¿DÓNDE TE
ENCUENTRAS EN EL SENDERO DE EVOLUCIÓN?
(El Cuerpo
de Deseos)
Todos los estudiantes de
filosofía oculta saben, o deberían saber, que la edificación del cuerpo del
alma, formado por los éteres luminoso y reflector, es la obra de mayor
importancia en este tiempo presente para fomentar la evolución del Ego. Además,
saben que los éteres que forman este vehículo son atraídos automáticamente por
el individuo mediante el servicio amable y desinteresado que se preste a los
demás.
Sabiendo bien la obra de que
se trata y cómo llevarla a cabo, de manera natural se presenta la siguiente
pregunta: ¿por qué no empieza cada uno de los estudiantes tan importantísima
obra de forma inmediata? El motivo es que, dentro de la organización del
hombre, se encuentran muchos factores en pugna, que deben ser tomados en consideración
antes de que pueda efectuarse trabajo alguno que pueda merecer la pena. El
principal de ellos es el cuerpo de deseos, denominado por otras escuelas
Astral, ese pertinaz vehículo que, en la presente etapa de evolución humana se
encuentra en continua pugna con el Yo Superior. Por lo común, el cuerpo de
deseos consta de materiales tomados de los siete divisiones del Mundo del
Deseo, por lo que a continuación pasamos a describir la presunta pertenencia a
cada una de ellas:
La Región inferior, o 1ª de ese mundo, corresponde a la Pasión y a los deseos más ruines y sensuales del ser humano, y se encuentra dominada por las fuerza desintegradora de Repulsión, hecho que permite al mundo sostenerse en unos límites generalmente razonables de moralidad. La 2ª Región es la de la impresionabilidad, bajo el dominio del siempre mudable deseo por sensaciones nuevas de todo tipo que, de ser fuertes, mejor. La Región 3ª pertenece a los anhelos personales, región dominada de manera egoísta por la fuerza de atracción hacia las cosas que no se poseen. La 4ª Región representa el sentimiento, bien se trate del sentimiento de interés o bien del de indiferencia. Esta región proporciona todo el estímulo para tomar las decisiones de actuar o no actuar. La 5ª se identifica como Región de la Vida Anímica, la cual tiene su mejor expresión en la manifestación artística. El arte es la concreción de la belleza a través de la forma, del color, del sonido, la lengua y el movimiento. La acción respecto de la forma se lleva a cabo en este mundo tridimensional por medio de la escultura y la arquitectura de todas clases. El color, por otro lado, incluye matices, tintes y sombras, los cuales se afirma que son miles. El sonido se expresa por medio de vibraciones rápidas o lentas, y ya disonantes o armoniosas. El habla, la lengua, podrá ser apacible, musical, vibrante, agradable o discordante. Y el movimiento puede demostrarse lento, rápido, gracioso, curvo, angular, ondulante, etc. La 6ª Región se corresponde con la de la Luz Anímica, y el material que se recoge en la misma viene a ponerse de relieve mediante el altruismo, que quiere decir empeño por el bienestar de los demás, el impulso de ver sentimientos de bondad en todos los seres creados y por el deseo de hacer lo justo. Y, por último, la 7ª Región se corresponde con el Poder Anímico, por lo que el material de esta región devendrá en filantropía, que significa hacer lo justo al poner el altruismo en acción, por lo que expresará el espíritu de buena voluntad para con el prójimo bajo el empeño por hacer constantemente el bien.
La Región inferior, o 1ª de ese mundo, corresponde a la Pasión y a los deseos más ruines y sensuales del ser humano, y se encuentra dominada por las fuerza desintegradora de Repulsión, hecho que permite al mundo sostenerse en unos límites generalmente razonables de moralidad. La 2ª Región es la de la impresionabilidad, bajo el dominio del siempre mudable deseo por sensaciones nuevas de todo tipo que, de ser fuertes, mejor. La Región 3ª pertenece a los anhelos personales, región dominada de manera egoísta por la fuerza de atracción hacia las cosas que no se poseen. La 4ª Región representa el sentimiento, bien se trate del sentimiento de interés o bien del de indiferencia. Esta región proporciona todo el estímulo para tomar las decisiones de actuar o no actuar. La 5ª se identifica como Región de la Vida Anímica, la cual tiene su mejor expresión en la manifestación artística. El arte es la concreción de la belleza a través de la forma, del color, del sonido, la lengua y el movimiento. La acción respecto de la forma se lleva a cabo en este mundo tridimensional por medio de la escultura y la arquitectura de todas clases. El color, por otro lado, incluye matices, tintes y sombras, los cuales se afirma que son miles. El sonido se expresa por medio de vibraciones rápidas o lentas, y ya disonantes o armoniosas. El habla, la lengua, podrá ser apacible, musical, vibrante, agradable o discordante. Y el movimiento puede demostrarse lento, rápido, gracioso, curvo, angular, ondulante, etc. La 6ª Región se corresponde con la de la Luz Anímica, y el material que se recoge en la misma viene a ponerse de relieve mediante el altruismo, que quiere decir empeño por el bienestar de los demás, el impulso de ver sentimientos de bondad en todos los seres creados y por el deseo de hacer lo justo. Y, por último, la 7ª Región se corresponde con el Poder Anímico, por lo que el material de esta región devendrá en filantropía, que significa hacer lo justo al poner el altruismo en acción, por lo que expresará el espíritu de buena voluntad para con el prójimo bajo el empeño por hacer constantemente el bien.
Por tanto, la cantidad de
material que se consigue de cada una de las siete Regiones del Mundo del Deseo
es de lo que depende el nivel que ocupa el Ego en la evolución. Un individuo
que se encuentre muy bajo en la escala del desarrollo recogerá una gran
cantidad de material de la primera región y, como consecuencia, expresará las
más ruines pasiones, sensualidad y tendencias destructivas. Persona tal es
sumamente peligrosa y una amenaza continua para los demás. Otra que se
encuentre un tanto más elevada, tomará más del material que pertenece a la
segunda región, la que se denomina de la impresionabilidad. Tal individuo se
deleitará sumamente bajo los placeres directos que le proporcionan los
sentidos. Le agradará toda sensación y, como se encuentra bastante abajo en la
escala de evolución, buscará el placer en todo lo que sea de naturaleza animal.
Estos individuos no guardan ninguna consideración hacia los demás y acaban
aburriendo muy a menudo por su carácter soez, pero casi nunca se darán cuenta
de que son fastidiosos en general y que la gente tiende a apartarse de su lado
y su presencia. En el siguiente estadio de evolución, el individuo entra en
relación con la tercera región. Se tratará de un individuo dominado por sus
deseos, deseos que serán egoístas e impulsados siempre por el anhelo de lograr
algo para sí mismo, y nunca abrigará un pensamiento para propiciar el bienestar
de los otros, e intentando utilizar a todos los que llegan a conocer en función
de sus propios intereses. Tales tipos suelen adquirir suficiente cantidad de
bienes de este mundo para dedicarse a lo que ellos mismos denominan “negocios a
gran escala”, acumulando así gran caudales, los que, sin embargo, e
invariablemente, pierden con el tiempo, muriendo por lo general en la
indigencia y solos. Aquél, cuyo estado lo relaciona con la cuarta región del
Mundo del Deseo, es dominado por sus sentimientos, ya sean éstos buenos o
malos. Se trata del “sentimental” a ultranza. Dicho individuo llevará por algún
tiempo una vida ideal, pero luego, y sin razón aparente, es probable que se
lance a las peores e insospechadas crápulas. La vida doble que lleva, por
tanto, es un enigma para los que lo conocen, y pronto pierde todas sus
amistades. Es posible que logre, por medio de la tristeza y el sufrimiento, el
dominio de los sentimientos, y, dado que ellos son los factores causantes de
toda acción, es posible que aprenda a dirigirlos de tal manera que pueda
corregir su vida, alcanzando, después de esto, un gran crecimiento espiritual.
Los que se encuentran lo suficientemente avanzados para tomar cuantioso
material de la quinta región, la de la Vida Anímica, se expresarán mediante
alguna actividad artística. Si lo tocante a la forma les agradase, se dedicarán
a la arquitectura, la escultura, etc; si fuese el color lo que les llamase la
atención, serán pintores; si el sonido, serán músicos, si el habla o lengua,
podrán dedicarse al canto o a pronunciar discursos, y si el movimiento es lo
que les gusta, es más que probable que se dediquen al baile estético o a alguna
otra forma de expresión de tal naturaleza en la que se halle implicado el
cuerpo. La siguiente etapa o estado evolutivo atrae hacia el individuo o Ego
mucho material de la sexta región, la de la Luz Anímica. Este individuo es el
que se llena de amor por su prójimo, por lo que estamos hablando acerca de un
individuo amable, gentil y considerado que emplea mucho tiempo planeando medios
a fin de levantar a los caídos, animar a los débiles y auxiliar a los
menesterosos. Muchos ministros del Evangelio pertenecen a esta clase, al igual
que muchos escritores que se empeñan en llevar a cabo determinadas reformas
positivas en la sociedad. Una etapa aún más elevada en el sendero evolutivo nos
llevará sin lugar a dudas a la región del Poder Anímico. El que logra atraer
material de esta región llega a convertirse en un verdadero filántropo. Ello
significa que ha vencido la pasión y el sensualismo, y ya no se deleita por
medio de los sentidos, sino que es alguien capaz de dirigir sus deseos y
dominar sus sentimientos. Sus impulsos e inclinaciones altruistas encuentran
expresión en actividades filantrópicas, motivo por el que se constituye en una
bendición para la raza humana en general. En el tiempo presente, el cuerpo de
deseos de la mayor parte de nosotros, más o menos, está compuesto de materiales
de cada división del Mundo del Deseo, pero, cuanto más adelantemos en el
sendero espiritual, menos atraeremos los materiales de las regiones inferiores
y más de las regiones altas. Si, precisamente, queremos saber dónde nos
encontramos personalmente en el sendero evolutivo, basta con que analicemos
nuestros deseos. Así: ¿nos dejamos llevar por impulsos de ira o llevamos
escándalos a nuestros conocidos? ¿Nos dedicamos en secreto a determinados
vicios acerca de los cuales no queremos que ni siquiera nuestros amigos
sospechen que poseemos? … porque, si es así, entonces podemos tener la
seguridad de que tenemos en nuestro cuerpo de deseos una sobreabundancia de
material atraído de la región más baja del Mundo del Deseo. ¿Que nos deleita el
placer sensual…? Estudiemos, pues, la segunda región y encontraremos que, sin
ninguna duda, vibramos en consonancia con ella. ¿Y si somos egoístas, celosos,
envidiosos e incluso avaros ? Entonces podemos estudiar la región tercera y
allí encontraremos una descripción bastante exacta de nosotros mismos. ¿Que
permitimos que nuestros sentimientos nos dominen sin preocuparnos por las
consecuencias …? Pues, si así fuese, es prueba evidente de que detentamos una abundante
cantidad de material de la cuarta región. Pero ¿y si además de amar lo bueno,
lo verdadero y lo bello, somos amables, bondadosos y considerados y servimos de
buen grado a los demás sin pensar en recompensas o galardones? En ese caso,
amigo, podremos tener la plena seguridad de que, sabiamente, hemos podido
tomar, y tomado, una buena dosis de material de las tres regiones superiores
del Mundo del Deseo y nos encontramos en el lugar adecuado.
Así las cosas, hemos de
decir que no podremos adelantar mucho en la evolución hasta que no hagamos un
completo inventario de nosotros mismos, a fin de descubrir exactamente el lugar
que ocupamos en el Sendero para, de esta manera, empezar a eliminar todos los
bajos deseos y conformar los buenos. No se trata de una tarea imposible y cada
uno de nosotros puede progresar si se empeña en verdad con ahínco. Pero, de
todas formas, tenemos que enfrentar la situación tal y como es. En ningún caso
nos valdrán ni excusas ni rodeos. Debemos buscar nuestros defectos, verlos, aceptarlos,
y, a partir de ahí, procurar eliminarlos en cada oportunidad que se nos
presente. No es la semana entrante ni siquiera el día siguiente. Es AHORA el
momento de comenzar, EL TIEMPO ES AHORA MISMO. ESTA ES LA OCASIÓN PROPICIA,
pues es el cuerpo de deseos el que nos trae todas las dificultades, dado que
nos arrastra hasta los ámbitos más bajos y oscuros de la degradación personal
y, por tanto, del alma. Sin embargo, este mismo vehículo, cuando se maneja bajo
el dominio del espíritu, se constituye en uno de los más valiosos instrumentos
para la adquisición de crecimiento espiritual. El cuerpo de deseos es el
asiento de toda acción, el que la motiva, y sin la acción el progreso resulta
de todo punto imposible. Es, precisamente, por esta razón, por la que no es
posible alcanzar crecimiento espiritual hasta que el individuo, mediante
persistentes esfuerzos, no logra desprenderse de mucho del material que
pertenece a las tres regiones inferiores del Mundo del Deseo. Una vez que esto
se ha logrado, el cuerpo de deseos se troca en dócil sirviente del Espíritu y
aprovecha cada oportunidad que se le presente para brindar el amable y
desinteresado servicio, tan indispensable para atraer material con el que se
confecciona el “dorado vestido de bodas” o cuerpo del alma. Adquiridos esta
conciencia y conocimiento, viene la comprensión de que las formas físicas
usadas vida tras vida, no son sino sencillos trajes portados por el verdadero
hombre, el Yo, con los que se manifiesta y logra experiencia en el plano físico,
y que, aparte de esto, no son de ningún otro valor.
Si el aspirante a entrar en el sendero preguntara acerca de dónde pasa el tiempo entre encarnación y encarnación y por qué es necesario volver una y otra vez a este mundo, entonces, para dicho aspirante, y otros similares, fue que se dio por los Hermanos Mayores de la Rosacruz el libro titulado “Concepto Rosacruz del cosmos”, obra grandiosa escrita y llevada a cabo por Max Heindel con la finalidad de satisfacer las imperiosas preguntas de la razón.
Si el aspirante a entrar en el sendero preguntara acerca de dónde pasa el tiempo entre encarnación y encarnación y por qué es necesario volver una y otra vez a este mundo, entonces, para dicho aspirante, y otros similares, fue que se dio por los Hermanos Mayores de la Rosacruz el libro titulado “Concepto Rosacruz del cosmos”, obra grandiosa escrita y llevada a cabo por Max Heindel con la finalidad de satisfacer las imperiosas preguntas de la razón.
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NOTA:
Este artículo ha sido escrito por Antonio Justel Rodríguez bajo el seudónimo de
Oriondepanthoseas.worpress.com
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Agradecemos al Sr. César Lillo Arellano, por este aporte
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