Perseguir dos liebres
Un practicante de artes marciales se presentó a su sensei y le dijo: “Quiero dedicar más tiempo al aprendizaje de las técnicas marciales. He pensado en estudiar también con otro maestro para complementar mis estudios aquí y aprender otro estilo. ¿Qué opina de esto, sensei?”.
Después de escuchar al practicante, el sensei respondió: “La concentración lo es todo. Un cazador que persigue a dos liebres al mismo tiempo, probablemente no pueda cazar a ninguna de ellas”.
En el ámbito espiritual se habla del “camino del picaflor” para referirse a los buscadores que vuelan de flor en flor, de escuela en escuela, de maestro en maestro, tratando de abarcarlas todas y no deteniéndose en ninguna de ellas. Estos “picaflores” (colibríes) representan la inconstancia, la búsqueda de novedades, la curiosidad y la falta de compromiso.
¿Es mala esta actitud? En verdad, es totalmente normal que ocurra al principio, pero cuando pasan los años y el estudiante sigue buscando incesantemente “algo distinto” sin atreverse a traspasar el umbral, es lógico pensar que la búsqueda espiritual es más una inquietud intelectual que otra cosa.
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