándose cuenta el visitante, además, de las bajísimas influencias en que se envuelve, que nos hacen salir pálidos del 
cementerio.
Con la muerte del Cuerpo Denso, el Cuerpo de Deseos y la Mente toman la  forma del primero y el Espíritu pasa a ser habitante del Mundo Celeste. Es una sorpresa para la mayoría el sentirse más vivo que nunca y con una percepción multiplicada,  muchísimo mayor que cuando estaba en su Cuerpo Denso, pues la materia concreta  disminuye la sensibilidad del Espíritu. Este pasa, pues, a vivir y sentir en su nuevo  estado. Por ley espiritual no podrá ascender si su Cuerpo de Deseos tiene en parte  sustancias inferiores, pasionales, egoístas o separatistas. Por este motivo, comenzará a  sentir primeramente la influencia de las imágenes de aquellos hechos de la vida en los  que acaso haya procedido mal. Estas imágenes actuarán sobre el Espíritu, porque ahora 
están grabadas en el Cuerpo de Deseos inferior; las bajas pasiones le exigirán satisfacción, la que resulta imposible alcanzar porque ya no posee el Cuerpo Denso. Por  otra parte, la aumentadísima percepción que ahora tiene, le acusará implacablemente de 
todos los males y errores cometidos y pasará entonces por un proceso purgatorial tremendo, de inmenso dolor; irá comprendiendo cuán mal usó los días de su existencia  y llorará, en espíritu, lágrimas de dolor, queriendo reparar los males cometidos, sin 
posibilidad de hacerlo. Vivirá una etapa penosa, triste y dolorosa, la que se simboliza como el infierno. Como la intensidad del dolor en espíritu es muy aguda, conseguirá,  por este proceso, depurativo y correctivo, irse liberando de la materia inferior, que lo 
mantiene adherido a la Región inferior del Mundo de Deseos.
Este proceso severo tiene una finalidad educativa. Si en vida no fuimos capaces de comprender, comprenderemos en esta etapa purgatorial. Cuando el dolor y la vergüenza embargan el Espíritu, le despiertan su principio divino y, entonces, humildemente, eleva su pedido de perdón al Supremo Creador, a Dios, que le tiende Su 
mano amorosa y lo envuelve en Su infinito amor y misericordia. El Espíritu aprende así  la preciosa lección de la existencia, se promete a sí mismo nunca más caer en tentación y se graba el firme propósito de ser mejor, imprimiéndose en el átomo - simiente del 
Cuerpo de Deseos el dolor sufrido. Ahora, libre del terrible peso de la sustancia  inferior, asciende a las regiones superiores del Mundo de Deseos, a “un Primer Cielo”,  de paz, de luz y de armonía celestial; en este nuevo estado siente armonías que le 
envuelve, haciéndole olvidar la amargura que pasó, para sentir solamente bienestar, paz  y serenidad.
Las imágenes de todo aquello que de bueno y cierto realizó en la tierra, todo el  bien que hizo, todo el amor y sacrificio que profesó a los seres con quienes convivió y  el propio agradecimiento de ellos, son como una aureola que envuelve al Espíritu y le  hacen disfrutar de un merecido descanso, recuperador de las energías espirituales. 
Ahora le rodean y le festejan aquellos amigos y seres queridos que partieron antes que él y le brindan los mayores tesoros de alegría espiritual. Como la materia de deseos es de fácil modelación por el pensamiento, en este nuevo medio el Espíritu modela  instantáneamente todo aquello que desea, principalmente lo que le faltó en su vida en la  Tierra. Tiene todo lo que quiere. Una residencia acogedora, libros, jardín y todo lo que es bienestar y satisfacción espiritual se obtiene en esta etapa; prolóngase, así, una existencia en que el Espíritu agota su expresión sentimental. Cuando no necesita más su  Cuerpo de Deseos, extrae de él su átomo - simiente, en el que se imprimió la quinta -esencia de estas experiencias. Enriquecido así, un Segundo Cielo, envuelto apenas en su Cuerpo Mental.
Aquí el Espíritu experimenta actividad exclusivamente mental. El Mundo Mental Creador, con su inimaginable actividad arquetípica, propulsada por elevadísimos Seres, está a su alcance. De acuerdo con su capacidad mental, aquella que por el cultivo de la inteligencia y la concentración haya cultivado, estará apto para 
cooperar con esas Inteligencias en su trabajo creador. Podrá ayudar, si es capaz, a hacer  modificaciones en todas las formas, tanto continentales, como de la fauna y la flora,  cooperación difícil, sólo posible a los de Mente desarrollada. Cuando por la meditación profunda en este ambiente mental piensa en la necesidad de un nuevo Regreso a la Tierra donde podría realizar una vida de mérito, de mayores valores, de principios 
altruistas y de amor fraternal, deja el Mundo Mental Concreto, y apenas en Espíritu Abstracto, entra en un Tercer Cielo. Allí le es mostrado, por Grandes Ángeles Archiveros, varios posibles panoramas de vidas diferentes, que, de acuerdo con la sabia 
Ley de Consecuencia, podría vivir. Ve delante de sí, con absoluta claridad, el medio ambiente, posibles familiares y actividades y, en Espíritu, elige y decide, sin coacción, la vida que quiere realizar, conociendo las dificultades y los pagos de deudas que tenga 
pendientes con otros Espíritus, con los cuales se va a encontrar en su nueva existencia. 
En este estado, el Espíritu es muy fuerte y su conciencia muy activa le hace ser decidido y viril. Elige, dispuesto a cumplir, con el vigor de Chispa Divina, a veces una existencia muy dura y difícil, pero, en ese estado, sabe el por qué y la conveniencia de su elección. Y con esta decisión firme, envuelto en el Elixir del Mundo Mental
Abstracto, comienza su descenso al Mundo Físico.
Vuelve a la Región Concreta del Mundo Mental, entrando en actividad las fuerzas del átomo - simiente de la Mente que, en su descenso, va atrayendo y acumulando sustancias para lo que será su futura mente, las que se agrupan en forma de campana. Atrae en cantidad y calidad, estrictamente de acuerdo con la capacidad que 
haya cultivado su mente en la Tierra, siguiendo el mismo principio que rige a un imán, que solamente atrae limaduras de hierro en la cantidad de que es capaz. Cuando termina de seleccionar esta materia, entra en el Mundo de Deseos, donde se procesa el mismo 
sistema: entran en actividad las fuerzas del átomo - simiente del cuerpo de deseos, atrayendo, en su descenso, las sustancias superiores de deseos que sea capaz de atraer y no podrá evitar que, cuando pase por las Regiones del Mundo de Deseos inferior, se 
adhieran, por Ley de Consecuencia y afinidad, aquellas sustancias inferiores que le correspondan y que le obligarán a pasar después en la vida por las experiencias que él, libremente, eligió. Este material de deseos forma una segunda campana por dentro, teniendo en su interior, en la parte superior, el átomo simiente. Cuando el Espíritu llega descendiendo a la Región Etérica del Mundo Físico, atrae material etérico por el mismo procedimiento. Entran, ahora, en acción los Grandes Ángeles Archiveros o Señores del 
Destino, que le formarán el Cuerpo Vital con el material atraído, que le corresponda, cooperando el Espíritu con su parte original, individual.
El Cuerpo Vital así formado, es colocado en la matriz de la futura madre,  después de la concepción y transcurridos entre dieciocho a veintiún días, entra el Espíritu en aquella, cerrándose la doble campana por su base. Pasada la gestación, con el nacer del niño, entra de inmediato el átomo - simiente del Cuerpo Denso en actividad. El Macrocosmos suple la vitalidad necesaria hasta los siete años, en que entra  en actividad completa el átomo - simiente del Cuerpo Vital; el átomo - simiente del Cuerpo de Deseos a los catorce años y, a los veintiuno, el átomo - simiente del Cuerpo  Mental, marcando la mayoría de edad. Los veintiocho años marcan el inicio de vida  seria; los treinta y cinco la plena virilidad; los cuarenta y dos la madurez y los cuarenta y nueve la plena mentalidad.
Este esquema de un ciclo completo de existencia es un complemento para comprender mejor la verdadera asistencia espiritual que debemos dar a los que parten, propiciando un ambiente tranquilo alrededor del Cuerpo Denso, rogando fervorosamente por el Espíritu querido, que sin desesperación perjudicial e indebida,  porque la muerte, cuando es natural, constituye la liberación.
Conocer el Plan de Dios, hace que le profesemos la reverencia más profunda y  devocional de que somos capaces. El Creador, en Su misericordia y amor, nos da tantas  y tantas oportunidades para el progreso como sean necesarias, amándonos y amparándonos siempre, hasta que seamos capaces de regresar a Él puros, sabios y 
conscientes.
El Señor Cristo, el Señor del Amor, que es Su hijo bienamado, secunda ese  amor de Dios, tendiéndonos, con Su sacrificio, El Puente de Salvación, en setiembre,  para nuestro hemisferio, asume la dirección espiritual de la humanidad.

-Conferencia dictada por el Sr. Roberto Ruggiero. 

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