Las doce sales
FLUORURO CALCICO
Calcárea fluorica
La encontramos en las células del tejido conjuntivo y fibroso, en el periostio, en los dientes, los tendones, el cristalino y la piel.
La contienen en cantidades importantes el albaricoque, tomate, trigo, uvas, arroz, cebada, patatas, espárragos, espinacas y el té.
Actúa sobre todos los tejidos de sostén, especialmente los ligamentos, el esmalte dentario y la médula ósea.
Su carencia provoca retraso en el desarrollo óseo, flojedad ligamentosa, varices y hemorroides.
Indicaciones :
Insuficiencia venosa, fibrosis glandular, ptosis mamaria o parpadeal, caries, raquitismo, osteoporosis y tobillos frágiles. Irregularidad en el crecimiento y deformaciones óseas.
FOSFATO CALCICO
Calcárea phosphórica
Por su radical fosfórico forma parte de todas las células orgánicas, llegando a ser imprescindible en la producción de energía, la renovación de las células sanguíneas, la salud del sistema nervioso y todo el sistema óseo.
Se encuentra en las cerezas, los albaricoques, las ciruelas, los dátiles, las fresas, la naranja, la pera, el limón, las uvas, las nueces y los plátanos. También en las alcachofas, el apio, el arroz, los cereales, las castañas, las cebollas, los champiñones, los espárragos, las espinacas, los nabos y las coles.
Su carencia provoca alteraciones en el desarrollo intelectual, debilidad muscular y retraso en el desarrollo óseo.
Indicaciones :
Raquitismo, reumatismos, crecimiento, anemias, hemorragias frecuentes. Niños que crecen demasiado rápidamente y les duelen los huesos.
SULFATO CALCICO
Calcárea sulfúrica
Su contenido en azufre le hace idóneo como depurativo, tanto a nivel de la piel como hepático. Lo encontramos en cantidades importantes en la vesícula biliar y su carencia produce una deficiencia en los mecanismos de eliminación de impurezas y toxinas, acumulándose éstas en los depósitos naturales, como pueden ser las mucosas nasales y la piel. Las consecuencias son, primordialmente, una gran proliferación en enfermedades de la piel.
Se encuentra en los ajos, los puerros, berros, mostaza, almendras, patatas y leche.
Indicaciones :
Forúnculos, supuraciones crónicas, mucosidad verdosa y maloliente, caries dentales, fístulas anales supuradas, cistitis, amigdalitis supuradas, ganglios supurados, dermatitis.
FOSFATO DE HIERRO
Ferrum phosphoricum
Elemento esencial en la sangre y la hemoglobina, interviniendo de manera decisiva en la oxigenación tisular, en la maduración de las células del bazo y la médula ósea, ayudando además al transporte del oxígeno a través de la sangre.
Lo encontramos en los músculos, la sangre y los órganos hematopoyéticos.
Su carencia produce anemia ferropénica, amigdalitis de repetición, debilidad muscular, dientes transparentes, vasodilatación, plétora sanguínea y hemorragias, principalmente nasales. Paradójicamente, su exceso también produce hemorragias diversas.
Los alimentos más ricos en hierro son los berros, las carnes rojas, las espinacas, el hígado de mamíferos, las legumbres, los cereales y el pescado.
Indicaciones :
Anemia, mala circulación sanguínea, esguinces, fiebres ligeras o eruptivas, atonía intestinal, estreñimiento, bronquitis aguda, coriza, epixtasis, rinitis aguda, sinusitis, tos dolorosa, blenorragia, cistitis, metrorragia, amigdalitis, contusiones, erisepela.
CLORURO POTASICO
Kalium muriaticum
A nivel corporal lo encontramos en los líquidos intra y extracelulares, tejido intersticial, así como en la fibrina, los glóbulos sanguíneos, músculos y en general en todas las células ya que es imprescindible para lograr el equilibrio osmótico.
Fluidifica las mucosas y su carencia provoca exudados espesos, muy fibrosos, con ganglios linfáticos inflamados.
En los alimentos lo encontramos en los albaricoques, castañas, cerezas, cebollas, dátiles, limón, plátanos, miel y uvas, además de en las alcachofas, achicoria, apio, cereales, espinacas, judías verdes, huevos y patatas.
Indicaciones :
Erupciones cutáneas, adenopatías, hemorragias, infecciones, aftas bucales, dispepsia por alimentos grasos, anginas blancas, rinitis crónica, tos, blenorragia con secreción, cistitis en la obesidad, leucorrea blanca, nefritis con albuminuria, acné, erisepela con vesículas, blefaritis, abscesos supurados.
FOSFATO POTÁSICO
Kalium phosphoricum
Compuesto mineral presente en el tejido nervioso en particular, cerebro y huesos.
Indicaciones :
Todas las afecciones del sistema nervioso que cursen con depresiones, ansiedad, irritabilidad e insomnio. También en el cansancio físico y psíquico, la debilidad intelectual y la fiebre alta.
En la relajación visceral por debilidad de los nervios, la ciática, la hipocondría, la histeria, los vértigos, la dispepsia de origen nervioso, la úlcera gástrica, la incontinencia de orina y la fotofobia. Dolores de cabeza en los estudiantes.
SULFATO POTASICO
Kalium Sulfuricum
Lo encontramos en la epidermis, las mucosas, los leucocitos y hematíes, la médula ósea y los músculos.
Contribuye al transporte del oxígeno a todo el organismo y su carencia produce falta de oxigenación, especialmente en la piel, descamación, secreciones diversas y formación de costras. También secreción en las mucosas con fiebre alta.
Indicaciones :
Asma, bronquitis crónica con expectoración, coriza con secreciones amarillas, blenorragia, leucorrea, eczema con exudados, psoriasis descamativa, conjuntivitis y otitis supurada.
FOSFATO MAGNESICO
Magnesia phosphorica
Componente esencial de la célula y la médula espinal, forma parte también de los músculos, huesos y dientes, ejerciendo una acción euforizante sobre el sistema nervioso central. Interviene en el metabolismo de los glúcidos y prótidos, tiene acción lipotropa y mejora las funciones biliares.
Es decisivo en la coagulación sanguínea y la transmisión neuromuscular.
Los alimentos que lo contienen en cantidades significativas son las espinacas, lechuga, puerro, queso, trigo y cereales. También los albaricoques, las almendras, dátiles, nueces, pan, pera, ciruelas y cerezas.
Indicaciones :
Arteriosclerosis, litiasis renal, infarto de miocardio, neuralgias, contracturas musculares, espasmos, calambres, jaquecas con punzadas, convulsiones infantiles, cólicos que mejoran con el calor o encogiéndose, tos convulsiva, dismenorreas.
CLORURO SODICO
Natrium muriaticum
Esta sal está ampliamente difundida por todo el organismo, incluso en las partes sólidas y junto con el potasio regula el equilibrio osmótico de las células, favoreciendo el crecimiento y regeneración de las mismas.
Su carencia produce una distribución anormal de los líquidos orgánicos, con una mayor eliminación renal, así como dificultades digestivas, deshidratación y serosidad de mucosas. Su exceso, mucho más conocido, produce edemas, hipertensión, hidropesía y rotura de glóbulos blancos y rojos.
Se encuentra en la mayoría de los alimentos, especialmente en las almendras, albaricoque, ciruelas, dátiles, moras, naranja, pera, uvas y avellanas. También en la remolacha, lentejas, mantequilla, manzana, cebada, achicoria, apio, arroz, pescados, carnes y huevos.
Indicaciones :
Astenia, hipotensión, aerofagia infantil, debilidad muscular, deshidratación, lumbago, dolores de cabeza, depresiones por shock afectivo, irritabilidad, dispepsia, estreñimiento por sequedad intestinal, coriza, rinitis aguda y anemia. Dolores en la lengua, labios y nariz.
Niños delgados con buen apetito, cansados y con sed insaciable. Jaquecas matutinas y aversión al mar.
FOSFATO SODICO
Natrium phosphoricum
Se localiza en los líquidos constituyentes de los tejidos, en las células nerviosas y musculares, y su misión es regular el equilibrio ácido-base además de ser un catalizador que neutraliza los ácidos grasos alimentarios. Elimina el ácido láctico producido por la descomposición del glucógeno, destruye el ácido úrico, controla el exceso de azúcar y favorece la eliminación de las grasas.
Indicaciones :
Reumatismo, hiperacidez, litiasis renal y retención de orina. Gota, litiasis biliar, diarreas verdosas, otitis con pus y blefaritis.
SULFATO SODICO
Natrium sulfuricum
Lo encontramos en los riñones, el páncreas y en intestino, actuando sobre las funciones biliares, urinarias y en la eliminación del agua orgánica. Su carencia provoca retención hídrica, edemas y celulitis.
Indicaciones :
Edemas, hemorragias, artritismo, flatulencia, colecistitis, cólicos estomacales, diarrea después del desayuno, vómitos, ictericia, anginas supuradas, asma que se agrava con la humedad, sabañones y verrugas.
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