REALIDAD Y FICCIÓN
Del Libro Divagaciones Poéticas por “Un Viejo Niño”
Se sufre amargura entre los hombres, y pasa en silencio,
sin embargo, la voluntad de la Ley, siempre reverencio.
Pero, en el gran tumulto de gente, que no sé, ni el nombre,
me satisface a mí, saber que yo soy el alma de un hombre.
En cierto momento, me asalta un afán, casi desmedido,
por descubrir mi luz interior, que está muy escondido.
Tenga ese gran afán, de contemplarlo, y de hablarle,
para cerciorarme, y después con mucho placer mirarle.
Sí, mi tierno corazón, vibra siempre con mucha suavidad,
porque sé amar; es facultad que traigo de la eternidad.
No creo que esta creencia, pueda ser un simple ensueño,
ni mucho menos, el falso efecto, de un engañoso sueño.
Bien comprendo que yo no soy nada, y menos un profeta,
pero en el interior de mi conciencia, algo se concreta.
¡Ay de los que no creen nada, ni en la prosa, ni el verso!
¡Ay de los que no conocen nada, de lo que da el Universo!
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457 - JOYAS ESPIRITUALES - 07/00 - FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY
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