A QUIEN PUEDA INTERESAR:
En vista del alto índice que ha alcanzado la delincuencia, tengo
el agrado de presentarle, lo que considero ÉL MÁS IMPORTANTE
MÉTODO PARA REDUCIR LA DELINCUENCIA.
Este método quizás pueda parecer descabellado o extraterrestre
a muchas personas, pero no es difícil de aceptar el hecho de que
para que el hombre ejecute una acción determinada, debe primero pensarla,
es decir, el pensamiento está antes que la acción. Lógicamente, si
modificamos la forma de pensar de una persona, podemos cambiar sus
acciones, y de esta manera, su vida misma en la comunidad.
La mayoría de los métodos empleados para combatir la delincuencia,
van dirigidos al efecto y no a la causa, y casi siempre violentos,
ocasionando pérdidas de muchas vidas humanas, que pueden ser
útiles a la sociedad. Este método, al contrario, recobra y reconstruye las
vidas de los delincuentes.
Ahora bien, ¿cómo podemos lograr cambiar la mente de un
delincuente? “Transformas por la renovación de vuestro entendimiento”
dice la Biblia, y esto no es pura ilusión; una prueba de ello, es que no
encontramos delincuentes en los verdaderos cristianos que viven día a
día las enseñanzas de la Biblia, aunque por ello, no son perfectos.
Se cuenta que en una ocasión, Beethoven caminaba por una
calle de su ciudad natal, en Alemania, y al escuchar unos lamentos muy
agudos, entró a la casa, y se encontró a la familia que lloraba
desconsoladamente al padre; sin pensarlo dos veces, tomó su violín y
empezó a ejecutar un trozo de una pieza con tonos alegres, cambiando
el estado de ánimo de todos en unos minutos, a un estado de casi alegre.
“También en los Estados Unidos, una ciudad fué transformada de
tal forma por la música clásica, que se hizo necesario reducir la fuerza
pública a un puñado de hombres.
Está probado científicamente, el efecto benéfico de la música
clásica o de concierto a los bebés durante los meses de desarrollo en
el vientre de la madre, y aún después de nacidos. Podemos también
agregar, el efecto sumamente positivo en experimentos con animales y
plantas de cualquier tipo.
Toda música consta de tres atributos, que son, Melodía, Armonía
y Ritmo, pero este último no está casi marcado en la música
clásica. En cambio, en la música popular ocurre exactamente lo opuesto:
casi no están marcados la melodía y armonía, y sobresale el ritmo
con su sonido de golpeo.
El ser humano, es básicamente afectado por “la repetición”,
quiera o no quiera. Es decir, que si nos ponen una música, aunque no
nos guste, y nos la repiten continuamente, terminaremos tarareándola,
sin darnos cuenta.
Tomando estos hechos como base, podemos pues sugerir
un experimento, el cual no tiene nada de costoso: “Sometamos a un
grupo de los peores delincuentes, a una terapia de música clásica continua,
durante dos o tres meses, y luego háganles una evaluación psicológica
para ver en qué porcentaje habrían cambiado de forma de pensar
y por ende, su forma de actuar”. Se podría empezar con música
instrumental los primeros días, para no hacerlo muy de golpe.
Este método puede aplicarse a las personas que tienen problemas
mentales y también aquellos que están en rehabilitación por
drogadicción.
Si este experimento resultara positivo, entonces ya tendríamos
mucha tela por donde cortar. Entonces yo sugeriría que se obligue
a escuchar música clásica a los delincuentes presos en todas las cárceles.
Al principio, se encontrarán en el mismo infierno, debido al choque
con su naturaleza ordinaria, pero a medida que la vayan escuchando
mejoraran su comportamiento.
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468 - JOYAS ESPIRITUALES - - 06/01 - - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY
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