¿Ser buenos o ser conscientes?
“El que no junta desparrama” (Lucas 11:23)
Hace pocos días atrás, dialogaba con una Hermana sobre la crisis mundial y ella me aseguraba que –aunque la situación es bastante alarmante– hay “mucha gente buena en el mundo”.
Esto es verdad: en nuestro planeta hay mucha gente “buena”. Sin embargo, para que la humanidad encuentre su propósito y pueda construir una sociedad con parámetros trascendentes se necesitan seres humanos que –además de buenos– sean conscientes.
Una persona “buena” que no hace el bien no es tan “buena”, porque la pasividad y la apatía son las herramientas más efectivas de las potencias tenebrosas. En verdad, toda acción (o inacción) que coopere en la perpetuación de este modelo insano debe ser considerada como un freno y un estorbo para la transformación humana.
Edmund Burke dijo una vez: “Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”. Aquellos que guardan silencio ante la iniquidad, prefiriendo mantenerse neutrales ante el avance de la corrupción y el desastre ambiental son cómplices de las fuerzas destructivas, aunque en su vida cotidiana mantengan una fachada de bondad y una actitud santurrona.
El mayor peligro de la “bondad” es que ésta fácilmente se convierta en mera conformidad y que acepte como “normales” cosas que no lo son. Los prisioneros del relato platónico de la caverna no parecen ser malos, pero su inacción e inconsciencia son las que mantienen el “statu quo”, avalando con su tibieza el poder de los amos de la caverna.
Conozco muchas personas “buenas”, que paradójicamente son racistas, homofóbicas, nacionalistas o contaminadoras del medio ambiente, contradiciendo con sus acciones inconscientes la ley más importante: la Fraternidad Universal, que ha sido enunciada por los antiguos como “Todos somos Uno”.
Para la gestación de una nueva humanidad, necesitamos agentes transformadores del mundo: personas buenas y conscientes, practicantes de la recta acción, con sus esfuerzos vitales alineados a lo Bueno, lo Bello, lo Justo y lo Verdadero.
Esta sociedad mejor nacerá solamente a través de la acción consciente, desinteresada y amorosa de los hombres despiertos del nuevo tiempo.
Allá vamos… hacia un mundo nuevo y mejor, gestado con Acción, Conciencia y Amor.
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