LA PALABRA CREADORA
por
Orión de Panthoseas
De todos los instrumentos que el
espíritu posee, la mente es el más importante, el especial en la obra de la
creación, pues si la laringe espiritualizada y perfecta hablará en el futuro la
Palabra Creadora, la mente perfeccionada decidirá lo tocante a la forma
particular y volumen de vibraciones, por lo que será sin duda factor
determinante. La Imaginación, fuerza preeminentemente de la naturaleza
femenina, será la facultad espiritualizada que dirigirá la creación.
La imaginación, por tanto, es
algo imprescindible, fundamental. Es ella quien proyecta nuestras casas,
nuestros vestidos, nuestros aviones y por completo nuestro futuro. Cualquier
perfeccionamiento, tanto en lo físico como en lo espiritual, ha de ser imaginado
previamente en cuánto posibilidad para que pueda llegar a
convertirse en un objeto real. Si el lector tiene la amabilidad de examinar el
diagrama 3, entre las funciones de los diferentes vehículos humanos y las
partes de un estereoscopio, la mente corresponde a la lente. Ella equivale al
foco mediante el cual las ideas producidas por la imaginación del espíritu se
proyectan sobre el universo material. Primeramente son sólo pensamientos-forma
(imaginaciones), pero cuando el deseo de realizar las posibilidades imaginadas
ha puesto al hombre en acción en el Mundo Físico, entonces se convierten en lo
que denominamos “realidades concretas”.
De todas formas, actualmente la
mente no se encuentra lo bastante desarrollada aún de manera que pueda permitir
dar una imagen cierta y clara de lo que el espíritu imagina., es decir, no está
debidamente enfocada, pues proporciona cuadros confusos y borrosos. De ahí las
necesidades de la experimentación, pues demostrando los defectos de la primera
concepción, conducirá a nuevas imaginaciones e ideas, y ello hasta que la
imagen producida por el espíritu en sustancia mental haya cuajado debidamente
en sustancia física.
En definitiva, sólo somos capaces
de formar en la mente imágenes que tengan relación con la Forma porque la mente
humana no se desarrolló hasta el Período Terrestre y, por tanto, se halla ahora
en su estadio primero de forma o “mineral”, por lo que en nuestras operaciones
nos encontramos limitados a las formas, a los minerales. Por ello, si bien
podemos imaginar maneras o medios de trabajar las formas minerales de los tres
reinos inferiores, apenas si podemos hacer algo o nada en los cuerpos
vivientes. Podemos ciertamente injertar un árbol con una rama viviente, o
llevar una parte viviente de un animal al hombre, pero en realidad no es con
“la vida” con lo que estamos trabajando sino con la forma únicamente. Esto debe
quedar bien grabado, indeleblemente. Crear la vida está más allá del poder del
hombre, y así será hasta que su mente no se desarrolle y se convierta en una
estructura ciertamente viviente.
En el Período de Júpiter, hasta
cierto punto, la mente se vivificará, y el hombre podrá imaginar en ese
entonces formas que vivirán y crecerán como las plantas.
En el Período de Venus, una vez que su mente haya adquirido “sentimiento”, podrá crear cosas vivientes y sensibles, además de poseer capacidad para crecer.
Y cuando obtenga la perfección, al final del Período de Vulcano, la mente podrá “imaginar” la creación de criaturas que vivirán y crecerán, sentirán y pensarán.
En el Período de Venus, una vez que su mente haya adquirido “sentimiento”, podrá crear cosas vivientes y sensibles, además de poseer capacidad para crecer.
Y cuando obtenga la perfección, al final del Período de Vulcano, la mente podrá “imaginar” la creación de criaturas que vivirán y crecerán, sentirán y pensarán.
En concordancia con lo anterior,
nuestra humanidad actual tendrá a su cargo la oleada de vida que comenzó su
evolución en el Período Terrestre, la que justamente anima ahora a los
minerales. En este momento estamos trabajando con ellos por medio de la
imaginación y dándoles forma, haciendo con ellos barcos, puentes,
ferrocarriles, casas, ordenadores y aviones, además de vehículos espaciales y
otros sueños imaginarios.
Ya, en el Período de Júpiter, guiaremos la evolución del reino vegetal, porque lo que, encontrándose ahora en estado mineral, para entonces tendrá una existencia análoga a la de las plantas: Lo haremos de igual modo a como lo hacen en el presente con las plantas los Ángeles. Nuestra mente se habrá desarrollado de tal manera que no sólo tendremos capacidad para imaginar formas, sino que seremos capaces de animarlas dándoles vitalidad.
Ya, en el Período de Júpiter, guiaremos la evolución del reino vegetal, porque lo que, encontrándose ahora en estado mineral, para entonces tendrá una existencia análoga a la de las plantas: Lo haremos de igual modo a como lo hacen en el presente con las plantas los Ángeles. Nuestra mente se habrá desarrollado de tal manera que no sólo tendremos capacidad para imaginar formas, sino que seremos capaces de animarlas dándoles vitalidad.
En el Período de Venus, los
minerales de hoy habrán avanzado un paso más, por lo que deberemos dirigir a
los animales de ese tiempo, tal a como lo hacen hoy los Arcángeles con los
animales presentes, dándoles vitalidad y formas sensibles.
Y ya, en el Período de Vulcano, nuestro privilegio consistirá en proporcionarles una mente germinal, como los Señores de la Mente lo hicieron con nosotros en la Época Atlante. Los minerales de hoy serán la humanidad de dicho período, y nosotros habremos pasado a través de estados análogos a los recorridos por los Ángeles y los Arcángeles y avanzado un poco más, pues alcanzaremos un punto evolutivo superior al de los presentes Señores de la Mente, pues nunca tiene lugar una reproducción exacta en parte alguna, y sí en cambio un perfeccionamiento progresivo debido a los trazos hacia arriba y hacia adelante de la espiral.
Y ya, en el Período de Vulcano, nuestro privilegio consistirá en proporcionarles una mente germinal, como los Señores de la Mente lo hicieron con nosotros en la Época Atlante. Los minerales de hoy serán la humanidad de dicho período, y nosotros habremos pasado a través de estados análogos a los recorridos por los Ángeles y los Arcángeles y avanzado un poco más, pues alcanzaremos un punto evolutivo superior al de los presentes Señores de la Mente, pues nunca tiene lugar una reproducción exacta en parte alguna, y sí en cambio un perfeccionamiento progresivo debido a los trazos hacia arriba y hacia adelante de la espiral.
El Espíritu Divino absorberá al
Espíritu Humano al finalizar el Período de Júpiter, al Espíritu de Vida a la
conclusión del Período de Venus, y a la Mente perfeccionada – encerrando todo
lo adquirido a lo largo de los siete períodos, a la finalización del Período de
Vulcano.
Posteriormente surgirá un largo intervalo de actividad subjetiva,
durante el cual los espíritus virginales absorberán todos los frutos del
Período Septenario de Manifestación habido. Pasado este intervalo se sumergirán
en Dios – de quien vinieron – para re-emerger al alborear otro Gran Día, como
otros de sus Gloriosos Colaboradores, pues durante la pasada evolución sus
posibilidades latentes habrán sido transmutadas en poderes dinámicos, y habrán
adquirido no sólo Poder de Alma sino Mente Creadora como fruto de su
peregrinaje a través de la materia. Por tanto, habrán avanzado desde la
impotencia a la omnipotencia y de la nesciencia a la omnisciencia.
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Agradecemos al Sr. César Lillo Arellano, por este aporte.
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