EL CRISTO EUCARÍSTICO
CÓMO
SE PRODUCE
(Diálogo)
(Diálogo)
por
Orión de Panthoseas
“… los grandiosos Ángeles del Destino, que son los que dan a cada
nación e individuo la religión más apropiada de acuerdo con sus necesidades de
desenvolvimiento espiritual, han sido quienes nos situaron a nosotros en tierra
“cristiana” porque por medio de esta religión podremos ser ayudados mejor en
nuestro desarrollo del alma. Aún admitiendo que el cristianismo ha sido muy
oscurecido por el credo y el dogma de la Iglesia Católica, en modo alguno
debemos permitir que ello nos impida la aceptación de aquellas enseñanzas que
son en sí buenas o útiles porque otra cosa sería un despropósito, pues
imaginémonos que situáramos nuestra atención sobre las manchas del sol
rehusando ver su luz gloriosa.”
- ¿Entonces eso quiere decir que debemos ir a la iglesia…?
- Al menos sí es aconsejable; pero razonemos por qué.
- Ya te he oído, ya. Aunque me parece como duplicar las cosas,
¿no?
- No. Ten en cuenta que hay dos clases de hombres en este sentido:
por un lado, los que viven en base a la fe y, por tanto, creen lo que se les
dice porque eso les basta; y, por otro, los que no creemos si no comprendemos
lo que se pretende que creamos.
Pero, como durante siglos la iglesia ha dominado en la sociedad y no ha permitido más enseñanza religiosa que la suya – que había olvidado la parte oculta – y, consecuentemente, todo el mundo se ha visto obligado a “creer”, hay hoy muchas personas teóricamente cristianas, pero que no acaban de ver las cosas claras, precisamente porque pertenecen al grupo de los que necesitan comprender para regir sus vidas por lo que se les dice sin más. Y esas personas hacen preguntas y la iglesia no sabe responderlas y, a esas preguntas, contesta con el dogma. De modo que esa hambre del alma que las atormenta y esa intransigencia de la iglesia – o crees lo que te digo sin razonártelo o te condenas por toda la eternidad – hace que se vayan alejando de ella y queden, así, privadas de la parte positiva, que es mucha, que la iglesia, no obstante, ha conservado.
Pero, como durante siglos la iglesia ha dominado en la sociedad y no ha permitido más enseñanza religiosa que la suya – que había olvidado la parte oculta – y, consecuentemente, todo el mundo se ha visto obligado a “creer”, hay hoy muchas personas teóricamente cristianas, pero que no acaban de ver las cosas claras, precisamente porque pertenecen al grupo de los que necesitan comprender para regir sus vidas por lo que se les dice sin más. Y esas personas hacen preguntas y la iglesia no sabe responderlas y, a esas preguntas, contesta con el dogma. De modo que esa hambre del alma que las atormenta y esa intransigencia de la iglesia – o crees lo que te digo sin razonártelo o te condenas por toda la eternidad – hace que se vayan alejando de ella y queden, así, privadas de la parte positiva, que es mucha, que la iglesia, no obstante, ha conservado.
- ¿Qué iglesia? ¿La católica?
- Todas las iglesias cristianas, es decir, las que siguen a
Cristo, pero especialmente la católica. Max Heindel afirma que “las iglesias
protestantes se llevaron lo peor y dejaron lo mejor.”
Me referiré, pues, al momento culminante del Sacramento de la
Eucaristía con su punto culminante: La Consagración, respecto de la cual, todo
lo anterior en la misa no habrá sido sino mera preparación para llegar a ella.
- ¿La Consagración, dices? ¿En qué consiste, realmente?
- En ella, la fórmula de poder son las siguientes palabras “esto
es mi cuerpo” y “este es el cáliz de mi sangre”. Pero antes de pronunciar la
primera, en el Sanctus, los fieles y el sacerdote dicen: “Bendito el que viene
en nombre del Señor”. Y ésa es la fórmula de poder para evocar al Ángel de la
Presencia.
- ¿Quién es el Ángel de la Presencia?
- Realmente no es un ángel; no es un ser vivo. Es una forma
mental, reproducción del mismo Cristo, que Él envía cada vez que se produce una
Consagración y con cuya ayuda tiene lugar ésta. Al aparecer el Ángel de la
Presencia, le acompañan huestes enteras de una clase especial de ángeles que se
llaman contemplativos y que acuden para bañarse en la luz radiante que de la
Hostia emana, engendrando a su vez gran cantidad de energía con su devoción.
Cuando el sacerdote pronuncia la primera fórmula de poder, se produce la
Transubstanciación del Pan, que es el acontecimiento más impresionante que se
puede uno imaginar.
- ¿En qué consiste?
- Para explicártelo voy a dar un rodeo necesario.- De acuerdo.
- Cada átomo de materia física está permanentemente ligado por una
especie de finísimo hilo con su sustancia correspondiente del mundo astral, y
cada uno de los átomos de ésta, con la correspondiente sustancia del mundo
mental, y así sucesivamente, hasta llegar al mismo Dios. De modo que puede
decirse que todo átomo participa de la misma vida de Dios. Pero la cosa se
complica más: Cada cuerpo simple de este plano físico, en el mundo astral
resulta ser un cuerpo compuesto. Y cada cuerpo simple astral es, a su vez, en
el mundo mental otro compuesto. Puedes imaginar, pues, la complicación que ello
supone. Pero, curiosamente, si un cuerpo físico compuesto está formado por dos
cuerpos simples, cada uno de los átomos de esos cuerpos simples, aunque estén
formando parte de otra sustancia, sigue conectado, a través de su hilo
particular, con el mismo Dios. ¿Lo entiendes?
- No estoy muy seguro.
- Te lo expondré con un ejemplo. Imagina una molécula de sal
común. Como tú sabes, la molécula de sal común está compuesta de una molécula
de cloro y otra de sodio. Pues bien, a pesar de estar ambas formando la sal,
cada uno de los átomos de la molécula de cloro, seguirá tan unido a Dios a
través de su hilo, como lo estaba cuando aún no se había unido al sodio para
formar la sal. Y a cada átomo de la molécula de sodio le ocurre lo mismo.
- Ya lo he comprendido. Y es admirable y hace fácil comprender eso
de que, en el fondo, todos somos partes de Dios o de que en Él vivimos, nos
movemos y tenemos nuestro ser.
- Pues bien. En el momento de la transubstanciación lo que ocurre
es que el Ángel de la Presencia retira los hilos correspondientes a cada uno de
los átomos de todas las sustancias que componen la Hostia y los sustituye por
un rayo brillante como el sol que desciende de lo más alto conteniendo la vida
misma de Cristo. Por tanto, la apariencia del pan, lo que la iglesia llama los
“accidentes”, será la misma que antes. Pero la “sustancia” ya no, la sustancia
será completamente otra.
- Ahora comprendo la célebre Transubstanciación. ¿Y con el vino
ocurre lo mismo?
- Exactamente lo mismo, justo al hacer el sacerdote la segunda
cruz y pronunciar la segunda fórmula de poder, si bien los fenómenos ocultos
son distintos en cada caso.
- ¿Distintos…? ¿En qué sentido?
- En el momento de la Transubstanciación, la Hostia refulge como
un sol, y cuando el sacerdote la eleva para que los fieles la adoren, surgen de
ella tres clases de energía diferentes.
- ¿Es posible?
- Sí. La primera, blanco y oro deslumbrante, se expande en todas
direcciones, llegando a todos los puntos del templo y, atravesando sus paredes,
se expande por los alrededores del templo hasta una considerable distancia, de
lo cual se deduce lo conveniente que es vivir cerca de una iglesia. Esta
energía produce un estímulo muy fuerte en el Espíritu Humano o Mente Abstracta,
incrementando la intuición. El efecto de estaenergía en los fieles es
proporcional a su desenvolvimiento espiritual, aunque el Yo Superior recibe
siempre una gran ayuda que, en su adormecimiento en la mayor parte de los
casos, no sabe discernir. También el cuerpo de Deseos, o Astral, en sus más
elevados estratos queda intensamente influenciado. Y ocurre que quienes caminan
o trabajan a cierta distancia del templo, repentinamente experimentan un
estremecimiento de afecto o de devoción al pasar por ese lugar la oleada amor y
de paz espiritual. Y nunca relacionarán ese sentimiento con la misa que se está
celebrando en el templo próximo. Con ello, cada pueblo, cada parroquia, recibe,
por lo menos una vez al día, esa efusión de energía que fomenta el adelanto de
que cada uno es capaz.
que cada uno es capaz.
- ¿Y la segunda energía?
- La segunda, es como las llamas de la corona solar y, así como la
anterior se derrama sobre todos los concurrentes, sin distinguir su estado de
ánimo ni su evolución, esta segunda es selectiva, o sea, que sólo se actualiza
en los devotos. Sale de la Hostia como una serie de rayos y se dirige a cada
uno de los asistentes que están experimentando un sentimiento de devoción. Al
recibir el rayo, el cuerpo de Deseos del destinatario refulge intensamente, transmitiendo
su vibración al Espíritu Humano.
- ¡Qué maravilla!- Como ves, el pan se ha convertido en el
vehículo de Cristo, en una avanzadilla de Su conciencia.
- Exacto. ¿Y cómo es la tercera energía?
- La tercera, a diferencia de las dos anteriores, que manan
ininterrumpidamente sin intervención de nadie, es la que los ángeles han de
distribuir y se ve como un arroyo de fuego líquido, como de polvo de oro o de
estrellas. Pero es limitada en su cantidad.
- Es maravilloso.
- Pues añade a todo esto que todos los puntos especiales como el
ara y las paredes, así como los utensilios consagrados tales como el cáliz, la
patena, la cruz, los cirios, etc., brillan, a su vez, e intercambian sus rayos
componiendo un festival de energía luminosa de todos los colores. Y ello con la
particularidad de que, así como la energía física se desgasta y termina por
agotarse, la energía de los planos superiores se multiplica a sí misma al
relacionarse con otra. De modo que todo el templo acaba siendo un mundo de luz,
de devoción y amor. Bien entendido que la luz y los colores no son en sí la
energía, sino sus ropajes, pues la energía es tan invisible en los planos
superiores como en este mundo. Y que si la misa la celebra el obispo, entran en
el juego de luces el anillo, el pectoral con sus siete joyas y el báculo con
sus otras siete, todos emanando la energía y luz de los distintos rayos.
- ¿Y qué pasa con el vino al ser consagrado?
- Con el vino se produce la Transubstanciación del modo descrito,
pero el rayo que desciende no es de blanco y oro deslumbrante como antes, sino
que se parece a una espada de color carmesí intenso. Esta energía se derrama
entre los asistentes. Pero es una energía más cercana al hombre medio, pues las
vibraciones del vino pertenecen al astral superior y las del agua son
vibraciones etéricas. La energía de la Hostia procede de la mónada y afecta a
lo que en nosotros representa fortaleza, exactitud y ritmo, mientras que la del
cáliz es más propia del Ego, del Triple Espíritu. Las dos nos son necesarias y cuando,
como en la misa, actúan de consuno, estimulan todo bien y hacen desaparecer
todo mal.
- ¡Cuánto he aprendido con todo esto, qué maravilloso es!
- Hay una cosa que conviene tener en cuenta y que la ignorancia ha
hecho que se olvide.
- ¿De qué se trata?
- Todo el plan de la Eucaristía está previsto de modo que se
sincronice con las corrientes magnéticas solares.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Que entre el Sol y la Tierra hay un flujo y reflujo permanente
de corriente magnética. De medianoche a mediodía circula del sol hacia la
Tierra; y desde mediodía hasta medianoche, de la Tierra al Sol. La Eucaristía
ha de aprovechar la corriente del Sol hacia la Tierra. Por tanto, si se celebra
pasado el mediodía, no tiene lugar la Transubstanciación. Será un acto devocional,
pero no la Eucaristía. Deberá, por lo menos, haber comenzado el acto antes de
mediodía porque, recién comenzado el reflujo hacia el Sol, aún no es lo
suficientemente fuerte para anular la energía que evoca la misa. Y, por tanto,
las formas consagradas después de mediodía no quedan debidamente consagradas.
- Pues eso no se está poniendo en práctica.
- Es, como te he dicho, otra de las consecuencias de haber perdido
el verdadero conocimiento, o esotérico, la iglesia. Y aún te diré otra cosa,
también muy discutida.
- ¿Cuál es?
- Que la Eucaristía está concebida y estructurada para que sea
ministrada por un organismo masculino. Por eso la ordenación de mujeres
sacerdotes, si bien no tendría nada de particular en cualquier otro aspecto, no
sería lo mismo en cuanto a la Eucaristía, ya que el cuerpo de la mujer tiene
otra configuración interna distinta de la del hombre. Me refiero, claro, a la
relación de fuerzas en los distintos vehículos.
- ¿Pero cuál es esa correlación? ¿Podrías profundizar un poco en
ello?
- Sí, claro. Verás: Empezando por los vehículos más densos, y
siguiendo hacia los superiores, lo que ocurre es que el Cuerpo Físico es
positivo en el hombre y negativo en la mujer y por eso el hombre posee más
fuerza; pero, el Cuerpo Etérico es positivo en la mujer y negativo en el
hombre, por lo que aquélla posee más resistencia, soporta mejor el dolor y vive
más tiempo; el siguiente vehículo, el Cuerpo de Deseos, o astral, es positivo
en el hombre y negativo en la mujer y, por eso, los deseos son más acuciantes e
intensos en aquél; el siguiente Cuerpo, el Mental Concreto o Mente, es positivo
en la mujer y negativo en el hombre, lo que produce que la mujer sea más
“práctica”, más observadora y tenga “los pies más asentados en el suelo”; el
siguiente, es el Mental Abstracto o Espíritu Humano, que es positivo en el
hombre y negativo en la mujer, por lo que al primero se le dan mejor las
matemáticas, la filosofía y las grandes concepciones abstractas; el siguiente
Cuerpo es el Espíritu de Vida, positivo en la mujer y negativo en el hombre, lo
que hace posible la proverbial intuición femenina; y, el último, el Espíritu
Divino, es positivo en el hombre y negativo en la mujer y, por ello, aquél
tiene una voluntad más fuerte y activa.
- Es asombroso, y lo explica todo.
- Claro. Como te he dicho, el Espíritu es bisexual pero, según
encarne como hombre o como mujer, expresa el lado positivo o negativo, según
proceda, de cada uno de sus vehículos. Y la Eucaristía, como te he dicho
también, está concebida para la relación de fuerzas que se da en la expresión
que llamamos hombre. Esa es la razón oculta de la no conveniencia de la
ordenación de mujeres, y que la iglesia tampoco la está explicando porque
actualmente la ignora.
- Pues también es muy interesante conocer esto.
- Concluida la consagración, las energías primera y segunda están
en plena actividad, mientras que la tercera se acumula hasta que llena el
edificio todo y se transmuta o materializa en las manos del Ángel de la
Presencia. El Pan y el Vino se han convertido en las joyas más valiosas del
mundo, un regalo impensable y directo de Dios. El divino Ángel, que no es sino
una prolongación de la conciencia del mismo Cristo, recibe, como respuesta,
todos los sentimientos y pensamientos de gratitud, de devoción y de amor de los
fieles, los modifica un tanto para acondicionarlos y, cuando se retira con una
luminosa sonrisa, los deposita a los pies de SuSeñor. De ese modo contribuimos
a llenar el depósito del que luego los sacerdotes harán uso al administrar los
Sacramentos o a través de los distintos servicios religiosos.
- Veo que, prácticamente, la misa nos relaciona con Cristo, la
Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Pero, ¿qué pasa con las otras
Personas?
- Es una buena pregunta. Siempre son necesarias la sabiduría para
concebir, la fortaleza para realizar y la belleza para adornar. Y en todas las
religiones participan las tres. Lo que ocurre es que, según lo que en cada caso
y pueblo se ha creído conveniente, la religión que se les ha dado destaca uno de
los tres aspectos de la Deidad. Y así, por ejemplo, el aspecto saivita del
hinduismo, la religión de Jehová y la de Mahoma rinden culto a la Primera
Persona, al Padre, al aspecto fortaleza; las religiones con cultos femeninos
como las de Isis, Astarté, Venus, Vesta y Palas Atenea se enfocan en la Tercera
Persona, o sea en el aspecto Belleza; mientras que la tendencia vaishnita del
hinduismo, la religión de Mitra y el Cristianismo tributan su culto a la
Segunda Persona, al Logos, al Verbo, a Cristo, o sea, al aspecto
amor-sabiduría.
- Comprendo. En eso se ve la mano de Dios tratando de ayudar a cada pueblo según lo necesita.
- Exacto. Quisiera decirte algo también muy interesante. Lógicamente la fórmula para la consagración del Pan y el Vino que, como has visto, es muy simple, ha de pronunciarse con consciencia de lo que se está haciendo. Pues bien, nunca, en ninguna investigación clarividente, se ha encontrado que ningún sacerdote haya dejado de estar consciente y concentrado al pronunciarla. Pueden haber estado distraídos durante el resto de la misa o actuando mecánicamente o, incluso, sin ser conscientes de lo que hacían o no creyendo en ello; pero, al llegar ese momento todos, todos sin excepción, se han concentrado y han pronunciado las fórmulas de poder debidamente. Y eso quiere decir que ese enlace directo con Cristo que desarrollaron con la ordenación, actúa en los momentos en que es necesario por razones de servicio.
- Es verdaderamente impresionante.
- Llegamos al momento en que, rezado el Padrenuestro, la más
maravillosa de las oraciones, recomendada por el mismo Cristo y que ahora no
podemos desentrañar y, tras comulgar el sacerdote bajo las dos especies, son
los fieles los que tienen acceso a recibir la Sagrada Forma.
- ¿Y qué ocurre entonces?
- El que comulga atrae hacia sí la línea del viviente fuego divino
que está emanando directamente de Cristo. Con él recibe estímulo y fortaleza y
experimenta un cambio que conviene pormenorizar.
- ¿Qué cambio?
- La energía altísima que recibe y que conmueve todos sus
vehículos, desde los más elevados hasta el mismo cuerpo físico, produce en
todos ellos una elevación de vibración. Desgraciadamente, la densidad de los
más inferiores hace que esa vibración no dure mucho y que, con mayor o menor
celeridad, descienda a la tasa habitual. Pero no es exactamente así si se
comulga con frecuencia pues, en ese caso, la elevación es lenta, quizás
lentísima, pero permanente y cada uno de sus vehículos se va convirtiendo en un
centro de difusión de energía divina, que va influyendo en su entorno de modo
constante y haciendo que vaya mejorando en todos los sentidos. La cantidad y
calidad de energía que cada uno recibe al comulgar depende de su propia
evolución y de la disposición en que se acerque al Sacramento, pues eso marca
la que es capaz de asimilar. En todo caso, cualquiera que sea su grado de
adelanto, todos experimentan una aceleración en su propia evolución. Recuerda
que Teresa Neumann y el Padre Pío, por ejemplo, acabaron alimentándose cada
día, exclusivamente con la Eucaristía. Hasta el punto de que su aparatos
digestivo y excretor se atrofiaron.
A cada comulgante le sigue siempre algún ángel que revolotea bañándose en esas vibraciones que, por su elevación, no pueden alcanzar de modo normal. Y ello contribuye a aumentar aún el aura de paz y devoción que rodea a cada comulgante, lo perciba él o no, lo cual dependerá de su propia evolución.
A cada comulgante le sigue siempre algún ángel que revolotea bañándose en esas vibraciones que, por su elevación, no pueden alcanzar de modo normal. Y ello contribuye a aumentar aún el aura de paz y devoción que rodea a cada comulgante, lo perciba él o no, lo cual dependerá de su propia evolución.
- ¿Y qué ocurre luego en la iglesia?
- El sacerdote pronuncia las palabras de despedida que se
interpretan mal.
- ¿Por qué?
- Porque ordinariamente se cree que van dirigidas a los fieles y
no es así. Van dirigidas a las huestes angélicas y es la orden de que se pongan
en camino para transportar la energía que cada uno de sus miembros ha recibido,
hasta entregarla a su destinatario. Esa frase de despedida, “Idos, la misa ha
terminado”, produce un revoloteo irisado y, rápidamente, todos los ángeles
mensajeros desaparecen. Entonces el Ángel de la Eucaristía deshace el edificio
para que toda la devoción y el amor en su construcción empleados se derramen
por el mundo junto la energía generada por la última bendición.
- Una última pregunta, por favor.
- Adelante.
- ¿Produce la Comunión los mismos efectos que la meditación?
- No. Son esencialmente cosas distintas. La energía de la Eucaristía
armoniza y fortalece, como te he dicho, los distintos vehículos de quienes la
reciben. En cambio, mediante la meditación, y me estoy refiriendo al meditador
altruista, uno mismo, con su propio esfuerzo, va desarrollandolas
potencialidades de sus vehículos superiores para servir de auxilio al prójimo.
- ¿Y qué es preferible o más aconsejable?
- Corresponden a las dos clases de hombres que tradicionalmente ha
habido y, a lo largo de la Historia, han alternado su colaboración o su
incompatibilidad: Los llamados “Hijos de Set” o “Hijos del Hombre”, que han
evolucionado por el lado de la devoción y la fe, desarrollando una polaridad
del espíritu, la del corazón; y los llamados “Hijos de la Viuda” o “Hijos de
Caín”, que han carecido de fe y han buscado por sí mismos la verdad
desarrollando, consecuentemente, las facultades de la otra polaridad de
Espíritu, la del intelecto.
¿Entonces cuál es la mejor?
- Ninguna de las dos es perfecta. El que desarrolló el corazón
tendrá que recorrer de nuevo el sendero de múltiples existencias para
desarrollar la inteligencia. Y el que desarrolló la mente, habrá de hacer lo
propio hasta que desarrolle el corazón. Lo ideal, por tanto, es desarrollar
ambas polaridades a la vez: Ser devoto, amar al prójimo desinteresadamente y actuar
de modo inteligente y no llevado sólo por la emoción. Esta es la actitud que
pretendió Cristo para Sus seguidores, puesto que les exhortaba a amar al
prójimo para desarrollar el corazón, pero también les explicaba “en privado”
los misterios divinos para fomentar el conocimiento y, con él, el intelecto,
doctrina que, además, les expuso, primero, en privado a Sus discípulos durante
su vida pública y luego, desde la Resurrección hasta la Ascensión, que fue
cuando estableció la esencia de los Sacramentos e inició a una serie de
primeros cristianos. Esos son, sin embargo, los conocimientos que,
desgraciadamente, hubo que ocultar a causa de la conversión de la religión
cristiana en la oficial del Imperio Romano y del consiguiente sometimiento de
la iglesia al poder político. La iglesia, ya sometida, se desvió, lógicamente,
a lo que a éste le convenía: Fe ciega, fanática, sin ningún elemento racional
ni ninguna explicación inteligible.
Es llegado el momento de que esos conocimientos salgan a la luz e
iluminen a todos.
Con relación a tu pregunta concreta sobre la Eucaristía y la meditación, si piensas un poco, obtendrás la respuesta por ti mismo.
Con relación a tu pregunta concreta sobre la Eucaristía y la meditación, si piensas un poco, obtendrás la respuesta por ti mismo.
- ¿Cómo? No veo cómo.
- Tú sabes que la meditación es algo antiquísimo y que se
practicaba en el Lejano Oriente y en el Antiguo Egipto y en Mesopotamia y, en
general, en todos los pueblos con una religión digna de tal nombre, y ello
muchos siglos y aún milenios antes de Cristo, ¿no?
- Sí.
- Entonces, si la Eucaristía no fuera infinitamente más
conveniente y más efectiva, Cristo hubiera dejado la meditación como único
medio de adelanto. La Eucaristía es algo nuevo, algo incluso inconcebible en la
antigüedad. Es un descenso de Dios al hombre, es una electrocución espiritual a
lo que nada existente antes ni nada creado después se puedecomparar. Lo que
ocurre es que hay hombres que no quieren seguir el sendero religioso y esos
disponen, para su evolución, de la magnífica herramienta que es la meditación.
Lo lógico, sin embargo, lo racional y lo más aconsejable, es seguir simultáneamente
las dos vías, utilizar las dos herramientas y obtener una evolución equilibrada
y armónica, como quiso el propio Cristo. La doctrina de esta postura, en cuanto
al sendero hacia el hombre ideal, puede muy bien resumirse en esta frase: “Una mente pura, un corazón tierno y un
cuerpo sano”.
♥♥♥♥♥
Milagros Eucarísticos
Duración= 0:16:02 horas
Agradecemos al Sr. César Lillo Arellano, por este aporte.
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