La Obsesión La obsesión es un estado; cuando una entidad desencarnada, toma posesión temporal o permanente del cuerpo de una persona viva. Sin embargo; algunas veces ciertas personas adictas a la bebida, a las drogas u a otros vicios, tratan de excusarse so pretexto, de que están obsesionadas. Cada vez que alguien presenta tal excusa, se puede tener la plena seguridad de que no es más que un pretexto; porque el ladrón que ha robado, no sale gritando a todo el mundo que robó. Y una entidad que esté obsesionando a alguien vivo, tampoco lo haría. Dado a que dicha entidad absolutamente no se preocupa de quien ha despojado de sus cuerpos; por ende, no hay razón alguna para que la descubran y corra el riesgo de ser exorcizada. Existe un infalible método para determinar si una persona está realmente obsesa; esto se logra, mediante el diagnóstico del ojo. Los ojos, son las ventanas del alma; y sólo el verdadero propietario del cuerpo, es capaz de contraer o dilatar el iris o la pupila de su ojo. De manera que si, tomamos a una persona que asegure estar obsesa; o que creamos lo esté y la llevamos a una habitación oscura, si realmente está poseída, su pupila o el iris no se expandirán. Tampoco el iris o la pupila del ojo se contraerán, cuando la expongamos al Sol o le hagamos leer tipos de imprenta pequeños; ni se dilatarán en el momento que le pidamos a dicha persona presuntamente obsesa, que mire un objeto lejano. En resumidas cuentas; en un real caso de obsesión la pupila o el iris de la persona no responderán ni a la luz; ni tampoco, a la distancia. Sin embargo, hay que considerar que existe una enfermedad llamada ataxia locomotriz; en la que el iris o la pupila no son afectadas por la distancia, pero sí responden a la luz. Por otra parte, quienes siempre mantienen una actitud mental positiva, no pueden ser obsesionados. Porque mientras se afirma la Espiritualidad de la persona; se alcanza la suficiente fuerza, para alejar todo tipo de entidades extrañas. Pero en las sesiones de médium; en las que los asistentes asumen un estado de ánimo negativo, siempre existe un gran peligro de ser poseídos. La mejor manera de evitar ser poseído, es siempre mantener una actitud positiva; y quienes tengan la tendencia a la negatividad, deben evitar las sesiones de brujería, magia negra, contemplación de la bola de cristal y todos los demás métodos para evocar entidades del más allá. Dado a que tales prácticas son negativas per sé; pues quienes han fallecido, tienen un duro trabajo que realizar en el mundo astral, por lo que nunca se debe tratar de distraerlos o traerlos de vuelta, al mundo físico. En el lapso de la muerte física, cuando se libera el átomo simiente del corazón; que contiene todas las experiencias de la vida que acaba de terminar en forma panorámica, el alma abandona el cuerpo físico llevándose consigo todos sus cuerpos sutiles (Los éteres superiores [Luminoso y reflector] del cuerpo físico etérico, el cuerpo astral y cuerpo mental concreto). Entonces, el alma queda como flotando sobre el cadáver del cuerpo físico denso, desde unas cuantas horas hasta tres días y medio. El factor que determina la duración de tal periodo, es la fortaleza del cuerpo físico etérico; específicamente el vigor de los éteres superiores, que constituyen el cuerpo anímico que habla la Biblia. Entonces, se presenta ante el alma una reproducción pictórica de la vida, un panorama en orden invertido; desde la muerte hasta el nacimiento, para que tales imágenes las grabe el éter reflector del cuerpo físico etérico, en el cuerpo astral del alma. En tanto, la conciencia del alma está concentrada en el cuerpo físico etérico (Éter reflector); o por lo menos debe estarlo, por lo que no experimenta ninguna fuerte sensación el cuerpo físico denso, a través de los sentidos (Por el trabajo del éter luminoso, del cuerpo físico etérico). El panorama que se imprime en el cuerpo astral, es la base que se tiene atrás, con los sufrimientos a padecer durante el paso por el purgatorio (En las regiones bajas de las pasiones, impresiones y deseos del mundo astral); padecimientos que son el producto, de las malas obras de la vida que recién terminó. En tanto que el goce que se tiene por delante y que se pueda experimentar en el primer cielo (En las regiones de la vida, luz y poder anímico del mundo astral), es el resultado de las buenas obras llevadas a cabo, en la vida que acaba de expirar. Las investigaciones realizadas, han revelado la existencia de otro proceso que acontece en esos importantes días que siguen a la muerte. Dado a que en el cuerpo físico etérico se produce, una separación similar a la que genera la iniciación Espiritual. Por lo que la parte que podemos llamar el Cuerpo del Alma (Formada por la sutilidad de los éteres superiores: Luminoso y reflector), se une con los cuerpos superiores (Astral y mental concreto); para constituir luego de la muerte, la base de la conciencia en los mundos invisibles (Astral y mental). Y el segmento inferior; del cuerpo físico etérico (El éter químico y vital), que queda descartado en la gran mayoría de los casos, regresa al cuerpo físico denso para mantenerse flotando sobre la tumba del mismo, mientras coadyuva a realizar el proceso de descomposición o desintegración del cuerpo físico denso. Esta división del cuerpo físico etérico, no es la misma en todos los humanos, pues ello depende de la naturaleza de la vida que se ha llevado; y del carácter, de la personalidad. Colateralmente, éste punto es muy importante, dado que la división del cuerpo físico etérico luego del fallecimiento demuestra, que si la persona tenía una preponderancia hacia la obsesión con entidades malignas; sus éteres superiores del cuerpo físico etérico superior serán muy débiles, opacos o casi exiguos. Y como los éteres superiores forman las bases de los éteres inferiores para la próxima encarnación; dicha persona tenderá a nacer, con enfermedades congénitas. En tanto que si la persona que ha expirado, tuvo una vida de altruista actos y de elevada vida Espiritual, las energías de sus éteres superiores del cuerpo físico etérico serán más fuertes, nutridas y luminosas. Consecuentemente; en la próxima vida, tal persona poseerá la propensión a no nacer sin enfermedades congénitas. Por lo que cosechamos en el presente; lo que sembramos, en el pasado. Durante una vida normal, el cuerpo etérico tiende a construir y moldear e1 cuerpo físico denso, mientras que nuestros deseos y emociones; del cuerpo astral, lo destruyen. Tal lucha; entre el cuerpo físico etérico y el cuerpo astral, es lo que produce la conciencia en el mundo físico y la que a la vez endurece, los tejidos. De manera que el suave cuerpo del niño gradualmente se va endureciendo y arrugándose en la vejez, a la que le sigue la muerte. La eliminación o perpetuidad de nuestros sentimientos y pasiones del cuerpo astral, actúan de manera similar en el cuerpo físico etérico. Cuando los impulsos emocionales del cuerpo astral; que nos inducen a actuar, están constituidos por generosos y elevados ideales, y el verdadero amor ha tenido plena libertad de expresarse con la mayor frecuencia posible años tras años, progresivamente van disminuyendo las energías de los éteres inferiores, del cuerpo físico etérico. Lo que contribuye; a que poco a poco, se desvanezca los apetitos animales y colateralmente aumenten, las energías de los éteres superiores que ocuparán el lugar de los éteres inferiores. Como resultado de ello, la salud de las personas con una vida mística y Espiritual no será tan fuerte, como la de quienes llevan una delictiva existencia; debido a que los vagabundos atraerán hacia sí más éteres inferiores en proporción a la extensión de sus vicios, debilitando parcial o totalmente los éteres superiores. De éste hecho, se derivan algunas consecuencias sumamente importantes; en relación, con la muerte. Como el éter químico del cuerpo físico etérico, es el que cementa todas las moléculas del cuerpo físico denso en sus lugares respectivos; y las mantiene en su posición durante toda la encarnación, cuando Espiritualista sólo tiene un mínimo de éter químico, la desintegración de su cuerpo físico denso luego de la muerte, es muy rápida. Prueba de ello lo demuestra 1a Biblia, cuando expone que el cuerpo físico denso de Jesucristo, no fue encontrado en la tumba cuando vinieron a buscarlo. Como se es sabido, Cristo Espiritualizó tanto el cuerpo de Jesús; poniéndolo tan vibrante, que era casi imposible para Jesús mantener las moléculas de su cuerpo físico denso en su lugar, durante Su ministerio. Según dijimos, una vida mundana aumenta la proporción de los éteres inferiores en el cuerpo físico etérico; en detrimento, de los éteres superiores. Si además de llevar; lo que se llama una "vida sana" y se evitan todos los excesos, la salud durante la existencia física será más perfecta que la del aspirante a la vida Espiritual. Porque la actitud del Espiritualista con respecto a la vida, es constituir un cuerpo físico etérico compuesto principalmente por los éteres superiores; para fortalecer, su Cuerpo del Alma. El Espiritualista ama más “el pan de la Vida”, que el pan físico. Por consiguiente, todo su cuerpo físico (Denso y etérico) se va sensibilizando intensamente; hasta llegar a un estado de delicadeza nerviosa que favorece sus objetivos Espirituales, pero que es muy duro de soportar desde el punto de vista material. El Espiritualista, procura sensibilizar cada vez más sus átomos; mientras que el materialista, trata de endurecerlos más. En la mayoría de nosotros, existe la preponderancia al egoísmo y un deseo muy vehemente de sacar el mayor provecho posible de la vida; lo que siempre nos ubica ocupándonos, bien manteniendo al lobo fuera de la puerta, o acumulando bienes y cuidándolos. De ahí, que tengamos poca o ninguna inclinación a trabajar con el Cuerpo del Alma; tan necesario, para el verdadero éxito en la vida. Consecuentemente, es tan poco lo que queda después de cada encarnación en la mayoría de nosotros, que la evolución resulta terriblemente muy lenta. Y hasta que no seamos capaces de contemplar la muerte desde las más elevadas regiones del mundo mental concreto; mirando por así decirlo hacia abajo, no nos concientizaremos que en verdad, nada se salva de nuestro cuerpo físico etérico después de la muerte. Cuerpo que parece como si regresar completo al cuerpo físico denso; para flotar sobre la tumba y desintegrarse, simultáneamente con él. Pero la verdad es; que luego de la muerte, siempre una parte creciente de los éteres superiores del cuerpo físico etérico, se adhieren a los cuerpos invisibles (Astral y mental concreto); para ir con ellos hacia el mundo astral, y servir allí de base para la conciencia del alma. Luego de subsistir a lo largo de la estadía en el purgatorio y en el primer cielo, lo poco que hemos creado de éteres superiores; duran generalmente, hasta que el alma asciende hasta el segundo cielo. Allí; en el mundo mental concreto, en el segundo cielo, lo escaso que formamos en una encarnación de éteres superiores se une con las fuerzas de la Naturaleza, en sus esfuerzos por crear los arquetipos necesarios para un nuevo cuerpo y medio de vida para la próxima reencarnación. Pero existen personas con una naturaleza tan diabólica, que realmente disfrutan de una vida brutal gastada en vicios y prácticas degeneradas; quienes además, gozan en infligir sufrimientos a otros. Y algunas veces, hasta practican la magia negra con propósitos malignos; y para también tener un dominio mayor, sobre sus víctimas. Lo que genera, que sus prácticas inmorales endurezcan terriblemente su cuerpo físico etérico. Por lo que en tales casos extremos; en la que naturaleza animal ha predominado en una persona que no ha tenido ninguna expresión del Cuerpo del Alma en la vida terrenal que se le terminó, no puede producirse la división entre los éteres inferiores y superiores del cuerpo físico etérico al morir. Todo debido; a que en dicha siniestra persona, no existe la línea divisoria en su cuerpo físico etérico. En tales casos y luego de la muerte, el cuerpo etérico retorna al cuerpo físico denso para desintegrare gradualmente con él; y el efecto de una vida tan perversa, no sería tan trascendental. Pero por desgracia, se produce una unión tan fuerte entre el cuerpo físico etérico inferior y el astral inferior; que impide toda separación, en los éteres inferiores y superiores del cuerpo físico etérico. Cuando alguien vive mayormente en su naturaleza superior; sus cuerpos superiores (Éteres superiores, el astral superior y el vehículo de la mente abstracta, causal o el Espíritu Humano), se nutren en detrimento de los cuerpos inferiores. Inversamente, cuando la conciencia de la persona está centralizada en sus cuerpos inferiores (Físico denso, éteres inferiores, astral inferior y la mente concreta), los fortifica de tal manera, que menoscaba sus cuerpos superiores. Se debe comprender además; que la vida del cuerpo astral no termina con la partida del alma, sino que se conserva como un residuo de vida y de conciencia. Además y en casos ordinarios, el cuerpo etérico también puede sentir; en pequeña medida impresiones, durante unos cuantos días luego de la muerte (De ahí, el dolor que causa el embalsamamiento, las autopsias, etc.; que se hace inmediatamente después, de la muerte). Pero cuando alguien degenerado ha endurecido tanto su cuerpo físico etérico; proporcionándole gran fortaleza, como entidad se aferra a la vida tenazmente con el poder de alimentarse con el aroma vibratorio de los alimentos, de los licores, de las drogas, etc. Y algunas veces; como parásito, puede vampirizar a las personas con quienes se ponga en contacto. De esta manera, una entidad malvada logra vivir durante muchísimos años; invisiblemente a nuestro lado, tan cerca de nosotros o más que nuestras manos y pies. Además, tal entidad es muchísimo más peligrosa que el criminal vivo, porque puede inducir a otros a realizar siniestras o degeneradas perversidades; como ella misma lo hacía sin temer que la descubran, ni que la justicia pueda castigarla. Dichas entidades; son por consiguiente, una de las más grandes amenazas de la sociedad que se pueda imaginar. Porque han enviado innumerables victimas al cementerio y a las prisiones, deshecho incontables hogares; y dado nacimiento, a una increíble suma de infortunios. Esas entidades, siempre abandonan a sus víctimas cuando caen en las garras de la ley; y se ufanan de su sufrimiento y angustia, porque forma parte de sus planes malvados de disfrute. Comprendemos pues; de una manera abstracta, que cuanto más retrocedamos en la historia de la humanidad, tanto más salvaje la encontrarnos. Pero el hecho es; que en los actuales tiempos, este salvajismo ha llegado a ser muy común y brutal. Y muchas veces; tal monstruosidad se ha materializado con grandes genocidios en contra de la humanidad, estando temporalmente fuera del poder del derecho y de la ley. Se ha dicho que el egoísmo y el deseo fueron intensificados a propósito durante el régimen de Jehová, para dar un incentivo a la acción del cuerpo astral; lo cual, en el curso del tiempo, endureció de tal manera el cuerpo astral de la humanidad, que cuando se produjo el advenimiento del Cristo, casi no existía la vida celestial para las personas que vivían para entonces. Las entidades materialistas y apegadas a la Tierra, gravitan en las regiones inferiores (Pasiones, impresiones y deseos) del mundo astral, que ínter-penetran la región etérica del mundo físico; y están en constante y estrecho contacto, con las personas que en la Tierra se encuentran en situación más favorable, para llevarlas a realizar sus perversos propósitos. Generalmente; dichas entidades, permanecen con su cuerpo de pecado en ese estado de adherencia terrenal durante cincuenta, sesenta o setenta años. Pero hay casos extremos en que han podido permanecer así, durante siglos enteros. Cuando el alma ha abandonado el cuerpo de pecado; como se llama a éste cuerpo en contraste con el Cuerpo del Alma, y asciende al segundo cielo, no se desintegra tan rápidamente como el cascarón ordinario que dejan las demás almas. Ello se debe, a que su conciencia ha sido aumentada por su composición dual; esto es, que el alma por estar compuesta por un cuerpo etérico y astral, tiene una conciencia personal muy notable. No puede razonar; pero posee una astucia tan grande, que la hace parecer como si estuviera realmente dotada de una presencia Espiritual o de un Ego, lo que le permite una vida separada durante muchos siglos. Cuando ésa alma entra en el segundo cielo, dado a que no hizo nada en la Tierra que merezca una estada prolongada allí o en el tercer cielo, sólo se queda lo suficiente como para crearse un nuevo cuerpo y ambiente para sí misma; y renacer mucho más pronto de lo usual, a fin de satisfacer sus ansias materiales que tanto le atraen. Cuando el Ego retorna a la Tierra, el cuerpo de pecado creado en vidas pasadas se siente naturalmente atraído hacia él; por lo que permanece con él toda la vida, como un demonio. Estas entidades demoniacas; prácticamente sin alma, eran muy numerosas en los tiempos bíblicos. Y era a ellas a quienes nuestro Salvador se refería, al hablar de los demonios; puesto que eran la causa de las distintas obsesiones y de las enfermedades corporales, que describe la Biblia. Además de las entidades ya mencionadas, que moran en un cuerpo de pecado hecho por ellas mismas; y que sufren así enteramente el resultado de sus propias obras en el periodo de expiación en el purgatorio, encontramos otras dos clases que son parecidas en ciertos aspectos, pero diferentes en otros. Además de las jerarquías Angelicales y las cuatro oleadas de Vida, cuyos Espíritus están actualmente evolucionando en el mundo físico, en los reinos: Mineral, vegetal, animal y humano, existen otras oleadas de vida que se expresan en los distintos planos invisibles (Región física etérica, mundo astral y región mental concreta). Entre ellos existen ciertas clases de espíritus subhumanos; que se llaman, elementales. Y a veces ocurre, que uno de estos elementales toma posesión del cuerpo de pecado de algún salvaje o aborigen; para agregarle, su propia inteligencia. Al renacer el elemental que creó ese cuerpo de pecado en el cuerpo de un indígena; por ejemplo, la atracción natural los pone juntos otra vez. Pero, el elemental que anima ahora a ése cuerpo de pecado, hace que la personalidad sea muy distinta a la los demás miembros de la tribu; para actuar dicho indígena como chaman, brujo, hechicero o algo parecido. Estos espíritus elementales; que animan a los cuerpos de pecado de los indios, también pueden actuar sobre los médium como entidades controladoras. Y una vez que han obtenido poder sobre el médium durante su vida; cuando éste muere, los elementales lo expulsan de los cuerpos que encierran la experiencia de su vida. De esta manera, el médium puede verse rezagado en su evolución durante edades enteras, porque no hay poder alguno que pueda obligar a tales elementales, a abandonar el cuerpo de un médium, una vez que se han apoderado de él. Por consiguiente, aunque la mediumnidad parezca no producir malos efectos en una vida; siempre existe un gravísimo peligro para la persona que ha permitido a otra tomar posesión de su cuerpo, al morir. Alma: Es la quinta esencia de las experiencias adquiridas por los tres cuerpos inferiores del humano (Físico denso, físico etérico y el astral). Por lo que mediante la auto-observación y la rectitud en el obrar (Del cuerpo físico denso), se alcanza el alma consciente que nutre al Espíritu Divino. Por el discernimiento y el correcto razonar (Del cuerpo físico etérico), se obtiene el alma intelectual; que alimenta, al Espíritu de Vida. Y por la devoción y elevados sentimientos (Del cuerpo astral), se adquiere el alma emocional, que sustenta al Espíritu Humano. Esta quinta esencia es gravada en la mente; y empleada por el Ego, como sustento. Amor: Se mencionan en la mayoría de las doctrinas religiosas y trascendentes, que la causa de la creación de todos los seres fue el amor. Y por ello, únicamente mediante la completa emancipación por el amor, podrá la persona elevarse más allá de la Ley y convertirse él mismo en una Ley. Habiéndose liberado a sí mismo, conquistará entonces a todo el mundo. Por ello, el verdadero aspirante Espiritual; será dentro de lo posible, la perfecta personificación del amor, porque deberá amar a todos con un corazón puro y ferviente, no odiará y despreciará a nadie, pues en cada rostro verá el rostro del Amado, Dios, y en todo lo creado encontrará su huella. Átomo Simiente: Conjunto de cuatro átomos (Físico denso, físico etérico, astral y mental concreto), que la persona lleva de una encarnación a otra; y que son preservados tras la desintegración de los cuerpos en el Espíritu Humano (La Mente Causal), antes de comenzar una nueva reencarnación. La finalidad de tales átomos es; en cada vida, de servir de núcleo a los cuerpos, preservando dentro de sí mismos como poderes vibratorios los resultados de todas las experiencias pasadas para incorporarlas como tendencias, en los futuros cuerpos de la nueva encarnación. Auto-observación: Consiste en el empleo de los sentidos como medio de obtener informaciones correctas, respecto de los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor, viendo las cosas con claros y definidos contornos y en detalle. La auto-observación y la acción correcta generan lo que se denomina el Alma Consciente. Conciencia: Cualidad del Ego para reconocerse, cuando experimenta, percibe y valora los objetos, imágenes y sensaciones del medio ambiente, que le son transmitidas por los sentidos y el cerebro. Cuerpo Del Alma: El cuerpo del alma, es uno de los cuerpos del Ego que está compuesto de los dos éteres superiores del cuerpo físico etérico; es decir, del éter luminoso y el reflector. El cuerpo del alma se construye por medio de una vida de amor y servicio a favor de la humanidad. Tal existencia, no sólo atrae y purifica una gran parte de los éteres superiores; sino que con el tiempo, también tiene como efecto el que se produzca una división entre los éteres superiores y los éteres inferiores. Después de haberse producido tal división; el cuerpo del alma se separa, para los vuelos del alma. Espiritual: Referente al Espíritu o al Ego. Devoción: La facultad de la emoción que nos permite aspirar a elevados ideales. El cultivo de la devoción es esencial; pues subyuga los sentimientos de la naturaleza inferior y desarrolla, el Alma Emocional. Sentidos: Función del polo negativo del éter luminoso, en el cuerpo físico etérico. Información extraída e interpretada de: Principios Ocultos De La Salud, por Max Heindel, en: http://espiritualidad01.***/Principios%20Ocultos%20De%20La%20Salud%20Y%20Curacion%20(Max%20Heindel).pdf o http://www.upasika.com/docs/heindel_foss/Max%20Heindel%20-%20Principios%20de%20salud%20y%20curacion.pdf
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