DEJA QUE
TU LUZ BRILLE
“No tiene valor alguno la investigación de la verdad, o conocerla una vez
encontrada, a menos que la pongamos en práctica en nuestra vida diaria –y
esto no es consecuencia de que lo haríamos solamente por el hecho de haberla
encontrado”.
Los miembros de la Fraternidad, así como otros aspirantes espirituales,
frecuentemente olvidan la importante verdad contenida en la máxima oculta
anterior. Casi siempre pierden mucho tiempo preocupándose por los “resultados”
debido a que no han obtenido todavía la habilidad para ver espiritualmente,
para funcionar conscientemente en los planos invisibles, etc., etc., olvidando
también que el progreso actual espiritual involucra el cambio de la naturaleza
desarrollando los rasgos del carácter que nos asemeja cada vez más a Cristo.
Esto es dificultoso porque la personalidad es de tal manera asentada que se
requieren esfuerzos repetidos para cambiar las actitudes mentales y sentimientos
de uno antes de que se noten los resultados. Poner los principios espirituales
“en la práctica diaria de nuestras vidas” significa cambiar la naturaleza interna
de modo tal que nos volvamos tolerantes y bondadosos bajo cualquier circunstancia.
El Sr. Heindel señala además “que es una obligación para el que encuentra
la verdad utilizarla en el servicio de la humanidad, tanto para su resguardo
propio a fin de estar seguro de que soportará la gran prueba, como para dar a
los demás una oportunidad para compartir el tesoro que él encuentra de utilidad”.
Por consiguiente, es muy importante que sigamos el mandamiento de
Cristo: “Permite que tu luz brille”.
Esto significa definitivamente que debemos usar nuestro talento y habilidad
en las oportunidades que sean posibles para servir a nuestros semejantes.
A través del entrenamiento que comprende el servicio a la humanidad llegamos
a ser “juiciosos y bondadosos a extremo tal que podemos vivir la verdad internamente”.
Sirvamos a la humanidad y al mismo tiempo construyamos carácter. Sólo
así se desarrolla la verdadera espiritualidad.
* * *
La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco; los días se
convierten en años...
Pero lo importante no ha cambiado; tu fuerza y tu convicción
no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña. Detrás
de cada línea de llegada, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo. Si extrañas lo que hacías,
vuelve a hacerlo. Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que
en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no
puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando
no puedas caminar, usa bastón. Pero nunca te detengas!!!
Madre Teresa de Calcuta
* * *
470 - JOYAS ESPIRITUALES - 08/01 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY
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